Resplandecer del águila

Y ese día sentía que ya no me quedaban mas fuerzas, hace un tiempo ya había notado que estaba perdiendo mis fuerzas, ya no era el ave mas fuerte del lugar, mis plumas ya no resplandecían como hace un tiempo atrás. Prácticamente no podía valerme por mí mismo, si hasta para alimentarme o poder cazar necesitaba la ayuda de los mas jóvenes. Mi vida no tenía sentido alguno. ¿Qué podía hacer? Bien sabia que tenía dos opciones, pero ambas me molestaban, por un lado, no quería vivir de ese modo, mi vida de un tiempo a esta parte era un verdadero fiasco, quizás volar a las sombras de la muerte sería lo mejor para acabar con todo esto de una vez; la otra opción era muy terrible y temible, tenía miedo de tener que hacer todo ese sacrificio, tanto dolor. ¿ Y si no resultaba? Habría agregado una cuota más de dolor, esto consistía en tener que arrancar a golpes a pico encorvado ya por los años y esperar a que creciera con la fortaleza de la juventud, después con mi pico ya renovado debía arrancarme todas mis viejas plumas y por último sacarme mis garras que ya ninguna presa podían tomar, todas estas medidas serían un largo y arduo camino pero si me decidía por este calvario renacería, muy por el contrario si elegía detenerme y no hacerlo hubiese muerto. Finalmente escogí la segunda opción, vaya como sufrí durante esos dolorosos meses, muchas veces vi la muerte como una salida, ya estaba cansado de luchar pero perseveré y aquí me encuentro total y completamente renovado. Hay veces en la vida en que la cara de la muerte nos acecha gritándonos que es el fin y podemos asustarnos y dejarnos llevar por ella, o afrontarla y dejar que sea un nuevo comienzo como me sucedió a mí.