Titania

Las hojas amarillentas y secas que alfombraban el Camino Antiguo, crujían bajo el peso suave de los pasos de Titania. Cubrían por completo el sendero. Terminaba el otoño y los álamos se habían desnudado de todas sus hojas, que ahora vestían el suelo como una delicada seda. Más adelante, los abetos mantenían sus hojas, sin miedo al invierno que ya se anunciaba. Terminaba el tiempo de trabajo y comenzaba otra temporada en la que guarecerse de las inclemencias del tiempo, temporada que requería que, anteriormente, todo se hubiese hecho bien.

Esa era tarea de Titania. Le gustaba el otoño. El color del paisaje, el olor especial de la tierra, sentir el húmedo suelo, acogedor y blando bajo los pies. La luna cercana, que se agrandaba en aquellas lunas llenas imponentes, como la de ahora, aunque algunas nubes oscuras se empeñaran en ocultarla. Las últimas semanas habían sido frías y las largas horas de la noche contribuían con sus heladas a blanquear el suelo, fuera del camino.

Titania caminaba tranquila, despacio. Contemplaba todo lo que la rodeaba, como si quisiera fijarlo en su mente, hasta el próximo año en que, de nuevo, el bosque haría explosión de vida y todo se cubriría, por arte de magia, en una floresta verde y vital. Al pasar acariciaba la corteza de los castaños y las encinas. Se detuvo, de modo especial, en el roble grande; su corteza rugosa, parecía mantener todavía algo del calor de su savia ardiente, la que le hacía tener las ramas más altas y las bellotas más dulces. Apoyó la mano en la corteza y sintió el pálpito agradecido del árbol, como una despedida antes del sueño invernal que duraría hasta la primavera.

Extrañó el silencio intenso del lugar; se echaban de menos los cantos de las aves, pero éstas habían emigrado a latitudes más cálidas. Un pequeño zorro, cauteloso asomó el hocico tras uno de los robles; miró en todas direcciones y, al no encontrar señales de peligro, continuó silencioso su camino entre los árboles. Titania sonrió, con esa sonrisa que le iluminaba la cara y que era como una luz fresca que encendía el alma.

Siguió despacio, como retrasando su llegada al Palacio de Luz, respirando el aire fresco de la noche, llenándose de sus aromas. Encontró un corro en el que crecían los mirtilos y aprovechó para recoger unos cuantos arándanos; su sabor siempre le había gustado y dejaba en su boca un regusto otoñal que le encantaba. Siguió caminando y dio un pequeño rodeo para llegar hasta el acebedo. Los acebos se mantenían verdes, con sus hojas brillantes y sus frutos rojos; seguramente las perdices nivales y los urogallos agradecerían esos frutos en el tiempo que se anunciaba. Por cierto no había encontrado perdices ni urogallos en su paseo. Llegó al arroyo de los lirios. Un poco desviado estaba el puente largo, el que habían hecho los elfos con el cedro que derribó el aire hace ya varios inviernos, pero Titania prefirió saltar por encima del arroyo. El agua, juguetona, se levantó en una ola de espuma que llegó hasta la suela del zapato; volvió la ola al lecho del agua y se rió allí, cantarina y rumorosa.

Una vez al otro lado una mariposa blanca vino a posarse sobre su mano; nada más tocarla, se fundió en una pequeña gota de agua; volvió al cielo la vista y vio como pequeños copos caían dulcemente de lo alto.

- ¡Vaya!- pensó Titania.

- El Molino de Nieve se ha puesto en marcha.

Ya pocos pasos la separaban del Palacio. Corrió hacia la puerta y penetró en él.

Llegó donde estaba Oberón, quien le preguntó con interés por su paseo. Ella le contó lo que había hecho y le regaló algunos arándanos de los que había cogido. A Oberón le entusiasmaban los arándanos y los que recogía Titania siempre eran los más maduros y más dulces.

- Ya ves que siempre te traigo algo de mis paseos – comentó la reina.

- ¿Qué me has preparado tú? – preguntó.



Oberón sonrió y le dijo:

- Hoy tengo un regalo muy especial-

Estuve buscando por todas partes algo que trajese sabor del otoño, que tuviese ese encanto especial que tú le encuentras. Recorrí valles, campos, ciudades. Visité gentes, hasta que por fin di con un amigo que fue quien me consiguió el presente que yo buscaba para ti.

- Y ¿qué es?- preguntó Titania.

- Son unos versos- respondió Oberón.



Con una voz profunda y clara, comenzó a recitárselos:

“Danza el río su canción serena

la brisa quiebra armoniosamente
la quietud de su rostro lacrimoso

yo lo contemplo, con esa mezcla
perfecta de fascinación y nostalgia

de tardecita poética anclada
en un otoño sempiterno” (*)



Titania se quedó un instante en silencio. Un brillo centelleante iluminaba su mirada. Y un abrazo intenso, armonioso, lleno de cariño cubrió a Oberón.

Ambos rieron abrazados y sus risas eran como campanillas que alborotaban el aire con sus sones de cristal.




(*) Versos del poema Siempre de Cecilia Buono, poetisa argentina.

 

Cuando empecé a escribir cuentos no me dedicaba tanto al texto descriptivo.
De más grande descubrí que las narraciones llenas de detalles nos hablan de paciencia, de oficio, de un trabajo bien realizado y de calidad.
A través de las descripciones vamos adentrándonos en los mundos que el autor nos propone.

Tu Tierra de Oberón es una construcción cuidadosa y si bien el género tiene elementos característicos, tu estilo le aporta esa magia verbal que se nota que fue elaborada con cariño, con cuidado, con delicadeza, y no me sorprende que entonces Titania tenga por sus criaturas el mismo amor que vos cuando vas elaborando las escenas de tus cuentos.

Las estaciones del año son fundamentales y el otoño no hace falta que te diga que para mí tiene características sagradas.
Un paseo otoñal bien apreciado, visto con ojos de escritor, con ojos más allá de los ojos, es justamente lo que se disfruta a través de la contemplación de tu hermosa reina de las hadas.
La complicidad con Oberón es tan dulce y perfecta que emociona.

Te agradezco mucho que hayas compartido mis versos, aunque el nombre de poetisa me quede demasiado grande.
Solo soy alguien que escribe para sentirse bien, aunque ya el entusiasmo no me acompañe como antes.
Pero me hace feliz que siempre traigas joyas hermosas como esta para compartir con todos nosotros.
Cuentos con tu sello, con ese “algo” único e irrepetible que toca el corazón.

Un fuerte abrazo con mucho cariño.

 

Gracias, Cecilia, por este comentario hermoso y por dejar que tus versos luzcan en esta historia. Te nombró siempre poetisa, porque eso es lo que eres para mí, poetisa y amiga. Persona a quien encontré en sus versos y a quien he ido conociendo hasta tener una profunda amistad con ella.. Tus versos engalanan esta prosa y alegran el corazón de Titania. Titania con quien, sin duda, compartes actitudes, compromisos e ilusiones.
Hoy quise dedicar mis letras a Titania, una figura que aprecio a quien mimo y aprecio. Tal vez mi forma de ponerla en escena sea muy personal, pero así soy yo. Te agradezco mucho tu visita y la belleza de tu comentario. Un fuerte abrazo.

 

Es maravilloso que nos compartas otra de tus hermosas historias querido Luis. La calidez de tu narrativa cautiva sobremanera dibujando sonrisas en los rostros y en esta occasion compartiendo un bello poema de Cecy lo que hace un final perfecto.
Tus obras son un bello oasis para descansar y poder enfrentar las tribulaciones de esta vida, son historias luminosas, esperanzadores y con grandes enseñanzas. Muchas gracias por compartirlas.
Un gran abrazo con toda mi admiración.

 

Hola, Laly. Me agrada encontrarte en las Tierras de Oberón. Titania es su contrapunto, el complementario que logra la unidad perfecta.
Al acabar el otoño, la oscuridad ocupa la mayor parte del día y aún así hay tareas que hacer, comprobar que todo lo que tienes encomendado, se ha cuidado con mimo y con detalle. Es una despedida, un "hasta luego" que dura hasta la llegada de la primavera. Y se abre un tiempo de confidencias y complicidades. Así es como yo lo veo y así lo cuento. Gracias por tus palabras y por tu presencia. Feliz fin de semana. Un abrazo.

 

Ayyyy qué hermoso ha sido pasear junto a Titania y observar, palpar y sentir las maravillas que encierra el otoño, en muchos momentos creía acompañar en lugar de a Titania a nuestra querida y admirada compañera Cecy, a ella también le apasiona el otoño, es su estación preferida, y me ha encantado también releer los bellos versos que de ella citas, ayyyy, mi querido Luís, qué gozoso es leerte querido amigo porque describes tan requetebien la Naturaleza y las bellezas que encierran sus paisajes que el alma se me emociona y se me escapan suspiros como puños.
Un placer visitar tus vivas letras y dejarte mi humilde huella en ellas. Muchos besos para ti querido amigo, llenos de admiración, gratitud y cariño....muáááckssssss

 

Mi querida Isabel, un placer es encontrarte en las tierras de Titania y Oberón, donde la naturaleza se viste de magia y se deja visitar con ojos de soñador. Ya sabes que es mi rincón preferido de Mundo Poesía y en el que me encuentro más a gusto. Los versos de Cecilia en esta ocasión me ayudaron a confirmar el paseo. Me alegra que esté pequeño mundo te resulte atractivo y que su lectura te resulte amena. Es todo un halago proviniendo de una poetisa tan especial como tú. Muchas gracias. Un gran abrazo y muchos besos.

 

Muchas gracias, Alde. Este rincón de prisas infantiles siempre me ha resultado muy especial. Aquí me encuentro muy a gusto. Quienes llegan a estas líneas son aquellos que tienen realmente interés y oír eso me agrada tanto su presencia. Un abrazo.