SUerte Incendiada CInco DIas Oscuros

SUerte Incendiada CInco DIas Oscuros

El rechinar de mis pensamientos entre las hileras que logran desplazarse por las cavidades de mis locuras o incluso el incesante sonido de mis soledades abrazarse y envolverse en una orgia desmesurada me volvían mas…triste, quizá era tiempo de salir y convertirme en uno de ellos, a fin de cuentas mis reservas no durarían mucho, las balas en mi escopeta son tan pocas como las sonrisas de los niños en el mundo, pero algo me aferraba a mi mecedora, y no hablo de mis uñas largas que funcionaban como anclas ante la tensión de tan grotesca situación, algo más me anclaba a ella, ¿ganas de vivir? Jamás existieron, y si jamás existieron ¿Qué hago aquí? Defendiéndome y defendiendo mi hogar, y yo solo me conteste, ¡es mío!, ¡de nadie más!, el pasar de las sombras a los alrededores de mi patio, el ver las manecillas del reloj y notar que el tiempo se ah burlado de mi otro día que al caer la noche me vuelve más paranoico, y es allí donde fantaseaba entre los efectos que me provocaba el calor del ambiente, colgado del segundero, impidiendo el avance en el tiempo, deteniéndolo con ambas piernas y ejerciendo presión sobre mi abdomen, acabaría tan cansado al final en un charco de vomito ante tal esfuerzo, y sin embargo el segundero seguiría su camino como la familia que me abandono algunas vez, seguiría su camino como la infeliz de mi ex-esposa y el cartero, no importando los detalles, al final se iría…y se reiría.

Mis pensamientos rechinaban aun más y es que el gobierno ¿no tiene un plan de acción ante esto? Abandonaron a sus ciudadanos para esconderse en esos lujosos bunkers, y ahora estoy aquí con una escopeta un poco oxidada entre mis manos, la eh sostenido tan fuerte tanto tiempo que ah comenzado a encargarse en mi piel, y allí están nuevamente las sombras de mis ventanas, me decido a apuntar y disparar ante la mínima provocación, no importando si es niño o mujer o incluso algún otro anciano como yo, se acercan pero la más grande destaca, se detiene, parece retroceder, se ah ido, y suelto el aire que sostuve pero al salir es degradado, lo deje ir de mi cuerpo ya no es parte de mi, te extrañare amigo, creo que aun sigo desvariando, el calor es fuerte, me abraza como tú lo hacías, el busca en todo mi cuerpo rastros de frescura para matarlos exactamente como tú, el calor y tu son tan parecidos…

-¡ah maldición! ¡Por donde entraste pequeña puta! Mírate, semidesnuda con sangre en la boca, y en la boca sangre de todos, todos tienen sangre por que la sangre esta en todos (mirada borrosa)

Vaya, en un ojo, si te hubiera apuntado juro que no te hubiera dado, la vista me traiciona pero no es la única, la gente como tu traiciona, ¿qué edad tenias? ¿7,9? Y ¿quién desgarro tus ropas? ¿Son esas lágrimas de muerte? ¿Es acaso sudor? Un cadáver ¿puede llorar?
Te arrastrare con los demás, y te maldigo sabes, me quedan menos balas, y eso significa que pronto seré uno de ustedes, sabes es triste como la vida nos tomo por el rostro porque tanto tu como yo somos víctimas en esto, la vida nos tomo con sus manos, y siendo hermafrodita, nos baño con su esperma en la cara, nos uso y nos deshecho cuando ya no le servimos, ¿puedes creerlo cadáver? ¿Puedes creerlo? ¡Qué vas a creer! Ya no queda nada de ti ni para creer en ti misma, ¿qué es ese liquido que sale de tus oídos? Ese liquido blanco acaso ¿son tus sueños? O ¿es el esperma de la vida?, parecen ser tus sueños, derramados sobre tu cuello, beberé un poco de tus sueños, mis reservas de agua son pocas también, tus sueños son amargos, tus sueños apestan, dura vida, vida que has sido dura, suerte que se dio, suerte incendiada cinco días oscuros, los más oscuros de mi vida los pase al lado de alguien y hoy la historia se repite, esta vez somos muchos, pero no todos tienen la cualidad de hablar más, buscare dentro de ti una respuesta, buscare dentro de ti los buenos sentimientos infantiles, la inocencia que perdiste cuando fuiste infectada, veré si aún queda algo, algo por recordar, cuan afilada esta mi navaja que esgrime en tu carne como si fuera mantequilla, y llegamos a tu corazón niña jamás amada, buscare dentro, ¿Qué es ese liquido rojo? ¿Sangre? O ¿son tus emociones?, es el amor que aun había en ti, son tus sentimientos envueltos en carne, comeré de tus emociones y amor porque ya no hay en mí, me hacen falta, si los cocino perderán propiedades nutrimentales y no estoy en posición de darme esos lujos, necesito todo el amor posible.

Y el amor de aquella niña jamás amada era crudo, pero puro, puro amor, vuelvo a mi mecedora, a sostener mi escopeta de nueva cuenta, esta vez estoy acompañado, no por una tierna niña con una mirada endemoniada, no por una anciano, y no por una mujer, son varios hombres jadeando y con una satánica mirada, suerte incendiada cinco días oscuros, los días más oscuros que eh pasado en mi vida los terminare en una jauría de hombres hambrientos de carne y sedientos de sangre, mi perra vista fallaba así que solo conseguí volarle una mano al primero y me deje caer hacia atrás, y mire el techo y el techo me miro, juro que hasta pude ver una sonrisita en el, fue entonces que sentí la primer mordida en el cuello, y la radio poco a poco se escuchaba más lejos, y más borrosa, y la radio se estaba apagando o mis oídos, no lo supe hasta hoy, y las mordidas comenzaron por todo mi cuerpo, y me comieron vivo, mi cuerpo reaccionaba solo como por instinto, y pataleaba y manoteaba, pero no era suficiente, y la radio volvió a mis oídos, pero más fuerte, de pronto los cinco hombres fueron cayendo y sus sentimientos se derramaban en la alfombra de mi sala y sus sueños llegaban hasta mi cuerpo, quise voltearme para beberlos pero no pude, algo me lo impedía, voltee a mi otro lado y tampoco pude, y de la rabia quise patear a uno de ellos y tampoco pude con ninguna de mis piernas, de pronto éramos seis personas mojadas de tanto amor y sueños que parecía no caber en mi sala, y el radio volvió a mis oídos, “suerte incendiada cinco días oscuros”, esa frase venia constantemente a mi cerebro y quizá debí hacerle caso, al menos así no estaría en esta situación, la razón por la cual no podía apoyarme en mis brazos o patear era porque carecían ya de esas extremidades en mi cuerpo, ya no sabían de mi ni yo de ellas, me las arrancaron a mordidas, saborearon mi amor, pero no mis sueños, y la radio era más fuerte porque era la radio de los militares que habían llegado a la zona a rescatar a los sobrevivientes después de estos cinco días oscuros llenos de incendios y mala suerte, aquella explosión causada por el meteorito daño el comportamiento de muchos seres, volviéndolos como animales, a veces pienso, ¿no hubiera sido mejor haber sido devorado en vida? Estoy vivo pero a costa ¿de qué precio?.