Sinceridad (1ra Carta)

Caracas, 04 de Junio de 2018.
21:48 horas

Querida Musa:

Ya que accedes a ser mi amiga permíteme darte un consejo de amigo: nunca le digas a un hombre que lo amas si no es de verdad. Sabes, cuando te conocí yo estaba totalmente inseguro de lo que sentía, incluso estando juntos yo me resistía a no amarte, a no enamorarme de ti, ya que había pasado por ese trauma muchas veces y se lo doloroso que es el rechazo. Con el tiempo me fui sintiendo a gusto contigo, comencé a sentir cosas que nunca en mi vida había sentido como sentirme acompañado, sentirme sano, sentirme feliz, por primera vez sentí que al llegar a casa alguien esperaba por mí, muchas veces con alegría, muchas veces con tristeza, me despertaba feliz o me dormía feliz. Pero dentro de mí había una voz que me decía - no te confíes, no te enamores, ya has pasado por esto, has recibido mucho daño, cuida el último poquito de corazón que te queda-, y durante mucho tiempo fui prudente y guardé consejo, seguí mi consciencia, me involucraba contigo y al mismo tiempo no. Pero con el pasar del tiempo, tus caricias, tu cariño, tu alegría, el sentirme querido por ti hizo que poco a poco me fuese olvidando de ese consejo, y que poco a poco fuese confiando en ti, en tu “amor”, y un día sucedió el milagro, esa confianza que poco a poco fue creciendo se convirtió en una fe ciega, en algo que yo simplemente creía, yo agradecía a Dios porque por fin alguien correspondía a mis sentimientos más profundos, y sucedió aquello a lo que yo más temía, me enamoré de ti, a pesar del tiempo, a pesar de la distancia me enamoré de ti como se enamora un adolescente; perdidamente y te lo confesé, bien sabes que a mí no me gusta guardarme mis sentimientos.

Pero un día pareciera como si hubieses despertado de un sueño y simplemente me dijiste ya no sentías nada por mí. Y hoy hablas como si lo nuestro nunca hubiese pasado, como si hubiese sido algo muy lejano en tu vida y yo me preguntó, realmente me amó, no lo creo, simplemente fue una mentira, un embuste involuntario. Pero ella nunca me amó, y una vez más me estrellaba contra un molino gigantesco cuando yo pensaba que luchaba contra un gigante. Sabes, el dolor que me causaste fue grande, muy grande, infinitamente grande, mi amor por ti es infinito, y por tanto este dolor también lo es.

Tu piensas que debería odiarte u olvidarte y la verdad es que no puedo querida, no puedo odiarte porque mi corazón no conoce ese sentimiento tampoco puedo olvidarte porque el amor que siento por ti es tan grande que ni siquiera el tiempo puede corroerlo. Te digo todo esto no para que te sientas mal, ni para que digas “pobrecito” o “soy una mala mujer”, “bipolar” o “inmadura” y con eso se acabó el problema, no no no mi musa amada, te digo todo esto para que aprendas, para que sepas cómo es amar verdaderamente, para que veas como se siente un hombre cuando ama de verdad, como un hombre sufre, porque sí querida, los hombres también sufrimos, al sentirse burlado, decepcionado, traicionado. Te digo todo esto para que sepas que amar es el más hermoso de los juegos, lo más hermoso que tiene la vida y que por eso mismo conyeva a una gran responsabilidad, que cuando se ama no deben tomarse acciones a la ligera ya que cada acción trae enormes consecuencias.

Dentro de todo, digo todo esto porque tú, a pesar de las experiencias que has tenido apenas estás comenzando a vivir, aún te falta mucho por conocer y aprender y por ello me compadezco de ti. Yo espero que algún día logres amar de verdad, no pierdas esa experiencia. De más está decir que me siento mal, con rabia e impotencia porque sé que no puedo hacer nada, frustrado porque perdí mi tiempo, dolido porque una vez más, luego de haber confesado mi amor, mi infinito no numerable amor, el mismo fue rechazado una vez más, alegre porque al menos sé que estás bien, y toda esa mierda que uno siente, y perdóname por ser soez, cuando uno cae en cuenta que una vez más amar no valió de nada.

Te pido disculpas por las cartas anteriores, que fueron un poco cursis, son defectos remanentes de cuando uno está enamorado y por mí no te preocupes, aunque ya sé que no te preocupas, si realmente no te importo, yo estaré bien. No estoy molesto contigo, con nadie de hecho, cuando mucho conmigo mismo por idiota y por creer en falsas esperanzas, así que puedes escribirme cuando desees y como desees, recuerda que fui yo quien te propuso ser tu amigo, soy un caballero y cumplo con mi palabra. Así que cuando quieras hablar, cuando sientas la necesidad de conversar, si es que algún día la sientes, ahí estaré.

Por lo demás espero que tengas una hermosa vida, que te vaya bonito y que logres ser feliz. Hasta una próxima oportunidad.

Con Amor

Tu Caballero