Te regalo el cielo.

Sobre una nube guarde un secreto, espero que no se caiga pretendo que se guarde hasta que lo encuentres…

La noche que conocí tus labios me encamine a soñar con regalarte el cielo, primero quise tener una nube, no podía ser muy pretencioso. Mi intento de darte tu primera gloria de esponja de algodón hecha verdad se hizo añicos al saber que no las podía tener en el puño de una mano. Es tan difícil aceptar que uno no puede lograr lo que quiere de la manera en que lo quiere, pero cuando aprecias los hechos por lo que son y no por lo que te pasa te darás cuenta que hay cosas mas hermosas que podes lograr en la vida.

Bajo la sombra de una ilusión se escribió el primer verso en el desamor de mi juventud pero bajo el sol de otoño se descosió el arnés de un ángel y te bajo en la tierra para que después te encuentre en mi camino. No entendía que pasaba en mi vida nunca podía encontrar lo que decía seria mi vida en el alma de aquella persona que me hiciera reír y llorar al mismo tiempo pero sin dejarme pensar en otra cosa mas que ella. Veinte años de emancipar sueños y colgar fracasos en las puertas de los roperos. Seque cientos de besos en la soga del pasado colgados con los broches de mi insolencia. Pinte treinta cuadros en blanco y negro por cada lagrima que la tristeza me arranco en su nombre. Espere de todas maneras a que llegara a mi, sabia que algún día habría de venir.

Tomados de la mano doblando la esquina encontré a la pareja perfecta, la rota soledad de la vuelta de mi casa y el orgulloso desvarío de enfrente. Formaron la pareja mas loca que haya visto, colados en los huesos de todos los dichos y versos de aquel viejo verano en el barrio de la sabiduría y filosofía tan barata como la tierra muerta. Encontraron cabida en los sueños de mi sueño de vida, se colmaron mis días de sus andanzas. Ya no se como decirles que no pasen mas por mi casa, pero ellos dos siguen viniendo me tiene perdido en un mar de incoherencia, se toman todo lo que tengo para ahogar mis penas y no les importa que sea la última gota, arrasan con todo recuerdo, anhelo, promesa he incompetencia que haya quedado en mi por hacer o lograr. Gritando por la ventana “que alguien se los lleve” desboque mil emociones a la vía publica donde todo es publico, incluso lo que esta detrás de tu puerta, debajo de la cama de tu cuarto o sobre el closet de tu vecino. No existe abrazo que no se sepa y no hay verso que no se queme en las calles de mi barrio, el olvido.

Sobre la mesa de lo que no tengo hay un sin fin de hechos y recursos para poder llegar a vos, pero esta tan lejos esa mesa que tengo miedo de empezar a caminar, no encuentro motivación para dar el primer paso a lo que no se que me espera pero de todas maneras todos dicen que nunca voy a llegar. Como hago para no escuchar a quienes ya se volvieron tantas veces y empezaron a caminar de nuevo solo para no volver a llegar. Es tan difícil saber que hacer cuando uno esta solo para tomar sus decisiones, para arrebatarse a lo que viene y tomar partida de lo que uno quiere. Como saber lo que quiero si no tengo un modelo, no se que es todo lo que se puede tener. Necesito que alguien me diga que se puede lograr con esfuerzo, que tiene de valor ser valiente?.

Con las dudas en las puntas de mis labios ya secos de intentar gritar de nuevo, muerdo la única pastilla de esperanza que me queda en el bolsillo, el último recurso. Mis piernas deciden caminar hacia el horizonte, no se por que! Solo se van. Intento seguirlas pero se me hace difícil, van muy rápido, como si supieran que en cualquier momento van a llegar a aquella mesa inmensa y repleta de dicha, con todo para ser feliz. A lo lejos sobre una sombra del camino esta parado alguien, no se si es ella o el. Sigo e intento acercarme pero no se deja ver, pretendo presentarme y preguntar como llego a la mesa gigante que esta al final del horizonte, se que esta ahí! No se como se llega hasta ella. Después de perseguir por un rato a esta persona, veo que es una mujer, parece ser hermosa. Me lleva no se adonde, se que no es a donde quiero ir. El camino se hace mas liviano, no estoy tan cansado. Mi boca empieza a dejar de quebrarse por la sequedad de mis labios. Entiendo algo que no sabia que existía, mi destino esta colgado de sus dedos y el fin de mi camino es donde me dejen sus piernas, ella me va a llevar a caminar y recorrer los confines de la vida, un planeta repleto de existencias y desafíos, sin penas pero con pesares, difíciles las decisiones que me ayudara a aceptar. Momentos de divina solución y enredar los cuerpos hasta que se fundan las almas, la respiración gemida al mismo instante que al abrir los labios el beso que reproché calme el silencio. Todo y nada por ganar y perder, dentro de su pecho mi forma de vida. En su vientre el futuro de nuestro por que?!

Sin dudas pero con calma se dirige a mi puerta de aires y tierra húmeda para abrir sus brazos a lo que esta por vivir, el encuentro de nuestras almas, el nudo eterno entre su mirar y mi perderme en sus ojos. Le regalo un clavo de mi cruz y el beso de amor mas sincero que pueda haber dado en mi vida, le prometo lo mejor de mi, pero no le quiero dar el cielo. Quiero que sienta que esta en el cielo, porque en cada momento ella me tiene en una nube y nunca tomo ninguna del mismo. Como se hace para darle el cielo a alguien, nunca busques por empezar a darle una nube. Hazle sentir que esta parada en una nube através de los besos, que un abrazo tuyo sea el viento que la lleve en seguro vuelo por el inmenso azul, y que en tus ojos encuentre el sin fin de maneras para ser feliz. Muéstrale tu corazón y regálale todo lo que hay en el, así sabrá que es dueña de tu cielo, tendrá en sus mano el cielo. No quieras regalar lo que no puedes agarrar, intenta obsequiar todo aquello que puedes crear y demostrar. Así es como yo le voy a dar el cielo a la mujer que me enseño: “para ser feliz hace falta solo querer serlo”.