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Rubén Darío - Nicaragua

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por VAGABUNDO, 11 de Marzo de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 6785

  1. VAGABUNDO

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    Rubén Darío
    (1867 -1916 )

    Eran días de Diciembre de 1866. Una carreta había salido de León,
    con dos mujeres, Josefa Sarmiento y su joven sobrina Rosa Sarmiento
    de García Darío. La tía era en viaje para motivos de comercio,
    mientras la sobrina esperaba el nacimiento de su primer hijo.
    Aires de Navidad harían frio a los caminos, y Rosa, muy pensativa,
    soñaba con Belén, el pueblecito donde nacío el Mesías. Rosa había
    dejado la gran ciudad, León, iba a esperar a su propio niño en otro
    pueblo pintoresco: Metapa. Que paz, como la paz de que habla el
    Evangelio como señal del nacimiento divino. ¿Qué clase de niño era
    que iba a nacer en días pascuales?

    Felíx Rubén Garcia-Sarmiento conocido como Rubén Darío,
    nacío el 18 de enero en Metapa, Nicaragua pero su familia se mudó a
    León un mes después de su nacimiento. A la edad de doce años Rubén
    Darío publico sus primos poemas "La Fé", "Una Lagrima" y "El Desengaño"
    . En 1882 cuando Rubén tenía solamente quince años se presento antes
    del Presidente Joaquin Zavala. Preguntó al Presidente si el pudiera ir
    a estudiar en Europa. Pero Darío le preguntó este después de haberle
    presentado un poema muy en contra de su patria y la religión de su
    patria. Después de haber oido este poema el Presidente le dío; una
    respuesta muy única a Rubén Darío. Le dijo, " Hijo mío, si asi
    escribes ahora contra la religión de tus padres y de tu patria,
    que será si te vas a Europa a aprender cosas peores?". Y por esto
    Darío no fue a Europa. Después se casó con Rosario Murillo, y se
    mudaron a El Salvador donde encontré a Francisco Gavidia. Gavidia
    le presentó la poesia Castileña.

    En 1883, volvio a Nicaragua. Rubén Darío tení muchos trabajos en
    su vida, pero una cosa que puede ser probablemente la más importante
    es que Darío es considerado el padre del modernismo.

    El modernismo es un movimiento muy importante en la historia
    de la literatura española. El Modernismo fue hecho por el symbolismo
    de los franceses y la escuela parnasiana. Pero mucho más viene de los
    franceses porque el modernismo es muy espotáneo, pero mucho del
    modernismo viene de los classicos españoles también.

    Rubén Darío participó con, o fue el líder de, muchos movimientos
    literarios en Chile, España, Argentina, y Nicaragua. El movimiento
    modernista era una recopilación de tres movimientos de Europa:
    romanticismo, símbolismo, y el parnasianismo. Estas ideas expresan
    pasión, arte visual, y armonías y ritmos como música.

    Darío fue un genio de este movimiento. Su estilo es exótico
    y muy colorado. Sus poemas especialmente contienen todos estos
    sentimientos. En su poema "Canción de Otoño en Primavera." hay
    mucha evidencia de pasión y emociones fuertes. Pronto muchos
    literarios comenzaron a usar su estilo en una forma muy elgante,
    y cuidadosa, usando su estilo y sus palabras para hacer musíca con
    la poesía.

    Su talento fue reconocido y por eso empezó a escribir más y mejor.
    Luego, viajó a España donde sucumbió a mucha influencia de Europa,
    una influencia muy liberal. Sus ideas nuevas fueron reflejadas en
    su poesía de romanticismo y amor. En 1888 publicó la primera
    recopilación de sus poemas que se llama Epístolas y poemas (1885)
    y despues vino Azul que es recordado por su "símbolismo y sus
    imágenes exóticas"(Microsoft Encarta). Otras obras famosas de Rubén
    Darío son Prosas Profanas y Otros Poemas (1892), Los raros (1896),
    y Cantos de Vida y Esperanza(1905). Probablemente, el poema más
    famoso de Rubén Darío es "Canción de Otoño en Primavera." Sus
    sentimientos son expresados en toda su literatura.

    Rubén Darío es considerado ser el poeta más importante que escribío
    en español afuera de la España y es fácilmente unos de los personajes
    más reverenciados en Nicaragua.
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    Algunos de sus poemas:

    Canción de Otoño en Primavera

    Juventud, divino tesoro,
    ¡ya te vas para no volver!
    Cuando quiero llorar, no lloro...
    y a veces lloro sin querer...

    Plural ha sido la celeste
    historia de mi corazón.
    Era una dulce niña, en este
    mundo de duelo y de aflicción.

    Miraba como el alba pura;
    sonreía como una flor.
    Era su cabellera obscura
    hecha de noche y de dolor.

    Yo era tímido como un niño.
    Ella, naturalmente, fue,
    para mi amor hecho de armiño,
    Herodías y Salomé...

    Juventud, divino tesoro,
    ¡ya te vas para no volver!
    Cuando quiero llorar, no lloro...
    y a veces lloro sin querer...

    Y más consoladora y más
    halagadora y expresiva,
    la otra fue más sensitiva
    cual no pensé encontrar jamás.

    Pues a su continua ternura
    una pasión violenta unía.
    En un peplo de gasa pura
    una bacante se envolvía...

    En sus brazos tomó mi ensueño
    y lo arrulló como a un bebé...
    Y te mató, triste y pequeño,
    falto de luz, falto de fe...

    Juventud, divino tesoro,
    ¡te fuiste para no volver!
    Cuando quiero llorar, no lloro...
    y a veces lloro sin querer...

    Otra juzgó que era mi boca
    el estuche de su pasión;
    y que me roería, loca,
    con sus dientes el corazón.

    Poniendo en un amor de exceso
    la mira de su voluntad,
    mientras eran abrazo y beso
    síntesis de la eternidad;

    y de nuestra carne ligera
    imaginar siempre un Edén,
    sin pensar que la Primavera
    y la carne acaban también...

    Juventud, divino tesoro,
    ¡ya te vas para no volver!
    Cuando quiero llorar, no lloro...
    y a veces lloro sin querer.

    ¡Y las demás! En tantos climas,
    en tantas tierras siempre son,
    si no pretextos de mis rimas
    fantasmas de mi corazón.

    En vano busqué a la princesa
    que estaba triste de esperar.
    La vida es dura. Amarga y pesa.
    ¡Ya no hay princesa que cantar!

    Mas a pesar del tiempo terco,
    mi sed de amor no tiene fin;
    con el cabello gris, me acerco
    a los rosales del jardín...

    Juventud, divino tesoro,
    ¡ya te vas para no volver!
    Cuando quiero llorar, no lloro...
    y a veces lloro sin querer...
    ¡Mas es mía el Alba de oro!
     
    #1

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