Sobre los hombres de la guerra

Tampoco admiro
a los hombres de la guerra
y aprecio el buen vino
-aunque no lo idolatro-
y al dinero lo miro
por encima de los hombros.

No admiro a esos hombres
Pero los he justificado
pues un día ansíe ser
uno de ellos:
"¡y qué bien me quedó el
uniforme!"

Hablo de la guerra
que nace
de la paz teatral
que libramos día a día
cuyos mensajes y partes
nadie comprende
mucho menos
los que tienen tres ojos;
de la antítesis
de la guerra
que en nombre
de la libertad
hace cautivos los sueños
vírgenes;
de la antítesis
de esa otra guerra
por la que existen
hombres que escriben
manuales de guerra
y hombres que abandonan
sus aldeas
porque a la tierra
la han hecho belicosa.

La guerra extingue poetas
y fabrica guerreros.

Simple argumento del bardo
que en un juicio sumario
podría ser usado en su contra.


FSD,1995.

 

Hombre...!, me encantó leerte...

Congratulations...!

 

Me gustó mucho tu final. Le da el punto final exacto.
Un placer leerte.
Saludos

 

Somos una paradoja
somos ser que aniquila
o crea una rosa


somos sicarios a sueldo
o cobijo de corazones
somomos
el surreal animal
humanos
humo
humus


somos albedrío
cerebral obra inconclusa
acerebral límbica noche

quizás este mundo
sobreviva la humanidad
o quizás no...

Hola! :Bienvenido:


Sme ire sobre el punto tangecial del soldado invasor, del mecernario a sueldo que pela las guerras más bastardas y sólo por dinero. desde mi punto de vista es detestable y merece el calificativo de asesino, así sin cortapisas. Aquelque mata sueños, y almas. Niños y ancianos, aquel que moja su pan y viste sus jeans pagados con la sangre deindefensos.
Soldado de guerra
cobardía extrema...


Un abrazo desde México. José.

 

Por fortuna, aún quedan poetas guerreros. Me encantó este poema tuyo Fidel. Los poetas debíeramos escribir manuales del porqué no nos gustan las guerras y cómo desarmar los corazones insensibles desde el otro hemisferio. Un gran abrazo de admiración a lo que hasta ahora te he leído.!

 

A veces las creemos necesarias y nos toca asumir la responsabilidad. Luego, pasan los aňos y nos damos cuenta, que todo fue una utopía. Aunque la realidad es desalentadora, lo volveríamos a hacer, porque somos tercos enamorados de causas perdidas.
Me gustaron.
Abrazos
Chepeleón