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Titulo: Maxicleitor y el cementerio maldito. (quinta historia)

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por sergio Bermúdez, 10 de Mayo de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 783

  1. sergio Bermúdez

    sergio Bermúdez Poeta que considera el portal su segunda casa

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    CAPITULO 1: 14 SIGLOS ANTES.

    En pleno siglo 17, todo era muy diferente a la época de nuestro súper héroe Maxicleitor, por entonces allí habitaba una bruja, llamada Silkeich, ella era muy fea y nadie le quería, pero estaba enamorada de un chico que era muy guapo, estaban en plena ciudad de Nueva York, pero en esa época no había rascacielos, pues era todo muy pobre.

    El chico ese que le gustaba a la bruja Silkeich, se llamaba Defidelius, tenía 18 años y era muy valiente.

    Pero tenía novia y estaba muy enamorado de ella.

    Un día de invierno, Defidelius se encontraba en el cementerio, porque había ido a ver a su padre, pues murió cuando el tenía 12 años.

    Iba acompañado de su novia, que se llama Anaisi. Una vez que llego a la tumba de su padre, le puso unas flores muy bonitas.

    Pero bajo esa noche oscura, algo le observaba muy atentamente.

    Era la bruja Silkeich, que entre las sombras, fijaba su mirada en aquel chico, que tanto le gustaba.

    Defidelius y su novia oyeron algo, ya que un ruido sonaba sin cesar, a la vez que el frió aumentaba cada vez más.

    Ellos se cogieron de la mano, a la vez que intentaban averiguar que se oía, pues era todo muy extraño.

    Defidelius: Cariño, ¿oyes lo mismo que yo?

    Anaisi : Si, la verdad es que es una noche muy extraña.

    Defidelius: Cariño, yo creo que lo mejor, es que nos marchemos cuanto antes de aquí.

    Anaisi: Yo creo que será lo mejor.

    Una vez hubieron hablado, algo se les apareció a los dos.

    Era la bruja Silkeich, que apareció en ese momento, cuando nadie se lo esperaba.

    Silkeich: Hola Defidelius.

    Defidelius: ¿Que haces aquí?

    Silkeich: He venido para decirte que te amo, me da igual que tengas novia.

    Defidelius: Tu me amaras, pero yo a ti no, además siempre me estas persiguiendo, quiero que me dejes tranquilo ya.

    Silkeich: Lo siento, pero no puedo hacerlo, es algo que no puedo evitar.

    Defidelius: Pues tienes que intentarlo, ya que nunca te amare, por mucho que me supliques.

    Silkeich: Me acabas de romper el corazón y te echare una maldición por miserable.

    Defidelius: No me das miedo, eres una bruja, estas loca, además eres feísima y todo el mundo dice que eres malvada.

    Silkeich: Lo que me acabas de decir, te va a perjudicar para siempre.

    Una vez dicho esto, la bruja saco un libro que tenía, era de magia oscura y contenía muchos maleficios.

    Silkeich empezó a pronunciar una cuantas y todas las tumbas se abrieron y las flores volaron y se podía ver rayos en el cielo, y un terremoto empezó hacer temblar toda la zona.

    Defidelius y su novia, por culpa del hechizo, empezaron a convertirse en piedra.

    La bruja Silkeich empezó a maldecirlos conforme se hacían estatuas de piedra.

    Una vez que los maldijo, el libro empezó a tomar energía, que hacía que miles de espíritus, empezaran a rodear el cementerio, mientras del cielo empezó a caer agua negra por todos lados, y una nube de polvo cubrió todo el cementerio, dejándolo todo en lo más profundo de la tierra, además el agua maldita, inundo todo aquello, a la vez que todo aquel que pisara aquella zona, caería en la maldición y su vida seria tan dura, como una propia piedra, maldecida por los siglos de los siglos.

    Pero la bruja Silkeich siempre se mantuvo con vida, y solo ella conocía aquel secreto, pues 14 siglos después, todavía vigilaría aquel cementerio, donde las maldiciones siempre harían de aquel lugar, un sitio peligroso y lleno de sorpresas.

    CAPITULO 2: Maxicleitor descubre la verdadera leyenda.

    Maxicleitor se encontraba en la empresa Singspar Uniclec, donde James estaba intentando informarse de noticias de actualidad, pues querían descubrir nuevas misiones, para intentar hacer que todo fuera sobre ruedas.

    Pero antes de que se informaran en las noticias, mediante el programa word vieron algo que les llamo mucho la atención a ambos.

    Y fue, que unos excavadores estaban investigando un cementerio, que según decían muchos, había muchas leyendas, pues toda la gente, siempre ha tenido curiosidad por ese misterioso lugar.

    Pero encontraron algo, que los dejo a todos alucinados, ya que vieron dos estatuas de piedra. Entonces cuándo los excavadores fueron ha tocarlas, les empezaron a salir serpientes por la boca. Después esas serpientes, se enrollaron en sus cuellos y finalmente los ahogaron.

    En las inscripciones de las estatuas, ponía, muerte segura, pero nadie se imaginaba, que podía llegar a pasar esa catástrofe.

    James, preocupado ante tal noticia, miro a Maxicleitor y le dijo, que era hora de ponerse en contacto con aquel lugar tenebroso.

    James: Maxi, tenemos que averiguar todo lo que tenga que ver, con ese cementerio maldito.

    Maxicleitor: La verdad es que si, ya que parece muy impactante, la muerte de esos excavadores, pues es todo pura magia negra y tan solo por tocar las estatuas.

    James: Estas tan sorprendido como yo, pero debemos investigar esto más a fondo.

    Maxicleitor: Por supuesto James, ¿pero ese cementerio quien lo maldijo y en que año fue?

    James: Lo podemos buscar en Internet.

    Maxicleitor: Pues vamos a buscarlo.

    James se metió en Internet y puso cementerio Mortifiliq, que es así como se llamaba.

    En la información ponía lo siguiente:

    En el siglo 17, según dice la leyenda, antes era un cementerio normal, pero algo desconocido lo maldijo, y desde entonces se ha convertido en un infierno, para el que lo visita.

    Según la leyenda, también hay criaturas malignas llamadas Fernaculos, que son como demonios de la noche, que cuando te cojen, absorben toda tu sangre y después devoran tu cuerpo ha mordiscos.

    Pero solo los más atrevidos, han llegado a estar en aquel cementerio maldecido por los siglos.

    Maxicleitor le dijo a James, que estaba dispuesto a ir a ese cementerio y ver que es lo que realmente pasaba y porque.

    Pues la curiosidad de nuestro súper héroe, hacía que su energía estuviera siempre al cien por cien.

    Ya que la experiencia que tenía, le serviría para acabar con la maldición de aquel lugar embrujado, en donde siempre se recordaría todo, por su fantasía y acción.


    CAPITULO 3: Lanzándose hacía la aventura.

    Maxicleitor se fue volando desde la empresa Singspar Uniclec al cementerio Mortifiliq, y cuando llego allí, era por la tarde y todo estaba sumido, en una profunda calma.

    Pues no había nada raro, excepto las estatuas, que estaban allí presentes.

    Maxicleitor se concentro en ellas, pues no paraba de mirarlas.

    Y ellas lo miraban fijamente, pues eran de piedra y siempre lo miraban igual.

    Pero algo encontró cerca de las estatuas y era un libro.

    Ese libro era de hechizos, y Maxicleitor estaba mirando una página, de la que no entendía lo que ponía, ya que las palabras eran muy raras.

    Pero el quiso averiguar algo de ese lugar y leyó una de las páginas.

    De pronto empezó soplar el viento, convirtiéndose en un huracán que arrasaba con todo, y cuándo por fin acabo, el día se apago y empezaron aparecer llamas de fuego por todas partes, y de esas llamas, aparecieron unos demonios llamados Fernaculos.

    Ellos con voz tenebrosa empezaron a decir:

    Fernaculos: Nos has invocado, ¿para que nos quieres?

    Maxicleitor: Quiero saber quienes sois y además, también deseo saber, porque este lugar esta maldito.

    Fernaculos: Nosotros venimos de unos infiernos llamados, infiernisulis saptombras, allí nos enseñan a matar, pues desde que nacemos aprendemos eso y además nos enteremos de que quisiste matar a nuestro jefe, por eso nos vengaremos y te mataremos.

    Después de que le vacilaran los Fernaculos, se pusieron a luchar contra el, y fue una batalla de lo más espectacular, pues fueron a morder su cuerpo robotico, pero nuestro súper héroe les lanzo un rayo y les impacto en su cuerpo ardiente, pero ellos no se cansaron de enfurecerse y gritaron palabras malditas, en las que se podía oír frases que aterrorizaban a cualquiera, menos a Maxicleitor.

    Una vez que el ejercito de los Fernaculos se iba multiplicando, una brisa ardiente dejo el cementerio con altas temperaturas, además de abrir un agujero negro en el cielo, y de hay iban apareciendo más Fernaculos, pero Maxicleitor empleaba todas sus energías para acabar con ellos.

    Entonces James llamo al teléfono robotico de Maxicleitor y le dijo lo siguiente:

    Maxi, ¿sabes donde esta el libro de las maldiciones?, se que antes lo has usado, porque te veo mediante el programa Word.

    Maxicleitor: Pues lo tengo guardado en mi bolsillo electrónico.

    James: Ok, será que no me he dado cuenta de eso, lo siento Maxi.

    Maxicleitor: No te preocupes James, pues me acabas de dar una gran idea.

    James: Me alegro si así es, ahora saca el libro y ponte ha leer alguna maldición, para acabar con los Fernaculos.

    Maxicleitor: Lo que pasa es que no entiendo el idioma y no se lo que voy hacer.

    James: Hazte una copia mediante tu bolsillo electrónico y mándamela al programa Word.

    Maxicleitor: De acuerdo, no te preocupes.

    James: Así yo podré traducírtelas, mientras tú, sigue luchando contra los Fernaculos.

    Maxicleitor: De acuerdo James.

    James: Te mandare las traducciones a tu bolsillo electrónico y después quiero que las pases a tu mente y de ella, mediante el cable de tu cerebro, te ira llegando a tu boca.

    Maxicleitor: Esta bien, me parece una gran idea.

    Mientras que James, le iba traduciendo mediante el programa Word los maleficios, Maxicleitor luchaba sin cesar con su pistola electromagnética, k atraía a los fernaculos y después, las balas los iba destruyendo poco a poco.

    Hubo un Fernaculo que iba directamente con los dientes ensangrentados, hacía Maxicleitor, pero Maxicleitor le dio un puñetazo con electricidad y este empezó a gritar, cayéndose al suelo desplomado.

    De pronto, el bolsillo de Maxicleitor empezó a pitar y eso significaba, que le habían llegado las traducciones.

    Entonces empezó a pronunciar las de antifernaculos, y estos empezaron a desaparecer, conforme las maldiciones les iban haciendo un gran efecto.

    Hubo un momento, en los que ya no se oían más gritos endemoniados.

    Pero las estatuas seguían hay intactas, pues ellas eran unas de las que tenían más maldiciones.

    Maxicleitor se pensaba que todo había terminado, pero de pronto apareció la bruja Silkeich y tuvieron la siguiente conversación:

    Maxicleitor: ¿Quién eres tú?

    Silkeich: Eso mismo me pregunto yo, ¿quien eres tú?

    Maxicleitor: Pues es raro que no me conozca, ya que soy muy famoso.

    Silkeich: Tan famoso, ¿como para entrar en mi cementerio?

    Maxicleitor: No sabía que era su cementerio.

    Silkeich: Pues lo es, ¿hay algún problema?

    Maxicleitor: Que yo sepa, esto es de todo el mundo, ¿no?

    Silkeich: Esto lleva siendo mió, desde hace 14 siglos, por si no lo sabes.

    Maxicleitor: Entonces tú serás la que maldijo este cementerio, ¿verdad?

    Silkeich: Exacto, ¿algún problema?

    Maxicleitor: El único problema es, que acabare contigo, cueste lo que cueste.

    Y así es como empezó una gran pelea, entre Maxicleitor y la Bruja malvada.

    CAPITULO 4: Lucha intensa entre Silkeich y Maxicleitor.

    Maxicleitor miraba desafiante a la bruja Silkeich y esta, le devolvía la mirada con violencia, pues se odiaban mutuamente.

    Es entonces cuando empezó la gran lucha entre ambos.

    Silkeich: Voy acabar contigo, mal nacido.

    Maxicleitor: Eso se vera, ya que no pienso rendirme.

    La bruja Silkeich hizo un ritual y el libro de maldiciones, llego a su mano, ya que el bolsillo electrónico de Maxicleitor, a pesar de tener una clave secreta, no pudo resistir la gran fuerza con la que la bruja invocaba al libro, e incluso hizo que Maxicleitor olvidara las traducciones, que James le había mandado.

    La bruja hizo aparecer a miles de Fernaculos, aparte de espíritus malignos, que se metían dentro de la cabeza de Maxicleitor y hacían que se electrocutara su cerebro.

    Maxicleitor cayó al suelo, y los Fernaculos le atacaron sin piedad.

    Pero James mediante el programa Word, hizo que su mente creara un líquido, que gracias a su efecto, podía eliminar a los espíritus que le atacaban.

    Entonces Maxicleitor, conforme los espíritus iban desapareciendo, se puso en pie, y con su pistola electromagnetica, fue eliminando Fernaculos, y estos caían gritando palabras satánicas.

    La bruja Silkeich empezó ha llenarse de una energía que procedía del más allá y empezó a lanzarle mediante sus ojos, hadas de fuego, y estas se lanzaban hacía los ojos de Maxicleitor e intentaban quemarlos.

    Pero Maxicleitor hizo que de sus ojos, saliera gran cantidad de agua, para que se apagara el fuego, que estaban transmitiendo las hadas infernales.

    Y después cuándo ya no tenían fuego, las golpeaba con su megabrazo robotico y estas perdían sus defensas.

    Maxicleitor tenía que llegar hacía Silkeich, pero esta no paraba de mandarle maleficios constantemente.

    Llego un momento, en el que el mundo empezaba a temblar y se rajaba la superficie del suelo.

    Maxicleitor se elevo en el aire y esquivo a unos pájaros maldecidos, que la bruja Silkeich le mandaba.

    Pero estos le seguían el rastro y el les lanzaba rayos con sus ojos.

    Y estos caían desplumados al suelo, sin esperanzas de revivir de nuevo.

    Hubo un momento en el que la bruja veía, que Maxicleitor tenía muchas habilidades y poco a poco iba perdiendo su confianza en ella misma.

    Y justo cuándo menos se lo esperaba, Maxicleitor le propino un puñetazo en toda la cara y esta empezó a gritar, ya que Maxicleitor estaba controlando la situación, lo mejor que podía.

    Pero la bruja Silkeich pudo escapar de los ataques de Maxicleitor y se elevo con su escoba en el aire, para lanzarle el último gran hechizo a Maxicleitor, ya que tenía depositado en su hechizo, grandes esperanzas.

    El hechizo que le iba a mandar, se llamaba kedabrasus y era uno de los hechizos más fuertes, que esta bruja había lanzado nunca, e iba directo al corazón de Maxicleitor.

    Maxicleitor al ver el gran hechizo, hizo que su cuerpo, mediante un espejo que iba instalado en su armadura, que lo llevaba internamente, saliera al exterior y mediante la confusión generada por ese espejo, el hechizo reboto en el y fue a una gran velocidad hacía la malvada bruja, provocándole una muerte muy dolorosa y a la misma vez, muy cruel.

    Una vez que la bruja estaba tirada en el suelo, todo empezó a florecer y las tumbas de nuevo aparecieron en su sitio y las estatuas de Defidelius y Anaisi, iban tomando forma humana de nuevo, hasta que pudieron contar la verdadera historia a Maxicleitor.


    CAPITULO 5: Defidelius y Anaisi, le cuentan la verdadera historia a Maxicleitor.

    Cuándo Defidelius y Anaisi, ya eran libres de nuevo, empezaron a conocer a Maxicleitor y le contaron su versión de los hechos sobre la historia que empezó por culpa de la bruja Silkeich.

    Tanto Defidelius como Anaisi, estaban un poco confundidos, sobre quien era el que les había quitado la maldición.

    Y empezó así el discurso.

    Primero fue Defidelius, haciéndole esta pregunta a Maxicleitor: ¿Eres tú, el que nos ha quitado la maldición?

    Maxicleitor: Si, he sido yo.

    Defidelius: Pues tanto mi novia, como yo, te estamos muy agradecidos.

    Maxicleitor: Para mi es un placer, al fin y al cabo, estoy acostumbrado a este tipo de aventuras jejeje.

    Anaisi: Nos gustaría saber, como te llamas.

    Maxicleitor: Mi nombre es Maxicleitor.

    Ambos respondieron, de que estaban encantados, por haberlo conocido.

    Maxicleitor también estaba contento, de haberlos conocido.

    Entonces Maxicleitor, le hizo la siguiente pregunta a ambos:

    Maxicleitor: ¿como empezó lo de la maldición?

    Defidelius: Pues todo esto empezó, por culpa de Silkeich, ya que estaba enamorada de mí, y no me dejaba tranquilo, entonces mi novia y yo, estábamos en este cementerio y Silkeich, al ver que yo no quería nada con ella, nos convirtió en piedra a ambos, y así hemos estado 14 siglos, mediante esta poderosa maldición.

    Maxicleitor: Pues la verdad es que habéis estado muchos siglos, porque 14 son muchos, ahora estamos en pleno siglo 31 y la ciencia ha avanzado mucho, el ejemplo soy yo.

    Anaisi: Pues la verdad es que tu, eres un gran súper héroe, ojala en nuestra época hubiera habido alguien como tu.

    Maxicleitor: Pues bienvenidos a ambos al siglo 31, espero que todo lo que no habéis podido disfrutar antes, lo podáis disfrutar ahora.

    Ellos respondieron afirmativamente, y así es como Maxicleitor supo, la verdadera historia, que le descifraron Defidelius y Anaisi.

    CAPITULO 6: Todo vuelve a la normalidad.

    Maxicleitor se dirigía con Defidelius y Anaisi, a la empresa Singspar Uniclec, en donde James, les estaba esperando a todos con una brillante sonrisa.

    Una vez estaban todos hay, James felicito a Maxicleitor, por la misión que había desempeñado y por el nuevo éxito que había alcanzado.

    James estaba tan contento, que contrato a Defidelius y Anaisi para trabajar en su empresa, ya que les enseñaría cosas de informática, para que ellos, pudieran desenvolverse en el siglo 31, ya que eran jóvenes y tenían mucho que aprender, pues sí Defidelius tenía 18 años, su novia Anaisi tenía 17, ya que gracias al hechizo, se conservaban exactamente igual, que hace 14 siglos.

    Y así es, como todo volvió a la normalidad, aunque nuestro súper héroe Maxicleitor, siempre tendría mucha faena por delante, ya que era el encargado, de hacer que Nueva York, estuviera siempre a salvo del peligro.
     
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