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sueño de un dia de verano...?

Tema en 'Prosa: Obra maestra' comenzado por J. Enrique, 11 de Agosto de 2012. Respuestas: 2 | Visitas: 1103

  1. J. Enrique

    J. Enrique Poeta recién llegado

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    Hay un rincón de La Alhambra, supongo que habrá cientos, pero ese, en concreto, me hechizó con la magia de un encanto de las mil y una noches.
    Tenía 18 años, fui con mis padres y mi hermana, en vacaciones, a ver a mis tíos y mis primos a Loja, en Granada. Estuvimos dos semanas.
    Para mí era una aventura, tenía un coche nuevo, la flamante L colgada detrás y sobre todo, me vería con mis amigos y amigas que estaban veraneando en Antequera, prometía unas maravillosas vacaciones … y lo fueron.
    Al día siguiente de llegar a Loja ya fui a Antequera a ver a mis amigos. Aquella noche ya casi me quedé a dormir en Antequera, pero quedamos a visitar La Alhambra y necesitaba ropa, dinero etc. Por lo que volvía Loja.
    Casi no había amanecido, cuando ya los recogí en Antequera e iniciamos el viaje a Granada.
    Íbamos un grupo muy avenido, cuatro chicas y cuatro chicos, todo redondo. Las palpitaciones primaverales de juventud encendían la sangre en ganas de vivir la vida. Ese fue un día de aquellos que te marcan, para mí sobre todo por dos vivencias que aún me persiguen.

    La primera: En la puerta de acceso al Generalife, maravilla donde las haya, cerca de donde se sacaban los tickets de entrada, habían un grupo de gitanas, la mayoría jóvenes y una de edad más avanzada, llevaban ramitas de romero y leían las mano, lo clásico en Granada, se acercaron a nosotros, empezaron con el trapicheo de que si te leo la mano , que si romero para la buena suerte y prosperidad etc.. La de más edad, se acercó a mí, con la rutina ya aprendida. M e cogió la mano, yo le seguí el juego, esperaba las frases tan conocidas para leer la mano. De golpe se irguió mirándome a los ojos pronunciando unas palabras que se grabaron con fuego en mi cerebro. “ CHAVÓ TU NO SIRES CALÓ CHACHAPIRA , TAMÍ O APUCHELAS “ juraría que fueron esas palabras. Lo fuerte del caso es que entendí lo que me dijo, quizás aquellos ojos negros hablaron más que los labios. Dime que será de mi vida?, le pregunté.
    “Tu vida será como tú quieras que sea, serás libre de espíritu y de cuerpo, pero nunca de corazón, te casarás con una mujer del sur que no está aquí, tendrás un hijo, bien amado, pero no de tu tierra, porque la tierra nunca te atará”. Lo dijo en castellano. La miré abobado, leí en sus ojos profundos cierto aire de superioridad del que sabe lo que tú no sabes, pero al mismo tiempo un toque de satisfacción como de conocer a alguien esperado. Le quise dar unas monedas. Me tomó la mano y me hizo guardar en el bolsillo, tomó una ramita de romero y la puso en el ojal de mi polo blanco, mientras decía “APUCHELA….RUMIJELÓ PA TU DEN” y me dio tres besos en las mejillas, me aferró la mano mientras decía:” QUELA CON LA PUCHEN”. Desapareció, desaparecieron todas las gitanas, apenas hicimos fotos con ellas. Sé que mi amigo Paco tenía una foto con ellas y que Amparo tenía una en la que salía yo.

    La segunda: El día pasó muy agradable llevábamos unos bocadillos y el agua no faltaba, queríamos ver el atardecer en La Alhambra, pero cerraban antes y no nos dejarían hacerlo. En un momento, no sé cómo pasó, me quedé solo, al pie de la Torre de las Infantas, en un flanco de la Torre, justo donde hay dos ventanales, un pequeño bancal, escondía una pequeña rosaleda. A un lado y casi justo en los muros de la Torre, una fuentecilla de agua, dejaba car un chorrillo de agua, que al caer sobre un recipiente de piedra en forma de corazón, creaba música de cristal, en medio había un banco de piedra, rodeado de altos cipreses, con tres caminos de arena, me senté un momento para oír la cantarina fuente. La tarde iba cayendo y las sobras de los cipreses se hacían más largas. No sabría decir cuánto tiempo estuve allí, solo recuerdo que por unos momentos la atmosfera cambió, se hizo más densa y mezclada con la música de la fuentecilla, me pareció oír el llanto de una mujer, entre los sollozos creí entender unas palabras: “No dejes tu corazón prisionero, entrégalo sin sombras, pues las sombras convierten las bellas rosas en rosas negras”. Casi por instinto miré a un rosal, al pie de un ciprés y tenía una única rosa de color negro. Reconozco que me sobresalté. Intentaba, sentado, tocar aquella rosa negra. Yo, triste mortal, veía la rosa negra de La Alhambra o ¿era Zorahaida quien me la mostraba? . Unas voces llamándome me despertaron de aquellas sensaciones, y aún atolondrado, me reuní con mis amigos.

    Aún hoy no sé qué pasó aquel día. Quizás …solo fue un sueño de un día de verano.
     
    #1
  2. novelo avogadro

    novelo avogadro Poeta recién llegado

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    Muy bueno amigo, a veces es sólo un sueño ¿o será en parte realidad?. Tu narración tiene misterio, aunque un comienzo que no define el punto de llegada. El misterio, o la in definición, o la duda en un final, logran ese efecto, como lo has hecho.
    Saludos,
    nova
     
    #2
  3. J. Enrique

    J. Enrique Poeta recién llegado

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    4 de Marzo de 2012
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    Indefinición, misterio...cualquier cosa puede aparecer en un sueño. Modificarlo, darle realismo, ritmo etc. ...lo convertiría en una realidad. El escrito es solo el sueño de un día de verano.
     
    #3

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