Soy una barca de goma en la arena

Aquí, remar como me remas
debe ser inútil, como te dije.

Ponte el flotador de pato y lánzate
a esta playa de cuarenta mil kilómetros.

¿Cuántas veces te he preguntado
dónde está el agua?

Pero a ti te da igual, sigues remando
y no ves mi cuerpo arañado por la arena
y que no me muevo; tampoco tú,
pero sigues remando.

Quizá el Sol te haya achicharrado
los sesos o los ojos, u otra cosa.

¿Quién es el Sol?, te he preguntado
también muchas veces. ¿Cómo es?
Pero tú no miras, ni arriba, ni afuera;
te da igual sudar la vida.

Ponte el flotador de pato y lánzate
a mi lado, que cubran tus tobillos la arena;

y mueve los brazos, y nada,
a ver si puedes. Si no te gusta el flotador
de pato, que sea de tanque de cerveza,
o de marihuana, vodka o valium.

Pero no sigas remándome, porque la goma
acabará por pincharse y liberar el aire
que lleva en sí desde antes de ser de goma.

Entonces tendrás que lanzarte
con el flotador elegido, o quedarte
en una barca pinchada en mitad
de cuarenta mil kilómetros de arena.

Y todo, por no mirar arriba,
por no mirar afuera.
por no levantar la cabeza.

Si lo hicieras, a la vez que te lanzas desde mí
con el flotador que hayas elegido a la arena,
quizá, si te lanzas, te darías cuenta
de que no soy una barca de goma;
y que tus brazos de remo no nos llevan
a ninguna parte de este mundo de cuarenta
mil kilómetros donde hay tantas barcas
de goma que no se ve ninguna,
y tantos remadores negándose a lanzarse
que empieza a dar asco tanta indecisión.

 

Me gusta este poema, Vicente, aunque yo no lo encuentro tan surrealista. Tiene versos muy atractivos y en su conjunto está bastante bien. Quizás, personalmente, solo tocaría un poco la última estrofa, por ejemplo:

"Si lo hicieras, a la vez que te lanzas desde mí
con el flotador que hayas elegido a la arena,
quizá, si te lanzas, te darías cuenta
que no soy de goma ni de plástico,
que no soy una barca;

y que tus brazos de remo no nos llevan
a ninguna parte en este mundo de cuarenta
mil kilómetros de desierto donde
hay tantas barcas de goma que no se ve ninguna,
y tantos remeros negándose a lanzarse
con sus flotadores recosidos,
que empieza a dar asco tanta indecisión."


El verso final me encantó.

 

Pues tiene razón, no supe qué foro le correspondía. Me vino la imagen de estar en una barca en la arena (será por el calorazo que hace), y escribí de tirón; y lo publiqué rápido, cosa que nunca hago. Más tarde lo revisaré y probablemente le haga caso.

Me gusta verle alejado, sin darle porrazos a su cabeza, de sociopolíticos, aunque sea un tiempo.

Salud2, que hace mucho calor para abrazarse.

 

Gracias, Osiris. Gracias, Luz.

Salud2 cordiales, compañeros.