Síndrome del viaje

La mirada sádica de un sentimiento oculto, involucra situaciones desesperantes, esas miradas que se observan en las gentes cuando están distraídas, retraídas en su más íntimo pensamiento.
Pequeños tetricidios situados en la oscuridad del alma, en la trazabilidad de la cordura, suspendidos en cada submundo inanimado personal, supeditados bajo la furia incondicional de la codicia, dando rienda suelta a las mas bajas apetencias; anidan a un costado de un horripilado egoísmo, que se deja entrever en la tracción de un corto viajen en colectivo. Donde la complicidad del silencio, la agonía y el deseo incivil, causa impacto en el otro, que al percatarse, se intimida y va convirtiéndose en segundos, en una victima mas del síndrome del viaje.
Estas agresiones se generan en el lapsus de un traslado, generalmente en un transporte público, perdurando lo que el viaje.

 

Describes bien esa tensión interna, esas sensaciones que se generan en la proximidad de un trasporte lleno. Yo lo tengo poco vivido, ya que vivo en un pueblo y me desplazo en mi coche, pero cuando viajo a una ciudad percibo lo que describes. Me gustó.
Abrazo.

 

mave gracias por tu interpretación y por tu gentil abordaje al mundo de los peatones
saludos
tyngui sanchez