"Tempus fugit", pero "Carpe diem"

La vida no me ha sido indiferente.
Lamentablemente se ha acordado de mí para mal las más de las veces.
Pero, (siempre hay un pero), no me quejo, bueno, aunque lo haga constantemente me quejo de las circunstancias vividas, pero no de la vida en sí.
Quisiera poder decir que las adversidades han forjado en mí un espíritu tenaz y fuerte, que me han hecho crecer. Pero… (el pero de siempre), no es así. Las adversidades de la vida me han machacado, me han hecho débil y pequeño, (ahí vamos de nuevo) pero he aprendido que en el fondo es de lo que se trata, de aprender y comprender, a ti mismo y al mundo que te ha tocado habitar en esta porción concreta de tiempo.
Por supuesto no se trata de un aprendizaje académico, sino metabólico, de una incorporación, de un traer a ser “tu” lo vivido, una vez procesado, masticado y digerido (con más o menos acidez y ardor en el proceso).
Hoy no soy el mismo que hace unos años, he cambiado, me he transformado en algo lleno de cicatrices y abolladuras, tanto por dentro como por fuera. Pero, (menos mal que siempre hay un pero), me caigo bien, me voy gustando y creo que voy a ser un abuelete con el que me va a gustar vivir.
He procurado cultivar mi mente (de forma autodidacta) y como de todo buen campo de patatas he obtenido patatas, o sea, del conocimiento se obtiene conocimiento, pero (…) de la experiencia he obtenido sabiduría. Una sabiduría no infusa, ni mucho menos, ha entrado con sangre y en la sangre bulle, controlando mi ser consciente e incluso mi sistema simpático, en definitiva siendo parte de mí.
Soy consciente de que esto es un regalo, no todo el mundo aprende de la vida, no todo el mundo está dispuesto a dejarse cambiar por ella admitiendo con ello su imperfección. Y muchos acaban siendo indiferentes a la vida, pasando por ella haciendo muchas cosas importantes o no, logrando grandes metas o no, amando o no.
Pero sin aprender, o sea, sin vivir.
Tenemos la oportunidad, como el vino, de madurar y hacernos mejores. Yo estuve a punto de avinagrarme, (ya…ya) “pero” no fue así gracias a Dios, yo se lo agradezco a Èl, cada cual que lo haga a quien crea conveniente, solo deseo que muchos lleguen a la consciencia de que deben estar agradecidos y lleguen a ser un “gran reserva”.
Pero, (y es el último), esto no deja de ser más que una reflexión personal y la experiencia me dice que debo admitir la posibilidad de estar equivocado.
PERO creo que no.

 

La duda como elemento principal. Cuestionarse es filosofar, ¿qué haríamos si no nos preguntarnos la razón de lo que nos sucede, si no analizáramos los pros y los contras...?
Podríamos dejar paso a la intuición pero la tenemos muy abandonada. Creo que las cosas suceden por algo y tiendo a buscar la parte positiva de cada lección, ya el día a día me muestra la negativa así que para qué embarrar más pudiendo aligerar la mochila.
Tu prosa está muy bien titulada, todo es perecedero y cuando menos te lo esperas, tu tiempo ha pasado, por qué no vivir esta oportunidad con la mayor intensidad, con la mayor conciencia, con el mayor respeto.

Merece la oportunidad del rescate, quizás tenía que ser ahora...

Abrazos

Palmira

 

Amiga, que gran alegría me has dado (perdón por el tuteo).
Estas pobres letras, pobres pero sentidas, las creía perdidas en algún rincón de las grandes estanterías de MundoPoesía.
Al rescatarlas, quitándoles el polvo, les has dado nueva vida. Gracias.
El más cordial de los saludos.