Síndrome de la búsqueda

Siento el frío de una experiencia cósmica, desarrollada entre las intersecciones de una aparente nocividad informe, a la que esta sometida mi psiquis sideral.

Solo un conflicto difuso me lleva de viaje por la galáctica gama de ensoñaciones astrales.

La capacidad de resolución es compensatoria, al igual que una suspensión precipitada.

Y la provocación saludable de la ausencia, traslada a la mente más allá. Me pone a salvo y, se va transformando en materia intangible, solo palpable para mi cerebro.

Y puedo disfrutarlo.

La emulsión disgregada conspira en la acción, hostiliza con paralizantes cualquier reacción imperfectamente física, que intente generar mi yo corpóreo…pues la perfección está aquí dentro de mi cabeza, el tema es la transmisión y conversión de la orden recibida.

Evitar cada error es primordial, modificar cada distorsión provocada por la iniciativa de mi materia intencionada, transformando la pasión, deshumanizando las acciones, estaré en un plano mejorado, en busca de un sentido ideal, ya no habrá dudas entre lo imaginable de mi álter ego, en puja por la disociación de la intención real de determinadas circunstancias.

Sin remedio…

No sé si será un mal el síndrome de la búsqueda; lo que puedo percibir, es que todos lo tenemos, independientemente del objetivo, el tema es el foco de la acción, calibrar nuestra tensión, cual instrumento, enfrentar los sueños, tomarlos y mirarlos de frente, sin permitir la invasión de los prejuicios del que no a encontrado sus propios sueños, y se alía con la critica y la desidia.

Es el sentimiento más noble de nuestro ego, por la sola intención del movimiento desarrollando anticuerpos y nutrientes, con los que no hurgaríamos en supuestas precuelas, sobre lo que pudo haber pasado hasta llegar a un punto determinado.