Sonriendo me fui creciendo (triada de sonetos)

El viento me condujo allí de nuevo
a la época del niño sin desvelos
sin dudas amorosas en los cielos,
el mismo viento por el que hoy me muevo

¡El tiempo no le cambia! y yo longevo
gastándome la vida tras anhelos
de niños sumergidos en deshielos
bordados por un mundo tan malevo.

¡El tiempo no le cambia el rostro al viento!
tampoco a la nostalgia que acompaña
mi sentimiento de sentirme infante.

A veces lloro, cuando en un instante
recuerdo que: del niño, queda el cuento
y no lo niego el alma se me empaña.
___

El viento tan solo sopló mi cometa;
las hojas caían sin dolo en la acera
ahora, quisiera que el tiempo durmiera,
vivir sin la herida de aquella saeta.

Niñez sin igual que me dio esta faceta
y no es temporal ni un capricho cualquiera,
es muy permanente tomar la chistera
sacar las palabras, sentirme poeta.

Me basto un aroma, mención tan exacta
de la época, para viajar en un acta.
y así desterrar sin mas las amarguras.

¡El tiempo… que a nadie se para esperar!
y el viento… trajeron mi sístole a andar
cuarenta quimeras y dos hendiduras.
___

Sin saberlo, viviendo en amistad con el mundo
me forjaba recuerdos asombrosos, eternos;
equipaba veleros con papel de cuadernos
y mi padre enteraba, y se ponía iracundo.

Mas mi madre en defensa con afecto profundo
ordenaba mi vida con cuidados maternos
logrando a cada cual en nuestro lugar ponernos.
¡Parece que la vida se nos va en un segundo!

Ayer solía ser un chiquillo tan culto,
un crío tan perplejo, que no osaba mirar
¡que…! al crecer, lo que vale es la mas triste apariencia.

Sin embargo, al pensarlo con mejor evidencia
mi verso mercenario para reflexionar
aparece ¿Por qué quería ser un adulto?
​

 

Muchas gracias por tu lectura y opinión, esperemos pues, alguien me de indique los yerros.

saludos...