Síndrome de abstinencia.

Puse a prueba mi sentido común y una vez más no pudo contra mi voluntariosa pasión de vida.

Quise dejar de escribir y lo único que logré fue que una gran sopa de letras se arrojara sobre mi ya tambaleante cerebro. ¡No pude con ello!...Con la imperiosa necesidad de librarme de una sensación agónica, comencé la ardua tarea de elegir letras, formar palabras y hacer un texto.

¡Un vicio certero que noblemente me encarcela! //Cuánta locura se experimenta al probar una vez más el sabor nunca ordinario de escribir// Regresar y vestirme de mi misma, de la que nunca fue para vanagloriar lo común, lo inerte, lo sin huella, lo complicado y lo de siempre.

¡Cómo sediento en resaca! …Y a pesar de los pesares mis ojos se posan en el viento, encontrando en cada átomo de vigor, nociones de tiempo, de forma, de lugar, de fuego y arena. Ministerios de luz capaces de ensombrecer las más tiranas acciones.

¿Quién puede contra la sonrisa de un niño?
¿Contra el cantar incesante y generoso del ave genuina?
¿Quién no desfallece ante la piel enfebrecida de una amor amante?
¿Contra el aroma de un libro que nos amagó el sentir?

Y yo…solo esclava de mi manera irracional de presentar la vida, ante otros ojos que no son mis ojos; enclaustrada en la pericia de mostrar en la sangre vida y desenfreno; Humanidad envuelta en lo que es…¡Sólida búsqueda de lo in imaginado¡…

Síndrome de abstinencia que solo logra sacarme con cinco dedos de un espacio común y me coloca en mi espacio.

Y aún vencida, al ras del techo del infierno, con más ganas de que por mis heridas se me vaya la existencia como un suspiro y dormir el sueño de los infames que es de una solo página…Prefiero levantarme enajenada //No sé porque//…Tomar la pluma y comenzar de nuevo.

A veces creo que podría ser debido a la flacidez de las abstinencias o porqué simplemente…No soy flor de un día…©