1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Tambaleante silencio

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por ivoralgor, 4 de Junio de 2014. Respuestas: 2 | Visitas: 783

  1. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Junio de 2008
    Mensajes:
    494
    Me gusta recibidos:
    106
    Género:
    Hombre
    Llegó el sol de mayo y no sabía qué hacer con tanto amor. Recibí una carta fechada el 4 de Marzo de 1999. Hubiera preferido no leerla, pero fue imposible. La carta se tambaleaba en mis manos, signo inequívoco de que no eran buenas noticias. Me senté en el sofá de la sala. Hacía un poco de frío, la noche anterior había llovido. El sol parecía nuevo, los arboles más verdes de lo normal, todas las casas tenían ese brillo de recién lavadas. Qué haces despierto papi, dijo mi hija, quiero mi leche. Dejé la carta sobre la mesa de centro y fui a la cocina a preparar la leche. Aquí tienes, cielo, regresa a la cama a seguir durmiendo. Le di un beso y se fue de nuevo a su cuarto. Oí el rumor de la televisión; la había encendido para entretenerse mientras tomaba la leche. Regresé a la sala y tomé en mis manos la carta. Seguía tambaleándose.

    Dejé de pensar. Una bruma espesa entró por la ventana. Un hombre viejo preparaba café en la cocina. Supuse que era un sueño. Sorbió lentamente el café humeante. La mano de una mujer mayor le agarró el hombro derecho. Resopló aliviado. Siéntate, dijo, quiero decirte algo. La mujer mayor se sentó a un lado de él. Volvió a sorber un poco de café. Olvidé decirle al niño lo de su madre, dijo, no quiero lastimarlo. La mujer mayor aguantaba las lágrimas, le pesaba el alma entera. Con un hilo de voz persuadió al hombre mayor para que esperara unos días más. Debo decirle lo antes posible, recalcó, no quiero que se entere por otra persona. Qué hacen despiertos, dijo el niño, quiero leche. La mujer mayor se paró y preparó la leche. Toma, hijo, dijo, ve a tu cuarto a seguir durmiendo. El niño se fue a su cuarto y encendió la televisión. El rumor de la televisión se oía desde la cocina. La mujer mayor se sostuvo del lavaplatos y lloró.

    El hombre mayor dejó el café y salió de la cocina. Se dirigió a su cuarto. Abrió el cajón del único buró y sacó una hoja en blanco y un bolígrafo. Se sentó en la mesa del comedor y se puso a escribir. La mujer mayor se acercó hacia él. Creo que es mejor así, dijo, a viva voz no aguatarías, te desboronarías. El hombre mayor levantó la cabeza y la vio con mirada triste. Terminó de escribir la carta y salió a depositarla al buzón de correo. El camión del correo pasó a recoger las cartas del buzón. Desapareció en el horizonte, rumbo al sur.

    La bruma se había diluido. La carta aún estaba tambaleándose en mis manos. Vi llegar al cartero. Los primeros rayos de sol iluminaban tenuemente la puerta de la casa. El cartero deslizó la carta por debajo de la puerta. No hizo ruido alguno. Me acerqué a la puerta. El hombre mayor estaba parado de tras mío. Me dijo con la mirada que me amaba. Recogí la carta y empezó a tambalearse. De súbito recordé quienes eran el hombre y la mujer mayores: mis abuelos. Mi mente de niño había bloqueado ese trance. Una mañana de domingo, del mes de mayo, me dio una carta mi abuelo. Apenas sabía leer y sólo tenía escrito cinco palabras: mamá está en el cielo. Lo leí con algo de dificultad. Lo miré a los ojos y con la mirada me dijo que me amaba. No lloré. Arrugué la hoja y regresé al cuarto a seguir viendo la televisión.

    La vida me dio de todo gracias a mis abuelos y tíos. Salí adelante por méritos propios. Me casé y tuve una hija. Mi esposa es un ángel que me cuida siempre. La amo demasiado. Abrí la carta. Tenía escrito cinco palabras. Me derrumbé en el sillón. En la cocina estaban un vaso con leche y unas galletas caseras con forma de animales. Mis manos pequeñas y mi apetito infantil devoraron todo. Cerré los ojos. Desde la cocina se oía el rumor de la televisión. Entré al cuarto y me dormí en silencio.
     
    #1
  2. Bolìvar Alava Mayorga

    Bolìvar Alava Mayorga Exp..

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2010
    Mensajes:
    4.181
    Me gusta recibidos:
    1.575
    Como observaciòn ???, no se encuentra absolutamente "nada" de surrealismo, en el anàlisis visual de lectura, no estàn los cuatros elementos que ceracterizan al "surrealismo", toda la lectura llega a la "razòn y tiene "razòn de existir, por lo tanto la presente "Prosa" no pertenece al "surrealismo", al perecer solamente el "Tìtulo" se aproxima al surrealismo, te saludo. Afro-Toasa.
     
    #2
    Última modificación: 4 de Junio de 2014
  3. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    17 de Junio de 2008
    Mensajes:
    494
    Me gusta recibidos:
    106
    Género:
    Hombre
    Con todo respeto,

    El foro Surrealista no precisamente tiene que ver con temas 100% surrealistas como acotas en tu comentario. Es más etéreo que surrealista el cuento que posteé. Quizá hubiera entendido algo del contenido, pero no de la forma clasificatoria del mismo.

    Saludos.
     
    #3

Comparte esta página