Sin título

No quieras un amor,
quieto cómo el viento,
en una noche tibia de verano.
¡El amor es la tormenta,
surgida de la nada!
¡La fuerza de la lluvia,
qué te empapa!
¡La impiadosa ráfaga,
qué vuelca la barca!
¡El mar bravío,
dónde naufragas!
¡La sangre,
la herida,
la espada!
¡El veneno,
la cura!
¡Todo!
¡Menos la calma!
Rita Juárez Saravia

 

Intensidad que vibra en la entrega amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Que razón amiga Rita, el amor lo trasforma todo, pero lo más importante es que le da color a la vida.
Un placer haberme detenido en tus versos. Por un momento me has hecho evadirme de la realidad.
Mi enhorabuena.
Un eterno abrazo desde los cielos de este halcón.

 

Bello el versar y la vehemente declaración.
Me agrado mucho leerte

 

Pero aún el viento quieto se agita.