Sin tregua

Sin tregua

Tres dias duró el infierno, tres dias revoloteados para arriba y para abajo, el fuego revivía por todas partes, muy seco estaba todo, y muy sucio, nos dijo un forestal, a Juan eso le molestó, me susurró, ¿quien es este gilipollas?...
Juan y yo estuvimos batallando como nunca, esta vez le afectó de lleno a su pequeño jardín, pocas veces en la vida creo que volveré a acumular tal mezcla de sensaciones, cansancio y suciedad; el fuerte sabor que impregna el campo después de la batalla es lo que más perdura en la garganta; Juan y yo nos dimos un paseo y nos paramos a fumar, poco nos importó ya ensuciarnos algo más al sentarnos. El paisaje era dantesco, carente de toda vida y humeante, el ardor estaba por todas partes, pocas palabras y fuertes sensaciones; El cansancio nos adormeció a los dos y noté que a Juan le venía el bajón, le apoye mi mano en el hombro apretando suavemente, supongo que quería trasmitirle mi cálido afecto, pero entonces note como se desmoronaba, su hombro se me deshizo en la mano y rompió a llorar.
Unos meses atrás estuve en el entierro de su madre, una santa mujer que siempre me apreció de una forma que me sorprendía, y unos años antes estuve en el entierro de su padre, un buen hombre sin duda, de pocas palabras pero amable, gran amante y conocedor del campo y sus seres, y un cazador humilde y pulcro; Juan es más rudo, es mi amigo desde antes de nacer creo, pero no fue hasta ese momento, sentados entre la desolación y los despojos de la batalla, que le vi llorar; Ahí pude ver claramente el rostro de su alma, me costaba reconocer a mi rústico amigo, cuantas veces le habré llamado troglodita, tantas como él me a respondido con su rudeza y su sorprendente ironía, siempre admiraré su lucidez y capacidad de concentrarlo todo en una frase; Y ahí lo tenía,hundido. Ninguna victoria es consuelo cuando el precio es tan alto, pensé, y entre sollozos y con una voz que no reconocí soltó:
- lo hemos perdido Carlos, míralo...
-¡No hombre, Juan!,-respondí- no lo hemos perdido... y lo más importante lo tienes en casa esperándote, lo principal es que no hay víctimas ( esas cosas que se dicen).
Juan tragó saliva, y recomponiéndose levantó la cabeza y mirando alrededor dijo:
- ¿ Que no...tú ves a alguien vivo por aquí?...¡ estaba creciendo una pollada preciosa en el erial !... Vete a saber ahora...
-Hombre, Juan - respondí- ...además ya sabes que lo importante es el colectivo, la vida saldrá... estos no tienen segundas oportunidades, ahora ya está. Bajó de nuevo la cabeza, pensó y la volvió a subir:
-Que mierda....mira el pinar joven, y la boina mírala, ahora sí que es una boina...lo que me costó de limpiar, tiempo y dinero....para nada...
-Bueno hombre -respondí -, estamos trinchados y nos sale todo...ahora lo que necesitamos es una ducha y pillar la cama. Dije viéndolo ya algo más entero.
-...la boina -añadí-, hasta le quedará la colita en medio si ese pino aguanta..jajs.
Juan soltó un pequeño bufido por la nariz a modo de sonrisa.
-Si quieres nos acercamos a tomar una cerveza. Le propuse.
-No, me voy a casa, no me apetece charlar con todos.
-Pues venga, mañana será otro día,
-Si -respondió-, y trabajo tendremos a limpiar, esta gente se lava pronto las manos.
-Bueno,...quieres decir que se las ensucian mucho? Jajas.
Soltó nuevamente una sonrisa por la nariz.
-¿Vamos?- Le animé- ...que si nos ven riendo por aquí todavía pensaran que somos los piromanos Jajas.
-¡uf!... Que piensen lo que quieran, poco me interesa...-contestó aburrido.
-¿Sabes?- le comente amablemente-... Nunca te había visto llorar, pensaba que no sabías.
-¡Cabrón!... Es el cansancio- respondió con falso enfado.
-Si...y que tienes tu corazoncito, amigo.
-¡No! Eso para ti, yo ya tengo bastante lío, Jeje.
-Jajas....¿vamos?...-le insistí levantándome.
-¡Ay!- suspiró soltándolo todo y levantándose perezosamente dijo:
..¡Venga!.

 

Conmovedor relato el que nos brindas. En él, se destila la desesperación al ver nuestros bosques arrasados, pero, y a la par, la esperanza que no decae, en uno de los protagonistas, la firme determinación a seguir, y la ilusión de que, al final, la vida volverá a renacer de sus cenizas.
Y sabemos que el 90% de los incendios, son provocados. ¿Y nadie se pregunta el por qué? ¿Quienes salen beneficiados?, ¿Nadie?, ¿Nos limitamos a dar la noticia en las Teles, y ya está?. ¿No hay tertulias televisivas que aborden esta lacra?
Me pregunto el por qué de todo esto....y quisiera saberlo...y a los inductores capitalistas (las manos que prenden el fuego solo son miserables lacayos, quizás del lumpen proletariado, ese lumpen proletariado que reventaba las manifestaciones y concentraciones de mi izquierda revolucionaria en los años 70, pagados por los capitalistas de siempre), llevarlos a los Tribunales, proclamar sus nombres a los 4 vientos, lanzar condena y oprobio sobre ellos, y encerrarlos de por vida.
Un abrazo, querido amigo y halconero.

 

Hola José, gracias por la visita.
No sé la verdad, creo que de todo hay, algunos caso desde luego claman al cielo, hay casos de fuegos tan oportunos para algunos intereses que desde luego...
El caso que inspira este escrito fue un fuego provocado por un artefacto casero de efecto retardado, era el tercer intento en dos temporadas, a manos de un piromano conocido por la policia y un tanto vigilado, aún así no se le pudo acusar por no poderlo probar. Eso nos contaron .

 

Ese caso es el del pirómano aislado, que los hay, y otros casos, son descuidos de la gente, y eso, hace el 10% de los incendios. Insisto en que el 90% son provocados por interesas abyectos.
Seamos rebeldes en este aspecto, y no nos conformemos con escuchar la noticia.