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Sexta historia de Periódimen completa.

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por sergio Bermúdez, 15 de Marzo de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 524

  1. sergio Bermúdez

    sergio Bermúdez Poeta que considera el portal su segunda casa

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    PERIÓDIMEN Y LAS CRUCES RESUCITADAS. 6 HISTORIA.


    CAPITULO 1: LAS PALABRAS ENFERMAS.


    Entre cada voz venida de las llamas, se acercaban las luces de una llamada que se hacia como ardiente y despótica, como el surgir de un cementerio, en donde las tumbas hablaban y se convertían en refugios y ardientes oasis de aromas de calavera. Periódimen era como el que podía averiguar cada signo, cada voz, en donde su saliva era de tinta, y sus labios estaban escritos a maquina, y además nada dejaría paso a ser como un arte desesperado, ya que coincidían las voces de un acantilado desnudo, pues todo se haría al son de un vapor, en donde las nubes se descosían, y caían frente a cada episodio de música ancestral, pues nada daba paso a quemar más que un corazón con la voz de un diablo, y así hasta las campanas de las fuentes de los patios de las casas normales, se hacían pequeñas y nadie dormía hasta que el sol se camuflaba bajando el telón al cielo, dejándolo oscuro y sin luz , para complementar cada expresión de un viento, que desprotegía la atmósfera de un ardiente trueno, expandiéndose en las superficies de las carreteras, viniendo así los pobladores, para arrasar con cada mancha de oscuridad tenebrosa, que alzaba y prendía de sustos cada frase. Por cada detalle, sobresalían los territorios, suponiendo que los horizontes eran como penumbras, en las que no se veía un arte para encender las velas de las lunas del cielo. Las promesas eran incumplidas, los juramentos eran caprichos para aquellos que juraban con sangre, y las voces inocentes solo cumplirían deseos a aquellos mundos, en donde la alucinación convertiría en fuego a las palabras, con los altos deseos para transmitir fuerzas sicológicas estalladas en la adivinación, abriendo tumbas y viendo sus resplandores. Así se convertirían los mundos en glorias, pero antes se debería de acabar con las palabras enfermas, esas que dolían, y quedaban arañadas para siempre, pues no podían alimentarse como las demás, no pudiendo engordar su importancia, siendo selladas, ante los mismísimos diablos envidiosos. Mientras se columpiaban palabras en los pensamientos de los destinos, donde las expresiones eran el ocio de los mortales, y cada vez se arañaban más los huesos de los cuerpos, crujiendo de una formas que acaparaban el protagonismo de la sangre, y una mezcla de todo lo que podría ser el imperio de las cruces resucitadas, esas en donde la salvación seria lo más grande hacia un poder que llevaría a los ejércitos del más allá, acabar con los demonios y extinguir a la raza diabólica por los siglos de los siglos. La misión era saber llegar a una conclusión, que despertara al horizonte, partiéndolo como si se partiera a un hueso, para dejar que salga lo de dentro que es la idea, y conformarse con algo distinto, dejando que la protección, hiciera que los mundos fueran el gran puente hacia las leyes, que dictaban los miedos, los cuales el objetivo era superarlos, para penetrar en las fantasías, siendo conscientes, que más allá de cada palabra, la salvación era el don de las almas en calma.



    CAPITULO 2: LAS CRUELDADES ARMADAS.


    Familias llenas de caldo de murciélago, manchadas hasta la saciedad, pues hasta los derrames de sangre se hacían coplas de muerte. Los huesos crujían, los poderes eran bacterias creadas a base de luz y fuego. Omicaldus sabía perfectamente que los dolores eran las penas cristalizadas, para hacer de las hogueras serviciales caballeros, que ardían en sus lamentos, cosiendo sus cuerpos, para detonar las bombas, que explotarían bajo la magia de la inmortalidad. Aquella era la más horrible de los sufridos amaneceres, que se quedaban sin palpitar corazones, que lloraban sin ver el lugar de una tímida sonrisa a la oportunidad más mínima de la felicidad, que no era aconsejada para las criaturas repugnantes y llenas de calamidades, penetrando su dolor, ardiendo el deseo impuro de pertenecer a un fiel amo, que maltrataba y prendía de llamas las cabezas de la sociedad, esas que algún día deberían de estar listas para poder ver su propia realidad, escapando antes de la pesadilla, y dejando que las artes supieran contestar para poner fin a tanta injusticia, que deshojaba mucha falsedad y violaciones contra la intimidad, pues negando constantemente los hechos, solo perjudicaría a las criaturas que mentían al destino, pero no sabían que de esas falsedades, no se seguiría viviendo, porque la muerte estaba cerca. Periódimen era como la verdadera atmósfera de la vida en la sintonía periódica, que daban sus latigazos a cual enemigo debía de vomitar sus secretos, para dejar a la paz en en el lugar que corresponde, para llevar a acabo un plan salvador, que no justificara excusas. Había ladrones en la gran ciudad de los Ángeles, cuyo lugar era fúnebre, y los edificios eran datos de mismísimas páginas de terror, con grandes cadenas que destrozaban cuerpos, y los consumían en heridas, para dejar marcada la gran huella, que daría paso a miles de tristes delatados que no podrían huir tan fácilmente de la policía, que iba buscando el más grande de los enigmas, para descifrar códigos satánicos, que enloquecían a las más fuertes autoridades, que no comprendían que las tinieblas fueran la capa que oscurecía los datos que hacían gobiernos de anarquía, pues ya sabían que las leyes no eran medicinas, y que detrás de todo aquello, no habrían más palabras, que las dichas bajo la supervisión de alguien que podría adiestrar los pensamientos confundidos, para llevarlos a la unión diplomática que serian normas para ser escuchadas y estudiadas en un corto pero intenso periodo de tiempo, y ese alguien era Periódimen, pues los ciudadanos querían, que fuera el nuevo presidente de los Estados Unidos de América.

    CAPITULO 3: PERIÓDIMEN SE CONVIERTE EN EL NUEVO PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.


    Periódimen se iba a convertir en el nuevo presidente de los Estados Unidos de América, ya que los ciudadanos se sentirían mejor con el de presidente. Seria acción con el poder de hacer galopar a la aventura, pues ahora que todo entraba en el poder, se haría un gran hueco a la ciudadanía, pues deberían de luchar contra el esqueleto del diablo, que había quedado sellado en todos los edificios de los Angeles, pues ahora era el momento de avisar a la suerte, que haría que se quedara instalada la mirada, de dejar en blanco al enemigo. Omicaldus era el sacerdote satánico, que hablaba en nombre de Lucifer. Lucifer era como el poder oscuro de la penumbra, que hacia caer las velas de las brasas, y fundía lo que pillaba a su paso. No sabían que los dolores eran como ver exterminada la dura rivalidad, que existía en ser una brasa pegada y unida al fuego, donde los puentes eran de calaveras, y en donde cada origen se haría llamar, como su poder, ya que si las oscuras atmósferas, no poseyeran las cuevas que buscaban con ansiedad, dando paso a los ardores, que no daban ni si quiera la luz de un blanco reflejo, que siendo como un agujero sin fondo, no pasaría ni si quiera hasta los ardores, pues estos se daban como perdidos, por no saber mirar más allá del horizonte. La fuente de inspiración ya no llegaría ni a una piel sagrada, de la cual hasta las montañas se harían como si les quitaran su tierra y sus piedras, quedando perdida en la nada. Omicaldus sabía perfectamente que un ejercito convertido en armas de guerra, donde los Disosiyermanios eran seres que miraban sin ver crecer sus piernas, además de ir metidos en cuevas, que renacían como cadáveres, ardiendo en tormentas, para cristalizar, lo que de espuma eran sueños que se quemaban, sin ver soplar a la curiosa sintonía, del temido fenómeno, que al llegar a su declive, no vería formado ni un muro, porque ya vería más tarde, que las profecías eran especialmente llenadas de grandeza, pues ni si quiera en los ansiados aciertos, se podría averiguar que los llantos de los fenómenos llegarían al lugar, perdido entre los sangrientos esqueletos, que al haber sido desintegrados, llevarían al poder, sus caminos, hasta verse sin observar, por los Ángeles que daban paso a la ley, que escrita como si fuera una advertencia, significaba que hasta los pensamientos eran de cristal, para ser recortados como si el papel pudiera ponerse en el lado, que al llegar a ser escrito, no hiciera más que verse reflejado, para construir los momentos que llegarían a ser vistos, por las huellas de un nuevo presidente, que llevaría al País Americano a su grandeza, pues deberían de luchar contra el esqueleto del diablo, ya que si podían con el, quizás se derrumbarían sus cuernos, para caer separados, y no juntar sus puntiagudas puntas de dardos de fuego.


    [B][COLOR=#ff6600]CAPITULO 4: [/COLOR][/B][B][COLOR=red]APARECE GUIONMANKIUS, EL BRUJO DEL FUEGO.[/COLOR][/B]


    [SIZE=3][FONT=Times New Roman]Entre las leyes del fuego, se hacia el eco, de que los cadáveres eran el peligroso momento, de ser prendidos sin ver su sangre, porque de lo contrario el talismán era el saber llevar las cuevas de la oscuridad, por donde siempre los puntos de las rayas violadas en las paredes, donde los Garnígados, unas especies de criaturas que se manchaban con babas, pues eran una especie de babosa con ojos de mosca, y mucosa de caracol, se hacia llegar hacia los rincones que navegaban hacia el odio, de ver como sus caras eran estranguladas y manchadas de ver sus orillas sin nada que pudiera dejar que el arte de las batallas, pudiera culminar entre las espadas en el aire, pues justo en donde las manchas de líquidos viscosos que se desprendían de las cuevas, haciendo del aire una gran ola de frío y tiniebla, que no podía más que sugerir que las aldeas de los inocentes esclavos de Omicaldus, seria como hacer el Apocalipsis del mundo, con un final trágico y rodeado, en el que el esqueleto del diablo, se haría entender como un maleficio destinado a desgarrar carne humana y penetrar en los pulmones de las victimas, exterminando la sangre, llegando a ser vista desde los propios ojos, y llevada al fuego satánico, en donde las almas no esconderían la rabia, y así se haría el cultivo de los dardos, los cuales llorarían hacia un mundo sin luz, pues hasta las farolas estaban esqueléticas, y nada podía llevar a cabo la antidestrucción según los planes de un brujo llamado Guionmankius, el cual era un brujo del fuego, ya que hasta su boca era ardiente, y su vapor se unía a sus pulmones, para hacer caminar a sus victimas en las masticaciones penetrables a los ojos humanos. Guionmankius era la ley que ardía entre cada momento, para ser llevado a la razón de una pesadilla infernal, en donde habían duendes e insectos con cuernos, para ser como la rabia de una abeja intentando secuestrar el néctar de una flor. Fachadas pintadas a nombre de Omicaldus por los esclavos que ardían en pesadillas, y se hacían de luz entre los cuernos, que ardían en batallas de guerra, incontroladas por la gran tumba de Derleite Kiuntudus, una momia que hacia cerillas para quemarlas en las demás tumbas, y hacer que las flores se irritaran e hicieran una crema para quemar sus heridas, y también para que se pusiera en pie sin ninguna túnica, llevando a cabo la destrucción de Periódimen junto a Guionmanquius que era el ser de las luchas ardientes y feroces, con el orgullo de los truenos, y las cabezas cortadas de la humanidad, solo Periódimen podría salvar su país, pues ya era el presidente de los Estados Unidos de la gran América periódica.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [CENTER][CENTER][FONT=Times New Roman][B][COLOR=#ff6600]CAPITULO 5: [/COLOR][/B][B][COLOR=red]LOS CUADROS QUEMADOS.[/COLOR][/B][/FONT][/CENTER][FONT=Times New Roman][/font][/CENTER][FONT=Times New Roman]
    [FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Se hacia la oscuridad, por donde las puertas sufrían sangre despótica y llenada de dolor, pues hasta las sombras se adiestraban en las cuevas, para hacer que se deshicieran los rastros de huellas ocultas, dejando que la humanidad pudiera controlar el resto de las culturas, y derramar sus opiniones consiguiendo cultivar la palabra clave, que dejaría que los mundos se unieran acoplando el paréntesis de la esperadísima respuesta que llegaba en nombre de los Estados. Periódimen al ser el presidente de los Estados Unidos de América sabia perfectamente que tenia dos estilos de vida, pues uno era gobernar, y el otro sería luchar contra las injusticias vestido de hombre periódico. La rama de la información era muy importante para ser el secreto hacia el puente de los poderes, maquillando las luces que sumaban las verdaderas hipnotizaciones dando paso a mundos, que tras las lluvias, solo abrirían los suelos, viendo que de todos los caminos subterráneos, el indicado para seguir la aventura era el ver más allá de si mismo. Ahora o nunca la verdadera amenaza estaba presente por los destinos que sumergían las pistas sobre los sueños que nunca encontraban el amanecer de sus vidas. Nada podía saber en el presente de esa época que los tesoros endemoniados estaban en un instituto de los Ángeles, ya que en el pasaban cosas muy raras, y los alumnos iban desapareciendo, y los profesores terminaban siendo ahorcados en las pizarras, a la vez que se podía ver escritos mensajes de gloria a Satanás, pues hasta los chicos y chicas no querían ir al instituto, pues de la verdadera razón de querer huir, se prenderían los momentos que al construir las leyes, se volverían a llenar las bases, que las normas dejaban escritas entre los directores de todos los centros de los Estados Unidos de América. Un alumnos llamado Fertik Mander era un chico malvado que se había unido al imperio de Omicaldus. Este chico era un adolescente, que sabía perfectamente lo que hacía para presentar su proyecto, y dejar claro, que los momentos para el no eran pasado, y que si quería llegar a un acuerdo, tendría que matar, y dejar que los climas pudieran aterrorizar, para quemarse la ciudad y dejar cadáveres inocentes, ya que las teorías eran el signo, para construir miles de estatuas de Omicaldus, que era el caballero de Lucifer, en el que las destrucciones se corresponderían con las pulgas que serían las chupa sangres de la gente, pues estas tenían alas de murciélago, y dientes de vampiro, que unido al gran mundo en donde los truenos de los relámpagos no quedaban apagados, por los hundimientos que harían caer los puntiagudos disparos de los cielos, dejando que después del ardor, se hiciera la explosión de una bomba nuclear natural, y ahí era, cuando los continentes quedarían amenazados, y perderían los movimientos normales, esos que solo podrían salvar algo, de los que muchos soñaban con poder salir vivos en un milagro, llevando acabo las mejores leyendas, que querrían destruir el esqueleto del diablo, y con ello la atmósfera sería prendidas del aroma de las cruces resucitadas, pues los cuadros de las iglesias, estaban siendo quemados por sectas que se dedicaban a reflejar los actos que mandaba Omicaldus, y en esos momentos debía de actuar Periódimen, para hacer que la humanidad pudiera ver actos de buena fe hacia un mundo más coherente.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [CENTER][CENTER][FONT=Times New Roman][B][COLOR=#ff6600]CAPITULO 6: [/COLOR][/B][B][COLOR=red]COLPEDARRA EL PERRO DE LOS DIFUNTOS SUICIDADOS.[/COLOR][/B][/FONT][/CENTER][FONT=Times New Roman][/font][/CENTER][FONT=Times New Roman]
    [FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Las caminatas se hacían como de hielo al hundirse las flores y las abejas, cada vez que intentaban liberarse de la crueldad de la naturaleza. Los suelos estaban derretidos por las quemaduras del hielo, y los habitantes de las ciudades, se hacían de piedra, para no caer victimas de los acantilados de tornados, que estampaban su firma, y apuntaban mirando a los momentos que dejaban a los edificios en ruinas, y así era como caían los grandes momentos que querían atravesar a las flechas, las cuales eran cruces, donde los perros morían crucificados enseñando sus tripas, sus pulmones, y su corazón, y los ojos estaban quemados con fuego, en donde el dolor era el cemento que arrasaba su piel, y la detenía para golpear y matar a la víctima. Omicaldus era el que daba las normas de su espacio, dejando que todo fuera destruido y sacrificado, para derramar su olor, y congelar las cenizas que salían de los huracanes que derribaban energías, que iban renovándose hasta capturar e invitar al mundo en ruinas.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Omicaldus: Ya se, que todo esto será mío, que las penumbras y las oscuridades serán el paso hacia la muerte, para que yo reine, y glorifique a Satán.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Pero de pronto, Periódimen apareció y golpeo a un Anyelisco que estaba vigilando los lugares de Omicaldus. El Anyelisco iba declarar, pero justo antes de hacerlo apareció Omicaldus, y saco una violín con balas, y empezó a tocarlo a la vez que disparaba con ese instrumento, y empezó a venir el ejercito, con la espadas en alto. Por delante del ejército estaba Guionmankius, con las calaveras polares, y estas tenían cabezas de personas en sus manos. Omicaldus les lanzo el siguiente mensaje:[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Omicaldus: Matar a Periódimen, ahora o nunca.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Periódimen al ver esto empezó a luchar y saco una espada y grito:[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Periódimen: Ahora vas a morir tú, porque te destrozare, ya que tu cara quedara ensangrentada y te haré respirar aire de tinta, serás una calavera, y después te enterrare cortándote los huesos, para después ponerte cruces de Cristo, y así se quemara tu alma.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Omicaldus: Llamare a mis criaturas, empezando por los Gertyus Mandremians, unos apocalípticos que te harán caer a las rosas de espinas del diablo, para después abrir tus ojos e inyectarte una dosis de drogas del infierno.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Las explosiones se sucedían, hasta que las calaveras polares sacaron sus espadas y adiestraron a los Gertyus Mandremians, y estos escupieron rosas con espinas, a la vez que los gusanos de la naturaleza quedaron hechos cenizas y se iban consumiendo por la mucosa de la tierra.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Habían Conejos canguro, que saltaban y se hacían más grandes, hasta explotar en bombas, cayendo charcos de sangre y dejando sus manos heridas, ya que estos conejos tenían manos, y aullaban como lobos. Estos conejos se llamaban Conetboides, y sabían explotar, pues ellos ya estaban adiestrados para morir.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Ganamonter, era una exortizador de lobos con cuernos, y fue cuando apareció para salvajear los horizontes, y cubrir con su capa las heridas de la humanidad.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Mientras tanto, en las iglesias estaban quemando los cuadros santos, pero de pronto apareció un perro mandado por Dios, y ese perro se llamaba Colpedarra, y venia con campanas con clavos, para hincársela a los malvados. De pronto la secta empezó a quemar a una estatua de Cristo, pero justo cuando lo estaban haciendo Colpedarra se abalanzó sobre el que la estaba quemando, y los desgarro entero, hasta consumir su cuerpo, a la vez que después de haberlo matado, le dejo una cruz de Cristo, y su cuerpo empezó a descomponerse, por el efecto del calor santo.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Colpedarra empezó a ladrar, y un cura salio con una metralleta y empezó a disparar contra los vándalos, y dijo:[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Cura: En nombre de nuestro señor Jesucristo, marchad de la casa de Dios, y uno de ellos, mataron al cura con un bazoca, pero el perro no pudo salvar al cura, entonces de pronto escaparon los vándalos del Anticristo, que pertenecían a Omicaldus.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Periódimen seguía luchando contra los enemigos que tenía, y uno de ellos cicatrizo a la tierra y puso más fuego, adivinen quien, pues Guionmankius, pues era el brujo del fuego.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Los mundos se separaron y apareció un duende ninfomano, y le tiro a los Anyeliscos condones ardiendo y estos se cayeron con los ojos quemados, y sangrando.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Las arañas metálicas, que se comían ellas mismas, para después reproducirse, y quedar sus patas en los aires, para caerse y formar un cementerio fúnebre de arañas, que se comían a las paredes, y recortaban las lapidas, para sacar a muertos y revivirlos con inyecciones, que eran hechas por ellas.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]De pronto apareció Colpedarra que iba detrás de la Secta Anticristo, para así llevar su odio y machacarlos, justo cuando las personas se habían suicidado, pudieran ver mensajes en sus almas mediante una computadora, para levantar sus ojos y clavarlos en los corazones de sus cuerpos huérfanos, pues la lucha seguiría estando en pie de guerra.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [CENTER][CENTER][FONT=Times New Roman][B][COLOR=#ff6600]CAPITULO 7: [/COLOR][/B][B][COLOR=red]LAS TORMENTAS SON LAS VOCES.[/COLOR][/B][/FONT][/CENTER][FONT=Times New Roman][/font][/CENTER][FONT=Times New Roman]
    [FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][SIZE=3][FONT=Times New Roman]Las tormentas, en donde los mundos se apuntaban entre toneladas de ardores, que llevaban sus puentes con sus cristales rotos, que seguían sin poder capturar a las palabras por el tiempo que era destruido por los Ferkiches, unos buhos con espadas, que tenían los picos de cuchara, y sus ojos de motosierra, ya que al llevar esos ojos, sus pupilas se iban operando para ver mejor. Colpedarra que era el perro de Cristo, debía de morder a las paredes, haciendo que de ahí cayeran perros masacrados con cuchillos, pues estaban enterrados en las paredes, y sabían perfectamente que de ahí, se habrían llevado sus cráneos, para ponérselos a las calaveras polares, las cuales llevaban espadas en sus cerebros, sacándose sus propio cráneos, y metiéndose el de los perros, ya que así sus comportamientos serían más instintivos y peligrosos. Omicaldus sabía perfectamente que las calaveras eran puentes de huesos que le harían llegar a su trono, pues estas se juntaban para que Omicaldus pasara por ellas. Mientras tanto la secta anticristo, seguía yendo a iglesias a matar a curas y sacerdotes, ahora solo les faltaba conquistar el Vaticano, en donde había un pápa llamado Rafantoni Ulibísman, un Pápa en donde su arte, era usar pistolas de última generación, para matar a los vándalos. Mientras tanto los poderes eran las tinieblas para catapultar a los armadores de guerras, que se hacían de su cuerpo clavos que atravesaban sus venas, y salían ardores por sus ojos y tiraban cuchillos, que deshacían puertas y marchitaban a los que tenían buena fe. Colpedarra sabia perfectamente que tenía que luchar contra los malvados, y empezó a morder a los Anyeliscos, que tenían cara de haber sido apuñalados por los campesinos al salir de los vientos campestres, entre los ardores, que levantaban rayos de los mismísimos suelos, y electrificaban a las calaveras polares, y estas se fundían en la electricidad y se convertían en agua, para así salir crucificadas. Después se metían por los cables eléctricos y de estos retumbaban las montañas, hasta hacer de los caminos los más crueles momentos que al llegar hacia las costas de los mares acuchillados por la arena despótica, solo habría que ver que Omicaldus reía por saber que sus tormentas eran voces.[/FONT][/SIZE][FONT=Times New Roman][/font][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [COLOR=black][FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Times New Roman]
    [CENTER][CENTER][FONT=Times New Roman][B][COLOR=#ff6600]CAPITULO 8: [/COLOR][/B][B][COLOR=red]LA SECTA ANTICRISTO[/COLOR][/B][B][COLOR=red] FUSILA A COLPEDARRA.[/COLOR][/B][/FONT][/CENTER][FONT=Times New Roman][/font][/CENTER][FONT=Times New Roman]
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    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]La secta anticristo caminaba de un lado a otro con sus espadas y demás objetos, que eran sus más afilados, para cortar cabezas, y golpear a los sueños, para encerrarlos entre las tinieblas, que eran llevadas a un dolor decapitado, por aquellas gargantas que no podían tragar sus ultimas gotas de sangre. Después de ver que las sonrisas se hacían de piedra, y que los cables de las calaveras polares iban quedando llenadas de un acido viscoso que electrificaba a los cables, y los dejaba llenos de humo, y podía contemplarse a los ojos ser los fieles testimonios de un pecado que no llegaría a ocultarse, por las ramas de un dolor siniestro y lleno de heridas, que hacían caer a las miradas despóticas, que se agarraban entre ellas, para ser conquistadas por cada objeto, que venía del cielo, pues no sabían que un comando extraterrestre venia por las llamadas de la Nasa, pues estos se comunicaban con ellos vía satélite, para encender la mecha, y completar los panoramas que eran muy secretos. Los mundos se concienciaban de que las heridas sangrantes de los esclavos de Omicaldus eran victima de los elfos que hacían una ceremonia carnívora, que los llamaba a la condena de sus días, para matar y después ser matados. Los cuernos de los Anyeliscos eran usados para lanzarlos como explosivos, y así se quemarían todos, para completar la rapidez de un edificio, que eran construido por llamas, que eran abrasadas y disecadas, para hacer de un diminuto oxigeno, un autentico cementerio de cuadros quemados, que llevarían los guerreros de Omicaldus, para silenciar cada momento de ansiedad, dirigiendo los mandos de un mundo súper adiestrado, que lanzaría los tiempos por los sueños, esos que no se detenían para alcanzar a las pesadillas, que eran pegadas a cada sueño, por pertenecer a las sectas que estaban repartidas por todo el mundo. Colpedarra se hico amigo de Periódimen, pues este y el congeniaron muy bien desde el principio, ya que toda la relación era muy bien llevada, para calmar los ánimos enemigos. Los Galajuts eran minotauros que llevaban cuernos en la boca, y de hay inyectaban sangre para hacer de ella un mundo paranormal en el que los insectos de los monstruos eran auténticos depredadores en un alcance, que llevaría a los terrenos malditos a la explosividad, correspondida con los truenos, para ser como las estrellas que se chocaban contra los cristales de la atmósfera terrestre, la cual apagaría las luces de la humanidad, extendiendo los caminos hasta un precipicio en el que se podían ver personas ahorcadas y podridas, pues así se llevaría a los cuerpos hasta tal magnitud de profundidad, que eran enterrados para siempre, sin encontrar nada en sus cuerpos, pues no se verían más que las huellas escurridas de sus pasos de ansiedad, pues nada cambiaba hasta ver que de todo se harían los muros de sangre, esos que solo las almas en pena, podrían reconocer al haber sido muertas con las fusilaciones de la secta anticristo, pues Colpedarra no sabía que los vándalos lo matarían fusilado, a la vez que los extraterrestres atacaban a los elfos y estos desaparecían dejando mensajes sin aliento, a la vez que uno de los vándalos estaba apunto de matar a Colpedarra, y justo cuando apareció Periódimen, fue cuando Colpedarra murió fusilado. Periódimen al ver esa injusticia ataco y mato a todos los vándalos con sus poderes sobrenaturales, pero ya era tarde, pues Colpedarra, el perro santo, ya había muerto.[/SIZE]
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    [B][FONT=Times New Roman][SIZE=5]CONTINUARA.[/SIZE][/FONT][/B][FONT=Times New Roman][/font][/FONT][/FONT][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/font][/font][/font][/FONT][/font][/font][/font]
     
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