Si me odio no existo.

Todo es tan confuso.
Desde las aguas quietas de la soledad
puedo ver todo, aunque patas para arriba,
apuntándome.
Apuñalándome.
Apuñalarte,
eso es lo que quiero.

De mi cuerpo no sale otra cosa que ira,
todo se transforma en eso:
el dolor, las caras, los ruidos...
Si no te odio me odio y si me odio no existo
como mi vida que fue tan solo un remolino de viento,
uno que me dejo respirar
solo para luego irse y dejarme así,
ahogada.

Tengo sabor a vino en los labios
pero trago agua sucia, sombría,
llena de gusanos que se alimentan de mis tripas
después de que yo me los como a ellos.
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25/06/2019​

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fiuuuu.. Vaya talento. Me gusta la forma como has construido el poema, los sentimientos están y la forma también. Que maravilla de mujer !