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Tarde sin colibri

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por rasec anevar, 14 de Mayo de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 673

  1. rasec anevar

    rasec anevar Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    26 de Marzo de 2009
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    Llegue de mi trabajo, la verdad nada cansado. Venia en el autobús con la mente en blanco, pero dispuesto a escribir cualquier cosa. No se, lo que se me ocurriera .Por que no tengo ideas hoy, pero si muchas energías. Es que este don o defecto que tengo de trabajar poco para después quedarme en algún café, caminar por la costanera o simplemente llegar a mi casa a escribir, lo tengo desde niño.
    Aunque hoy no ha llegado mi colibrí, parece que se atraso un poquito. Debe ser que hoy tiene mas trabajo que yo, porque los colibríes son como viejos pascueros, pero no de un solo día al año, si no de momentos, instantes, que si no estas atento se te pueden escapar con su vuelo ligero y chùcaro.
    Mi colibrí, por lo mismo no tiene horario, llega cuando quiere el condenado, pero he aprendido a reconocer el sabor del aire cuando esta a punto de llegar con su vuelo transparente, entonces me quedo quieto y calladito, para no espantarlo y el confianzudo se posa en mi hombro, por lo general el izquierdo, a recitarme al oído sus poemas de bosque, de sur, de árboles y flores. Pero todavía no llega, ni rastros de sus alas, así que me siento en la silla, por que una de mis mañas para escribir es estar siempre parado...y eso que antes usaba un sombrero de mi abuelo, para que no se me escaparan las ideas, pero ya deje esa manía.
    Volviendo a la silla, me siento y doy ese típico giro en 360 grados, ese giro de oficinista ocioso y aburrido, entrelazo los dedos en la nuca y miro el techo, igual que en la canción de Serrat, pero en este caso mi techo no necesita ninguna mano de pintura, no me tengo de donde agarrar, así que disculpen si me quedo callado o bruscamente cambio de tema, es que el colibrí esta atrasado, lo veo raudo en vuelo ,con cara de velocidad a metros de llegar a mi casa, pero para eso falta, así que por mientras tendré que improvisar.
    ¿Les hable de mi casa? , esta casa con baño de tejuelas de alerce, rodeada de árboles gigantes que la hacen tener una actitud de liliputiense, compungida. Tamañas bestias de madera le quitan su voz.
    Su canto de hojas, de viento sur, es un vozarrón increíble e invencible para mi casa. Por eso plantamos rosas, en sus cuatro esquinas y de las mas rojas que encontramos, para hacer un contraste y dejarlos callados a estos monstruos que dominan mi casa. Por mi parte, ellos me encantan y los visito cada día, les converso trato de llevar una amistad con ellos, mal que mal es el hogar de mi colibrí atrasado.
    ¿No se habrá perdido?... no creo, por que se sabe el camino de memoria y ha venido por estos lugares bien seguido. ¿Puede que me lo hubieran cambiado? , y ese colibrí primerizo y despistado anda por cualquier lugar sin encontrar mi camino. Si es así tendría que salir, pararme en la reja de madera podrida que cuida mi casa.
    La verdad que esta reja no es un gran guardián para ella. Sus cañillas débiles y temblorosas están a punto de sucumbir. Es mas, puede que con cualquier ráfaga de viento peregrino me la atrape desmoronándola, dejando sus huesos húmedos esparcidos por doquier.

    Definitivamente hoy no habrá colibrí, y si viniera después de haberme resignado de su ausencia, tendríamos colibrí, pero de cena.
    Bien seguido ha pasado que aparece cuando apago el computador y tengo que memorizar su canto fugaz, sus poemas apurados. Así que esperare paciente, quizás me de unas vueltas por la casa, o mejor aun buscare para desempolvar el viejo sombrero que herede de mi abuelo, también podría hacerle una visita al jardín y darle un riego a las rosas rojas de mi casa y de pasadita me armo de un martillo y algunos clavos, para darle un golpe vitamínico y metálico a la reja de palos vulnerables.
     
    #1
    Última modificación: 14 de Mayo de 2009

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