Réquiem: Quisiera poder decirte...

Quisiera poder decirte lo mucho que significaste para mí. Sé que siempre lo supiste, que no deje de decírtelo todos los días, pero, algo debo hacer para que el hecho de que te descompones lentamente por siempre jamás sea menos doloroso. Quisiera poder ser una de esas personas idiotas que creen en el más allá. Ojalá pudiera creer que puedes leer esto, o que puedes escuchar mis desesperados gritos de sincera tristeza. Deseo con todo mí ser poder creer en las promesas de un mundo después de esta miseria diaria, pero no puedo…
Y pues, ¿Qué puedo decir? Pretenderé por un momento que me escuchas para ahorrarme la tan costosa terapia….
Allí estas tú, la única en mi vida; mi norte, mi sur, la cura de mis heridas. El color de tu piel se lo ha robado la muerte, y tú nos has robado la alegría de tenerte. Tus muñecas están cortadas, las líneas mortales que en ellas dibujaste son la crónica de tu dolor. Tus ojos ya no brillan, tu sonrisa ya no existe, tu cuerpo, que fue el sueño de miles de mortales, ya no tiene calor.
Recuerdo cada buen momento que pasé contigo, y otra lágrima ahoga mi sonrisa; pero la que llora es mi alma, pues mi cuerpo, no sé por que, no lo hace…
Las palabras me faltan y los sentimientos me sobran.
Las lágrimas se estancan en el suelo; los pañuelos, ya rojos, se amontonan en un rincón.
Todos te están llorando.
Algunos, por que ya no podrán reírse contigo, otros, por que ya no podrán reírse de ti.
Unas cuantas lloran por ya no tener tus oídos, otros pocos lloran por otros agujeros en ti.
Tu familia llora por el calor que nunca más tendrán, tus pretendientes por el frío que siempre les diste.
Y yo, simplemente, no lloro, por que todo lo que tenía que llorar por ti, lo llore contigo. O eso quiero decirme para explicarme la razón de la sequía en mis ojos.
Te amé, mierda, te amé como nunca he amado a una mujer. Te entregue todos los días todo de mí, a mi humilde parecer. Y no puedo llorarte, no puedo olvidarte….
Todos entran a misa, todos te lloranÂ…
Y me siento vacío.
Siento que no tengo sentimientos, que soy un maldito pedazo de carne con una roca vuelta mierda por corazón. Siento que todo fue una mentira, que no te quise como creí quererte. Me siento más vacío al no poder sentir que por el hecho de que tu, que eras mi todo, ya no estés…
Â…
Â…
Â…
Supongo que yo te despido a mi manera, haciendo cosas en que no creo por ti.
Adiós, amor de mi vida. Adiós. Ve a Dios, a tu Dios, y, si lo encuentras, dile que me explique por que no lo siento, y, por que tuvo que alejarte de mí.
Te amo. Creo que ese será mi Epitafio. Te amo. (O... ¿Te amé?)
Y el tuyo reza… Simplemente, “Nunca más”.
...
...
...
Adiós... Te extraño, y siempre lo haré.

 

Tienes toda la razón, de hecho, teóricamente tengo una versión corregida en mi computador. El texto es bastante viejo, cuando tenía 12 o 13 años (es la forma de enterrar a la chica idealizada que quería en ese momento). Voy a mirar si la consigo y edito el PO. Para ser sincero, creí que era la versión más nueva por ser la que estaba guardada en el bloc de notas de mi teléfono.
¡Gracias por tus palabras! Voy a procurar pasarme mañana a corregirlo yo mismo (de nuevo) -si no consigo la versión que en algún lado de mi portátil debe estar-