Sin censura para el dolor

Mi niña siniestra, mi pesadilla eterna, te has llevado mi tranquilidad contigo y la quiero de vuelta. Existen dos caminos: Que vengas conmigo, o que te olvide para siempre. La segunda se hace cada vez más cercana a pesar mío. Quisiera pues estar a tu lado y probar esos labios que me despabilan de este sopor que me causa la vida; a nada llega sin embargo si no a una vaga ilusión; a un delirio de esos que vuelan con el viento. Ja,ja... si me río es porque algo debo hacer; que la intriga me congela los huesos, y las palpitaciones se detienen en un limbo sin respuesta, sin censura para el dolor.