Rosas en el invierno...

Aisha Baranowska · 24 de Enero de 2016

https://soundcloud.com/svart-records/kuolemanlaakso-tuonen-t-htivy

Le trajo un ramo de rosas y una caja de chocolates... No quiso verlo ni en pintura; se encerró en su cuarto, soñando con que ya era el verano y que en lugar de llorar, sonreía...

Hacía tiempo que nadie regaba este jardín que en su interior florecía, aun cuando la nieve abrigaba esa tierra salvaje, la cual temblando, pensaba en los pasos ajenos y sedienta del agua, esperaba un diluvio... La palidez de la muerte era su rostro y lo negro de la noche, el cabello de luna... Boca fresca, ojos - espejo de los cielos... Redondez de fruta madura, para el paladar de los gusanos que la buscaban de vez en cuando, no era lo mismo que derretirse entre dientes de un lobo hambriento de carne, pero entre ella y el lobo había un mar de distancia - y no sólo física, porque mientras él jugaba el basket y veía la tele, ella se dedicaba a escribir poesías y escuchar música o a sus actividades artísticas. Él sólo quería de ella una cosa, pero ni siquiera eso porque no quiso tenerla ahí, real y tangible, suya - solamente viéndola de lejos, y ella, como una muñeca de trapo, esperaba una mano que la guíe...

Le había dado permiso para que otros árboles, más cercanos, le dieran sus ramas y sus raíces... Eso para remediar la imposibilidad impuesta por las circunstancias. Ella le agradecía tanta comprensión, aunque encontrar un árbol en este desierto estaba fuera de su alcance... Por ello, la vida le parecía un infierno - y por si fuera poco, el invierno la alimentaba con su frío, llegando a poseer su piel y sus huesos, cuando no había fuego que la calentase...

Para el lobo, todo se reducía a que la llave entrara en la cerradura... Podía ser fea y gorda o bella como las estrellas, eso a él, no le importaba porque todas las puertas tienen cerraduras... Sin embargo, ella no veía las cosas de la misma manera... Al diablo las rosas y los chocolates de un despojo humano al que dejó hace muchísimo tiempo, buscando a alguien que la comprenda - pero merecedor de sus tesoros...

Otro árbol dejado atrás por cobarde, indeciso e hipócrita, hoy ni siquiera le hablaba... Ese estaba muy por encima de su altura; sus palabras no le decían nada, pero su silencio le decía más que mil palabras... No siempre entendía sus metáforas pero le resultaba agradable escucharlo... El lobo era muy distinto, pero era solamente el lobo, nada más... No hacía otra cosa que pensar en la llave y la cerradura... Ella también pensaba en ello, aunque no era lo único que le interesaba. Porque ella tenía su música y sus libros, y sus películas, su poesía, su arte y su propia forma de ser a la que nadie ha podido comprender hasta ahora... Con el lobo, el único tema en común podría ser el problema de abrir y cerrar las puertas de mil maneras... A ella, le hacía falta una conversación inteligente - y sobre todo, le hacía falta alguna demostración de cariño, un solo gesto afectuoso, algo que podría recordar incluso después de morir...

Pero no existían cipreses altos y morenos para otorgarle un poco de su sombra y así protegerla del sol mientras hundieran la raíz en el corazón de su propio mundo; un mundo imaginario que jamás existió para ella...

[24/01/2016]