Sin rumbo

¿Hacia donde se dirigia? No lo sabía. ¿Por qué caminaba? Aún no lo había descubierto. Se sentía desorientado, simplemente deseaba irse, alejarse de su propia existencia, no podía sentir nada, había un vacío en su interior que no lograba llenar, un vacío que lo consumia a cada hora, a cada segundo. Iba sumido en sus propios pensamientos, y ni siquiera le prestaba atención al camino, dejando que sus pies lo condujeran sólo, aunque sabía a dónde lo llevarían...
Caminaba rápido y constante, era sólo una sombra apenas distinguible en el camino, sólo se oía levemente el roce de sus pies con el suelo, que no era lo suficiente para despertar a las personas del pequeño pueblo en el que vivía.
Un poco más calmado, miró a su alrededor, pensando en lo tranquilas que dormían todas esas personas, en su pacífica existencia, contentas con su papel en esta vida, su sencilla tarea de dejarse llevar por las costumbres. Pero él no era así, no estaba hecho para seguir a los demás, siempre pensaba más allá de lo que nadie se atrevía, nunca conforme con lo que tenía. Gracias a esto, se ganó el desprecio de muchos, pues les molestaba que los sacaran de su satisfactoria rutina, de la justa y tranquila ignorancia en la que se quedaban sumidos, gracias a que nunca intentaban sobrepasar sus barreras.
Él no estaba dispuesto a vivir así, necesitaba algo más, aún cuando se le aislara, de hecho se aisló él mismo, para poder vivir sin la molestia de aquellas personas.
Pero después de un tiempo, esta soledad auto-impuesta le resultaba sofocante, sentía que sus esfuerzos lo llevaban a superarse, pero al mismo tiempo lo hundían en soledad cada vez más... así que, una noche, emprendió el viaje.
Por fin llegó al lago, era tan tranquilo estar allí que se sentó a disfrutar las maravillas del cielo, las incontables estrellas y la luna llena, una imagen que siempre lo tranquilizaba, pero esa noche se sentía muy mal, más solo que nunca, desearía haber podido disfrutar más de su vida, pero habia tomado una desición. El lago había sido casi su único amigo, sin contar a la luna, a la que visitaba cada noche. Así que decidió unirse a él y olvidarse de la vida, dejarse arrastrar a las profundidades, donde hallaría descanso y paz.
Caminó directo hacia el agua, y cuando empezó a hundirse sólo podía pensar en una cosa: Al menos no desperdicié mi tiempo...

 

Uuuy pues qué te voy a decir... qué bella forma de irse... después de llevar una vida diferente, no conformarse con lo que la sociedad inventada por la raza humana impone, no vivir en esa ignorancia como la mayoría de las personas, no ser como todos, aspirar a algo más, a algo mejor, no desperdiciar el tiempo, la vida es corta, y aunque al parecer no tiene propósito, bueno, por algo estamos aquí, no? Además, siempre que uno quiera puede haber cosas que valgan la pena, como vivir al lado de una persona que se ama, así la soledad, el aislamiento se van, esa soledad sofocante que mencionas, que en un principio puede ser bella, pero puede tornarse odiosa, deprimente, desesperante...
Otra gran idea, como todas las tuyas, me ha gustado mucho.
Que la oscuridad proteja tu mente, que la luna guíe tus pasos, y que tu dulce soledad no se vuelva amarga.
Nos leemos... un abrazo...

 

Supongo que ambos tenemos experiencia en cuanto a gente inconforme se refiere.
Si... la soledad puede llegar a un punto que lo único que anuncia es perdición, aún cuando la mayor parte del tiempo sea nuestra más fiel amiga.
Me encanta verte entre mis desgraciadas letras, aquellas que reflejan la realidad de mi mente que tantos asaltos ha sufrido. Te agradesco que veas la belleza en ellas.
Que la Oscuridad te proteja, de esa condenada realidad que ansía separarnos de aquello que mantiene nuestro pensamiento, los sueños, nunca dejes que te abandonen, deja que te guíen por el camino correcto, saludos.

 

Si, un poco de experiencia...
Estoy entre tus letras siempre, no pienso perder detalle por que, como ya te dije, me gusta tu estilo y tus temas y la forma en la que los desarrollas, me gusta tu oscura mente, tus ideas y tus tristes pero bellos pensamientos... y aunque tus escritos sean tristes, son lindos, son bonitos, a mi me gustan mucho, y ya no te preocupes por lo que pasó, tú confía en tus sueños y en tus ideales, en tus metas, en lo que deseas, enfócate en lo que te interesa, y al demonio el mundo.
Un oscuro saludo, y un fuerte, fuerte abrazo.
Que la querida luna ilumine tus ideas que, aunque a veces tristes, siempre son bellas...