Secreta fue la voz del dios viviente. Soneto.

Secreta fue la voz del dios viviente
que habita donde el pecho brilla y canta,
en la fertilidad de la garganta
y donde es el Amor sobresaliente.

Serena fue la voz del dios ardiente
-la misma que te achica y te agiganta-;
la voz que con su fuerza te levanta
haciendo de su son camino y puente.

Humana fue la voz del dios lirismo
trayendo y decorando en plata fina
renglones que rezuman paroxismo…

La voz que te musita clandestina
la forma de llegar a ser tú mismo
a salvo del hedor de aquella esquina.

 

La fe de tus sonetos llenan de serenidad a un pecador como yo. Por eso los visito. Un saludo. Luis

 

Muchas gracias, Luís. Sólo Él es Santo. Todos los demás somos simplemente torpes pecadores en busca de salvación y abrigo. Saludos. Agradecido.