Te soñé hace dos días

Te soñé hace dos días, y me pareció algo raro, quizás porque casi nunca recuerdo mis sueños, o porque ya te había olvidado. Estabas en la misma banca de aquella plaza donde nos dimos nuestro primer beso, la misma que sería parte de miles de historias que siguen rondando por allí. Yo estaba enfrente tuyo, pero jamás pude ver tu rostro, aunque sabía que eras tú, descalza y vestida de humo, unas lágrimas caían de algún lado, quise acercarme a consolarte, pero aún sentada inexplicablemente te alejabas más. Cuando por fin te alcancé y quise asirte con mis manos te desvaneciste en el aire. Me sentí confundido; pregunté: ¿Dónde fuiste? Y la nada me dijo: Adiós. Desperté con el cuerpo empapado, me sentí raro, ya que presentí algo malo, y es que jamás me gustó la palabra adiós, pues siempre la asocié a la perdida total. Ayer tuve contacto con tu hermana, pregunté sobre tu familia, sabía que había evasivas, hasta que pregunté por ti; esperaba que me diga que estabas casada, que tenías 3 hijos como habíamos planeado, que vivías en tu casa al lado de un hombre bueno, que plantó aquel naranjo que tanto soñamos, pero ella me dijo que hace una semana cerraste tus ojos, aquellos bellos ojos de avellana que hacían brillar a los míos, que te quedaste recostada y tu aliento estaba en modo off permanente, ya tu pelo rubio que apasionaba a mis dedos ya no ondeaba en el viento, no caería más sobre tu rostro de esa forma tan coqueta que me alegraba cualquier tristeza, ya tus manos se habían entrelazado y no estaban disponibles para asirse a otras, estabas dormida pero no despertaste nunca más. Sentí un golpe en el pecho que me hizo sentir tan mal, que sé que lloré por dentro, pues mi alma se desprendió y buscó en los alrededores si es que era una broma. Viniste en mi sueño a despedirte por última vez, odio las despedidas, pero ésta era necesaria; luego de que terminamos no supimos más del otro, nos amamos tanto que no soportamos sufrir sabiendo que ya no estábamos juntos. Quién me conoce sabe que mi forma de despedirme no es yendo a tirar un poco de arena encima o una flor que que ya no agarrarás, está es mi forma de despedirme... recordándote. Adiós E.

 

Es un hermoso y conmovedor escrito.
Bendiciónes todas para ti.