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Tarde posmoderna disfrutando del todo y la nada

Tema en 'Prosa: Amor' comenzado por Capitán Nemo, 30 de Diciembre de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 459

  1. Capitán Nemo

    Capitán Nemo Poeta recién llegado

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    17 de Septiembre de 2011
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    Nos sentamos de espaldas a aquella pared. Ella recostaba su cabeza en mi hombro y cerraba los ojos. Habíamos hablado tanto de esas cosas que no se cuentan todos los días, que casi cualquier otra palabra que dijéramos no merecía ser dicha. Fran pasó de manos con Elizabeth, y en cuanto ella ya estaba de espaldas a mí, él me frunció las cejas, sonrió y la miró a ella, se veía muy feliz, pero era incapaz de demostrarlo a alguien más, pues arruinaría su imagen. En esa pared había incontables dibujos y frases, dedicatorias y recuerdos de personas que una vez fueron jóvenes, había muchas promesas entonces. Yo hubiera podido morir ahí, sintiendo el calor de Lidia sobre mí, y sabiendo que en ese momento ella me amaba y yo la amaba. No importaba si después me arrepentiría, esa era mi eternidad. El piso era mejor que un colchón de agua gracias a esa brisa natural de una tarde sin hacer nada. El cielo no podía ser más azul, y la luz no podía ser más dulce. Ella tomó mi mano y trató de adivinar mi futuro, como su tía le enseñó a hacer. Yo era el único de los dos que creía en esas cosas, y a quien le preocupaba. Lidia se reía de mí por eso y a cada rato inventaba historias que me pasarían para ponerme nervioso, sobre todo desde que dijo una vez que me caería arriba un cubo de agua desde un balcón y así mismo fue a los dos días. Ella se levantó, me enseñó la lengua y comenzó a caminar meneando la cadera burlándose de mí. Si la semana pasada yo no hubiera vendido el celular, le hubiera tirado una foto memorable.
     
    #1

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