Soliraridad:"Una simple ayuda"

Soliraridad:"Una simple ayuda"

La noche estaba oscura ,mas que siempre, el sol cansado de un arduo ida de calor yacía dormido, algunos grillos salían con su vos recitando sus mantras.

Como toda noche era perfecta, solo la percepción de alguien podía distorsionar tal belleza, y si, había alguien, alguien que no veía mas allá de sus problemas, la noche era perfecta pero el no la podía mirar , sus ojos miraban para el interior de su ser.

Era un caballo, el mas vello de todo, un caballo y a su ves un padre, padre de un potro que estaba muy enfermo, tan enfermo que hasta la muerte seria un alivio para el pobre potro.
Rafael, el caballo, no le había dicho a nadie, pero todos se daban cuenta de la tristeza al mirar sus ojos, mas de un animal le pregunto que sucedía y para todos la respuesta fue la misma, el silencio.

Pero estaba hay, al lado de su hijo, viéndolo morir, primero fue su andar, hacia días que no caminaba, luego su vos, y pronto serán sus ojos, se cerrarían por siempre, ojos que han derramados mas lagrimas que su boca sonrisas.

El búho, con sus grandes ojos observándolo todo respiro profundo y angustiado al ver tal imagen, puso su sabiduría en un vuelo y se coloco en una rama del árbol, donde se escondía el potro y su dolor.

_Hola Rafael -dijo el búho- se que tu hijo esta mal, hace días que los observo, tal vez pueda ayudar, se de muchas cosas y los demás me buscan por mi sabiduría, deja amigo, que te ayude

y Rafael respondió, como quien en su boca no hay mas esperanzas _Te agradezco mucho Eliseo, se que eres el mas sabio de todos aquí, pero dudo que haya algo que puedas hacer, mi hijo sufre y agoniza por mas que no lo diga lo escucho de sus ojos, solo espero que Dios sepa lo que hace.

_Pero Rafael, continuo el búho, yo conozco de las medicinas de las plantas, se que hay hierbas para cada tipo de enfermedades, con gusto si me dejas buscare en toda la tierra y te las traeré preparando un remedio para tu hijo

Los ojos de Rafael empezaron a brillar, alguien le había devolviendo la esperanza, pero tenia miedo, miedo de también perder a esta.

_Por favor, tráeme todo lo que puedas para curar a mi hijo, te lo pido, te lo ruego, mi hijo esta muy mal, no se cuanto mas pueda aguantar.

Y sin decir nada el búho además de sus ojos abrió sus alas y voló, en busca de unas hierbas

En su vuelo, unos pájaros vieron al búho con demasiada prisa, y le preguntaron que pasaba; el búho a pocas palabras y directo les contó , y sucedió lo mas hermoso, los pájaros también acompañaron al búho en búsqueda de esta hierba

Mas y mas pájaros de toda calces se iban sumando al saber lo que sucedía, era un milagro, había mas pájaros en el cielo que estrellas, Rafael miraba al cielo con esperanzas y mas agradecido que en toda su vida, estaba presenciando un milagro.

No había criatura en el cielo que no volara para buscar tal difícil hierba, la vida de alguien estaba en ese aire, y todos ellos hacían algo para que la continuara.

Era difícil, el sol dormía, la noche era mas oscura que de costumbre era casi imposible que por mas que todos los pájaros del mundo se integren a la búsqueda encontraran la hierba tan rara

El búho lo sabia, y de a poco los pájaros fueron perdiendo el entusiasmo pero sin dejar de buscar.

Allí en el cielo habían mas seres que observaban todo esto, las estrellas, lo que sucedía era hermoso era realmente un milagro, pero no podían ver los pájaros.

Y el milagro siguió, las estrellas empezaron a brillar mas y mas fuertes, querían ayudar, ellas también conocían del dolor, brillaron tanto que hicieron de la noche una madrugada de a poco un mañana y hasta un gran día

No había un sol, había cientos, miles, millones, cada estrella desde su parte en el universo ayudo iluminando.

Los pájaros recuperaron su entusiasmo hasta que dieron con la hierba

Búho, búho, la encontramos, gritaban algunas golondrinas, el búho y los demás fueron todos al árbol donde Rafael y su hijo se encontraban, Rafael solo lloraba de agradecimiento por tanta ayuda tenia ahora fe. la que salva.

Prepararon la hierba, se la dieron a Agustín, el potro, y todos quedaron esperando, esperando que la vida vuelva, miraban con atención todos los pájaros y estrellas, pero nada paso, seguía igual.

De alguna forma, todos sintieron dolor, todos estaban perdiendo la fe, y en ese momento los ángeles no pudieron soportarlo mas y se hicieron visibles y presentes, cuidaban al potro, rezaban, oraban a Dios, pero Agustín estaba peor, los ángeles se dieron cuenta que solo faltaban minutos para que la llama de su vida se apagara.

Dios vio todo lo sucedió aquella noche, siguió todo con mucha atención, el búho, los pájaros, las estrellas y ahora los ángeles, todos estaban ahí, todos creyeron y sin embargo...

Pero sucedió, Dios se hizo presente en aquel lugar y se acerco al potro le dio un aliento de vida

_Agustín te ordeno que vivas

y dicho Agustín se levanto, abrió sus ojos y abrazo a su padre

Nunca te olvides de esto

Una simple ayuda pude hacer un milagro
puede... hasta devolver la vida.

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Todos los derechos reservados del autor ©

Nicolas_rock@hotmail.com​

 

Hermosa historia traes al portal querido amigo,hermoso desenlase y conmovedor final...ciertamente una ayuda no podra devolver una vida pero si evitar perderla.....me ha gustado mucho!
Todo un placer leerte....
Un besote!
Ann

 

Gracias amiga por tus comentarios y creo firmemente en lo que decis, podemos hacer mucho pero mucho de verdad.