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Silvana (Epístola desde el más allá)

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Ultraromántico, 19 de Septiembre de 2015. Respuestas: 2 | Visitas: 379

  1. Ultraromántico

    Ultraromántico Poeta recién llegado

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    19 de Septiembre de 2015
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    Silvana, dueña de mis miradas, raíz de mis suspiros, cielo de mi alma, ama de mi corazón. Este triste mensaje tiene solamente el nulo e infinito propósito de compartirte la noción de que mi ser se bate en un duelo que no podré ganar jamás.


    Me encuentro ahogado en una oscuridad tan negra y profunda que podría aterrorizar al más valiente entre los ciegos. Tiento toda la superficie plana y húmeda buscando a la razón que apenas ayer me hablaba claramente, sus palabras chocaban contra mi tímpano y llamaban una, dos, tres veces y seguían hasta llegar al infinito. Siento un cortejo fúnebre que pasa en mi alma sin tambores o música y la Esperanza, mi Esperanza, llora abatida mientras la Angustia cruel, mísera y pérfida coloca su bandera negra en el cráneo de la Ilusión vencida.


    Nado sin aire en un mar que no tiene agua o azul. Mis lágrimas resbalan por mis apagados ojos y caen, ruedan, abrazan esta esencia misteriosa que no es agua, pero que moja y me inunda como mis blancas lágrimas a mis largas pestañas. Todo se convierte en hielo punzante que atraviesa mi corazón hasta la más honda de mis fibras, todo se refleja, todo es cristal y logro verme a través de la niebla que ahorca a mis pupilas. Ardo en el agua y me ahogo en el fuego, fuego que nace desde un sentimiento escondido en mí ser y explota desde lo hondo a lo superficial, escupo roja llama, roja pasión, rojo amor.


    Soy el ángel caído desde el más claro de los cielos, ni siquiera las amables nubes alargaron su grandeza para detener mi caída al abismo, caí, caí y caí. Choqué contra el duro y frio piso del Infierno y todavía en esta eternidad me encuentro contando las plumas de mis alas que siguen desplomándose como aquellas hojas de otoño que bailaron sobre el estanque de tu alma el día que me encontré con tu mirada. Soy pura reminiscencia, duermo con murciélagos en la cueva más espantosa de mi mundo, mundo llamado Infierno por otros, mi compañero de vida es un lago desfallecido que rodea mi morada y que retrata a un cielo muerto coronado por una luna cadáver.


    Un día más negro que la noche, mientras seducía a la muerte con suaves vocablos para que viniera en mi ayuda, miré detenidamente hacia mis adentros y tropecé con un lirio que coronaba la cabecera de una tumba gris, grité durante horas, porque sabía que la persona dormida para siempre en su interior era mi alma. Lloré, pero ya no lloro, ya que al abrir el sarcófago vi una luz más brillante que la que rodea al mismísimo Dios, y al mirar con el Amor encontré tu retrato, tu foto, tu ser, tu existencia, todo…


    Cambiaste mi persona, mi existir, mi ser, mi todo… Día a día, semana a semana, mes a mes, año a año, poco a poco te transformaste en mi motivo. Cambié el sol radiante que me saludaba todas las mañanas por tus besos, la luna que me arrullaba por las noches se transformó en tu ligero aliento, aliento que me acaricia ahora con tus canciones nocturnas. Eres mis alas y yo soy tu viento, ahora podemos volar, bailar, todo al mismo son, al son del amor. Soy un suspiro y tú el motivo, ya no soy el triste espectro solitario, renazco en el ángel que algún día fui, y vuelvo a brillar, a resplandecer, a salir del agujero en el que me estaban asfixiando miasmas desagradables provenientes de un demonio mayor que ya no tiene su trono sobre mí. Vuelvo a escuchar las trompetas cálidas de los arcángeles que cantan y componen suaves armonías en honor a nuestro amor.


    Silvana, todo esto, eso y demás significas para mí. Como ya lo mencioné, te conocí en un día al azar, cualquiera, sorpresivo, casual, inimaginable, mágico, divino, perfecto y me deje, te deje, nos dejamos encantar por un lazo que nos ataba las puntas de las alas a los pies del otro. Inseparables, unidos, enlazados, pegados, apegados, y aún me río al recordar los primeros y últimos esfuerzos del Diablo para romper nuestra conexión tanto mental como física, y lo veo llorar y lloro igual o peor que él, pero él en tributo a la tristeza y decepción mientras que yo lo hago como sacrificio en forma de agradecimiento a las fuerzas supremas del cielo místico.


    Comúnmente, la gente conocida y desconocida me pregunta nuestro secreto, yo solamente sonrío sarcásticamente y respondo: no existe fórmula específica, esencial, especial, perfecta que desvanezca la pesada venda que se acostumbra a llevar en los ojos tapando la visión del amor. Les especifico que no hay luz con nombre que sirva para mostrar el transparente camino de la pasión. Insisto en que no hay lluvia purísima que haga florecer esas enamoradas flores en el prado primaveral de nuestras jóvenes almas. No hay misterio, somos fuegos fatuos y gemelos, que se reflejan en el espejo del interior del otro, suspiros iguales que se besan y se abrazan en el viento y ruedan, ruedan, ruedan hasta que la noche llega, y entonces, somos las estrellas que se cuentan deseos bendecidos por la luz de nuestra madre Luna. Silvana, somos las gotas de lluvia cristalina que resbalaron sobre nuestra piel y nos humedecieron, resbalando, desbocando, traspasando nuestros poros y juntándose, formando un pequeño estanque en tu cuello y el mío.


    Y así me encuentro amor mío, batiéndome a muerte en una guerra que voy perdiendo, y que pierdo al ver mi sangre negra clarearse con la luz del tulipán que cuida mi tumba, tumba que me atrapa cuando no estás conmigo y no logro verte, tenerte, quererte. Regreso a la oscuridad cuando mi mirada no te besa, cuando mi alma suelta la mano de la tuya y me vuelvo a perder en el pecado, en la soledad, en el funesto sitio llamado “sin ti”. No te tengo y caigo, pero te tengo y renazco, como el ave fénix que vuelve a crecer con fuegos más ardientes y esplendorosos que los que tenía en la otra vida antes de ti, antes del amor.


    Esto es mi amor Silvana. Esta es la contrariedad que me empuja de un lado a otro como juguete sin vida, como muñeca sin razón. La lógica de mi cuerpo ha perdido el combate, no soy sin ti y en ti soy yo. Ya morí en el campo de batalla luchando contra el amor, amor por ti y de ti. Te espero en una costa plateada llena de mariposas que se alimentan de mis versos, así como yo me alimento de tu ser.
     
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  2. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

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    Bienvenido, Rafael, buen inicio en el Portal compartiendo bellos y profundos sentimientos en esta carta que envías a Silvana.

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    #2
  3. GEORTRIZIA

    GEORTRIZIA ♥Niña de los besos rosas♥

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    wao que hermosisima cart, pero que carisma tienes al escribir querido poeta!
     
    #3

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