¿sueÑo o realidad?

Sueñas con volar libre como el halcón. Te sumerges en el mundo de los sueños, buscando, quien sabe que. Puedes sentir como el viento acaricia tu rostro mientras el mundo se mueve bajo tus pies. Sigues volando y alzas aún mas, si se puede, tu vuelo hacia el cielo.Cruzas el inmenso océano y tras de ti vas dejando áridas y desérticas montañas.El sol brilla con intensidad, te diriges hacia su luz, pero algo te impide alcanzarla: su luz te quema, retrocedes y cambias tu rumbo, eso te hace sentir frustrado. ¡Cuanto te hubiera gustado atraparlo entre tus manos! ; a pesar de ello, no te sientes derrotado, sigues tu camino, e inesperadamente das un giro sobre tu eje quedando boca arriba.
Ya no divisas el inmenso y profundo océano, hora ese océano se vuelve de un azul suave, con pequeñas montañas blancas que atraviesas sin dificultad.
Llevas horas volando, sientes frío, mucho frío... estás cansado, desfalleces. Dejas de batir las alas y te dejas caer. Tu caída es rápida, sabes que pronto todo acabara...
...Tu cuerpo, ahora frágil y abandonado, choca con las frías aguas de aquel inmenso océano.
-Ya está- susurras débilmente, arrojándote a los brazos de tu destino. Pero no acaba así de golpe, como habías imaginado. Ahora sientes como sigues y sigues cayendo, aunque el descenso ya no es tan rápido como al principio.Tu agonía se alarga, te estas hundiendo en las gélidas aguas, ya no hay luz, todo se vuelve oscuro y frío y te empieza a faltar el aire. La sensación de ahogo hace que reacciones por un instante, te asusta, pero no te dejas vencer por el miedo.
Sigues descendiendo hasta que tu cuerpo vuelve a chocar, pero esta vez el golpe es seco y duro, y hace que tu cuerpo rebote y se estremezca de dolor.Tu descenso ha acabado, ya no ves, no sientes dolor alguno; los oídos que parecían estallar de un momento a otro, dejan de sentir la presión que hacia unos instantes te angustiaba.La paz que sientes ahora, es infinita, poco a poco la oscuridad se va convirtiendo en una luz que jamás habías percibido.En tu mente, empiezan a aparecer recuerdos de tu vida ya acabada. Recuerdos que te iluminan cada vez más y que van eclipsando a aquellos que no fueron tan buenos.
De repente, sientes que alguien te coge por los hombros y te presiona fuertemente, empujándote hacia a bajo; comienzas a caer de nuevo, ahora tu descenso se vuelve nuevamente rápido e incontroado, has caído en una especie de embudo y giras, y giras a gran velocidad, intentas agarrarte fuertemente pero te es imposible, no hay nada a donde agarrarse.
Tu desesperación y angustia hace que llores desconsoladamente; cuando empiezas a sentirte totalmente abatido, alguien te rodea entre sus brazos, dejas de dar vueltas y te entregas a sus caricias que te reconfortan dulcemente.Son los brazos de una mujer a la que no logras identificar. Pero estas muy cansado y te dejas llevar. Apoyas tu cabeza sobre sus senos, te sientes bien, de vez encunado, alzas la mirada intentando averiguar de quien se trata, pero su luz no te deja distinguir su rostro, sonríes con un gesto de agradecimiento y sigues así inmóvil disfrutando de aquel momento.
Ya no sabes cuanto tiempo ha pasado, ¿una hora, tal vez, un día, un año…? Quien sabe, el tiempo no es tiempo en ese lugar.
La mujer que hasta ahora te rodeaba con sus brazos, se aparta de ti ligeramente, vas a decir algo cuando ella te hace callar poniendo su dedo índice sobre tus labios.Comienzas a distinguir ligeramente su rostro, que acerca a tuyo muy despacio. Quedas absorto mirándola, aun no puedes distinguirla del todo, pero sabes que la conoces. Se va acercando cada vez más, ya no queda apenas espacio entre los dos; ella deposita sus labios sobre los tuyos y te besa tierna y apisonadamente; en ese momento caes en la cuenta que la luz que siempre has deseado alcanzar la has tenido siempre delante de ti, es la luz de la fe, de la esperanza, y que el calor que ahora te abriga y te abrigara siempre que tengas frío, es el que se desprende del amor que constantemente estas recibiendo. Es el del amor de todas las personas que te rodean y te quieren, el de tu familia y el de tus verdaderos amigos.
Emerges de tu sueño, abres os ojos de golpe, no sabes distinguir lo real de lo irreal. Estas empapado, pero ¿que raro?, no sientes frío a pesar de que ya ha entrado el crudo invierno.
Te llevas la mano a la boca, acaricias tus labios con los dedos y descubres que están húmedos y calientes.El nombre de una mujer viene a tu recuerdo y un escalofrío recorre todo tu cuerpo...

 

tu narración es riquisima en descripciones e imágenes claras. aquél Icareo vuelo de tu protagonista te quedó muy bien hecho, y entrega una profunda moraleja....un gusto leerte: R. toro

 

gracias por tu opinión. un placer que hayas pasado por mis letras