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Sakura

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Raven, 14 de Abril de 2005. Respuestas: 4 | Visitas: 1920

  1. Raven

    Raven Poeta fiel al portal

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    En una humilde casa de hospedaje situada en el distrito de Hirosaki Kouen, al norte de Japón, cierto joven extranjero narró sus últimas vivencias al amparo de la tenue luz de una vela y bajo los efectos evidentes de haber contemplado el más infausto horror. Plasmado en tinta negra se halló su manuscrito durante la tarde del 19 de Abril de 1986. Al lado de la nota, el cuerpo sin vida del foráneo, con las venas cercenadas. La lectura del papel narra lo sucedido tan sólo unas horas antes, durante la madrugada del mismo día, y aparece rubricado en el preciso momento de la salida del sol. En cuanto al sujeto, no mostraba ni el más mínimo signo de violencia, y lo único que se halló entre sus pertenencias fue una moneda de 500 yenes. En el suelo, junto a él, encontraron una cimitarra manchada de sangre. La nerviosa narración de este joven se tildó de irreal y fantástica, lo cual llevó a concluir que el presunto suicida había llevado a cabo su propósito bajo influencia de una mente perturbada. Esto fue lo que escribió aquel hombre, acerca de la madrugada del 19 de Abril de 1986, en el distrito de Hirosaki Kouen:

    “Espérame, enseguida voy contigo. Pero antes de marchar quiero poner por escrito el prodigio que acabo de contemplar. La razón que me impulsa a ir allá a nadar en tus brazos. El motivo por el cual es mi deseo zambullirme en la gélida laguna Estigia. Pues si no te encuentro aquí, entre los vivos, iré a nadar a tu lado, allá donde fluyan los muertos. Pues ha ocurrido tanto en tan poco tiempo, déjame ordenar los hechos por escrito, antes de que reclames mi alma… oh, preciosa Sakura*.
    Me es imposible olvidar la primera vez que mis ojos llegaron a contemplarte. Hace poco menos de una semana que la fiesta del Hanami** llamó a mi puerta, impulsándome como a otros muchos a ver el formidable espectáculo de los cerezos en flor (tan famosos en este distante país). Yo me hallada algo más al sur, en un lugar de nombre impronunciable y no menos dificultosa ortografía: Shiraishikawa Tei, sí, ahora lo recuerdo. Ahí estabas tú, espléndida, hermosa… quedé mudo ante tan increíble visión; pero mis oídos distinguieron de tus labios un susurro, un nombre: "Sakura". Mi primer y único pensamiento fue el de volver a verte pronto, así que al día siguiente corrí al lugar donde nos habíamos encontrado en un principio. Pero tú ya no estabas. Ante mi desconsuelo vino un pensamiento a enjugar mis lágrimas. Sabía que si viajaba más al norte, el tiempo correría a mi favor, y sería capaz de encontrarte de nuevo.
    Por fin llegué aquí, al lugar desde donde escribo. Había llegado a Hirosaki Kouen, y logré encontrar un lugar en el cual hospedarme y esperar pacientemente al momento de tu regreso. Una vez solventados los gastos del viaje y alojamiento, quedé con una moneda de 500 yenes*** como única posesión. El precio exacto para poder sufragar el gasto de contemplar el florecimiento del cerezo, que se hallaba ya muy próximo a la presente localidad.
    Pasaré por alto detalles insignificantes, delicada musa de mis fantasías, y proseguiré mi relato ya en la noche crucial. Hace tan sólo unas horas, recién entrado el día 19 del presente mes... Me hallaba yo deleitándome en la hermosura del cielo estrellado cuando pude contemplar lo imposible. La luna, llorando en lo alto del firmamento, derramó su sangre plateada sobre el monte. A su paso, fue dejando un hilo argento, como trazando el legible rastro de un camino. Arranqué de un salto y corrí descalzo entre las sombras. Mis pies eran movidos por un sinsentido, un impulso animal que me guiaba a ti… preciosa Sakura. Por fin encontré el final de mi carrera, el objetivo de mis pasos, y dio comienzo el sueño. Ahí mismo, delante de mis propios ojos, estabas tú. Apoyada con la suavidad de una pluma, hermosa sílfide virginal, corona blanca de hermosura. Inclinada sobre una rama. Y tu nombre, tu nombre era Sakura.
    No cometería los mismos errores del pasado. Me acerqué a tu presencia con la reverencia de aquel que, pese al temor, no puede evitar el deseo de tocar con sus manos el objeto de sus lamentos. Y finalmente, a unos pocos centímetros de ti, me envolviste en tu fragancia inconfundible, tu perfume de candidez y gracia. En poco tiempo y sin llegar a proponérmelo me di cuenta de que ya nunca jamás podría separarme de aquel lugar donde estuvieras tú. Supe que naciste de la sábana blanca que cubre las caderas de Afrodita. Habiendo llegado al valle frondoso que linda con las dos cordilleras, Eros tornó su mirada y al ver tu rostro azotado por el viento, quedó prendado. Y así es que envió a su tábano, a contagiarme de este mortal veneno. Antes de que pudiera darme cuenta mis arterias ya estaban colapsadas de este suero de muerte. Afilado como una katana, a la vez que dulce como una canción manada del Shakuhachi****.
    Sin embargo, pese a mi evidente estado de éxtasis pasional, tú sólo me dirigiste la palabra para decirme una cosa: “Mono no aware”. Bien sé yo aquello que querías comunicarme. Literalmente se traducen tus palabras como “la lástima de las cosas” o “la compasión hacia las cosas”, pero su significado va mucho más allá. Significa que todo tiene un ciclo, que en el mundo desde los animales y los árboles, hasta las montañas y los ríos, tienen un principio y un final y que la destrucción de algo, a final de cuentas, es parte de este ciclo inevitable. “Siempre hay belleza en algo que llega a su fin”, hay belleza en la tragedia; “mono no aware” me enseña a ser sensible a la belleza que hay en todo y a valorar el tiempo.
    Entonces te marchaste. Mono no aware. Tu florecer, Sakura, y lo súbito de tu partida, es el origen de este pensamiento. Todo aquello que es bello muere, y a la vez, hay belleza en la muerte.
    Es por ello que porto en mi mano derecha una hermosa cimitarra de empuñadura dorada. Me mira sarcástica y sedienta de sangre, curvando los labios en forma de sonrisa ante el cercano olor de la defunción. Mi defunción. Que nadie llore mi pérdida, sino que observen todos lo bello que es esto que me dispongo a hacer. Ya voy contigo, espérame, será sólo un momento. No hay atisbo de duda, me encamino a tus brazos… preciosa Sakura. Mono no aware.”

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    *”Flor de cerezo” en japonés.
    **”Hana” significa “flor”, y “mi”, “ver”. Este es el nombre real con el que se designa la fiesta japonesa que consiste en la reunión de las familias en torno a los cerezos en flor.
    *** Precio actual que se cobra por el Hanami en la localidad de Hirosaki Kouen. Este no tiene por qué coincidir exactamente con un precio hipotético que hubiera que pagar en 1986 realmente.
    **** Flauta tradicional nipona.
     
    #1
  2. dead__doll

    dead__doll Poeta recién llegado

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    30 de Julio de 2005
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    Excelente.. Aunque me quede medio ciega despues por el color de la letra
     
    #2
  3. Raven

    Raven Poeta fiel al portal

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    7 de Abril de 2005
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    Solucionado lo de la letra... Mil gracias.
     
    #3
  4. Evangelina

    Evangelina Poeta adicto al portal

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    ¡¡vaya..y qué tenemos aquí..a todo un chico oriental!! jajajajaja
    Hermosa narrativa y además, educativa/instructiva, gracias por el aporte cultural.
    Besos samurai jajajajajajajaja

    Evangelina
     
    #4
  5. Raven

    Raven Poeta fiel al portal

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    7 de Abril de 2005
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    Gracias a las tres.

    Me encanta Japón y toda su cultura. La encuentro fascinante.
     
    #5

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