Sueños de Guerra.

Los aviones ensordecían mis miedos y veía caer las paredes de la escuela que me educaba para vivir la vida... Y hoy solo me pregunto ¿Si veré a mis descendientes caminar por la hierba verde de un campo floreado?
Nací en guerra y me fui con quince años a la guerra.
Esa ciudad que nunca vi a los niños jugar en la plaza, la misma que no jugué ni en mi suerte de niño. Políticas u religiones ambiguas me robaron la libertad de vivir el hoy, razón por la que una bomba de tiempo explota y no tiene fin...
Nunca vi sonreír a mi madre y solo vi mutilarse mis sueños con cada escombro de lo que hoy no queda más que mi realidad de ser un joven soldado a la fuerza y lágrimas. Mi pueblo simple y hostigado no ve mas que sangre, yo no duermo por las noches y la comida es lo que menos abunda, me robaron hasta la ilusión... Crecer solo se trata de combatir, morir puede que sea mi mayor tesoro. Y… ¿Dios donde estas? Me lo he preguntado cientos de veces y cada día que pasa siento que el infierno esta en la tierra. El mundo demasiado absurdo para que los sueños de paz sean de verdad.​

 

Ups, amigo!
A pesar de las guerras cotidiana en las que convivimos en cualquier Ciudad de este Planeta, y no me refiero solo a la guerra bélica, sino esa de seguir viendo tantos chicos viviendo en las calles y ancianos denigrados sobreviviendo los últimos o pocos años que les queda en esa sociedad de mierda, dónde prevalecen las injusticias. Asi vamos perdiendo las sonrisas y los sueños, pero no debemos ni podemos permitirnos que ellos nos ganen, a pesar de las vicisitudes hay que seguir luchando y cada día con mas fuerzas por ese sueño universal que es VIVIR EN PAZ.
Me encanta recorrer la estela que van dejando tus versos como olas.
Saludos y un abrazo fuerte.

 

Pensamientos muy parecidos tengo yo... Ojala este Mundo fuera mas habitable en el sentido de menos violencia y diferencias entre ideologías: Que cada cual piense como quiere pero no dañar a los demás. Te dejo Muchos saludos y un Abrazo "Argento". Este mar de letras a veces se pierde en un abecedario de océano.