Sillón roto

Desperté en un sillón roto y añejo, con frío en los pies, sin recordar nada de mis sueños. Estaba de nuevo en casa de mamá, fui a comprar cigarros que no eran para acercarme a la muerte, sólo quería detenerme y ser parte del contacto natural de las planicies al fondo de la ciudad, invadido de neblina, con un desierto bañado en arbustos y misterios. Me detuve, la bruma bajaba y soñaba con mi vida, se acaba mi cigarro y vuelvo a casa para despertar.

 

El cuento me ha gustado, es la verdad.

No obstante, sugiero utilizar sinónimos en las palabras "neblina" y "despertar". Al ser un relato tan corto, choca al oído la repetición de sonidos.

Me agradó el juego del dormir-despertar: a veces nos confundimos, en la vida misma.

Grato leerte. Gracias por compartir tus líneas.

 

Es un interesante micro relato, como si estuvieras muerto y soñaras con tu vida, al menos así lo percibí.

Me gusta el ambiente que describes, gris y abrumador.

Un gusto pasar.

Saludos.