Solsticio.

Me asomo cada día al amanecer para proyectar el camino. Hoy me he levantado animado. Recorreré unos segundos más a riesgo de pagar mañana el esfuerzo.

 

¡Oh, sol que me iluminas! No te fatigues por demás, cuida tus pasos que aún las flores te necesitan...

abrazo
j.

 

Dice el sol: Flores ávidas de luz, no penéis, que vuestros vástagos tendrán de nuevo mi ánimo recobrado tras el descanso del otoño. Ahora apresuraos a dar los frutos y dejadme languidecer por un tiempo.

 

Dicen las flores (disculpa, pero me gustó este diálogo): Compartiremos tu languidez en nuestra fructífera latencia...

j.

 

Sol - Gozad la vida entonces con el pensamiento puesto en la eternidad del ciclo de la vida. Vuestra progenie me habrá de tener con toda mi voluntad puesta en servirles la luz que sus clorofilas necesiten. Prevenidles solo para que no nazcan en los reinos de las sombras.