Secuestradme, dulce Amelia…

[Interesole la propuesta de su amiga, y decidió darle réplica al tenor del siguiente romance.]
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Secuestradme, dulce Amelia,
y con grilletes de besos
y manillas de caricias
llevadme de aquí muy lejos.

Sacadme de este tirano
y extraordinario encierro
en que la musa orgullosa
me hace sufrir como leño:

la luz del día, si existe,
no con mis ojos la veo,
y esclavo, vivo sin paz,
de hora en hora construyendo

cuantos rondeles, romances,
espinelas, ovillejos,
octavas y redondillas,
sin olvidar los sonetos,

caben acaso en el mundo
y permíteme el tormento;
ya los párpados me fallan,
ya escasas uñas poseo.

Llevadme, si tanta suerte
o fortuna tanta tengo,
a la tierra sin igual
en el círculo señero,

donde verdes son los bosques
y azul el enorme cielo,
donde huele la amapola
y se eleva el noble cedro,

repta la anaconda astuta
y gorjea el benteveo,
altivo ruge el jaguar
y avanza el oso hormiguero.

Enseñadme el Orinoco
y acullá, por Barlovento,
las playas de tersa arena
y de oleaje sereno

en que las tristes pupilas
se dilaten de contento
y la pobre piel disfrute
los aires puros y frescos.

Escuchad, pues, mis palabras
así lanzadas al viento;
si lograse donde estéis
su alma tal vez conmoveros,

entonces sin dilación
poned las vuestras a efecto:
no tan sólo del martirio
salvaréis a aqueste reo,

mas conseguiréis su amor,
su honrado agradecimiento,
su espíritu singular
y su corazón entero.​

 

Bello romance amigo Littera, un placer saludarte; feliz Navidad, también para tu familia