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Toda una vida

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por jorge enrique mantilla, 28 de Mayo de 2025. Respuestas: 1 | Visitas: 81

  1. jorge enrique mantilla

    jorge enrique mantilla Poeta asiduo al portal

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    Toda una vida


    Han pasado los años, muchos inviernos, muchos amaneceres, muchos soles y muchas lunas primaverales

    Se esfumaron aquellos gratos recuerdos de amores queridos ideales

    Se marcharon aquellas vivencias, dejando sólo tenues y escalofriantes señales

    Se volvieron amarillos y llenos de polvo los faroles y la belleza de sus cristales

    Aquellos que alumbraban las noches oscuras, dejando penetrar sus rayos por los umbrales

    Se llenó de maleza el camino que llevaba a la barraca de los mortales

    Se cayeron sus techos de paja, llenando sus entrañas de matorrales

    Se pudrieron sus maderas y los horcones que sostenían aquellas inmensas puertas y sus ventanales

    Se secaron y se murieron los jardines que lo regaba con amor aquella mujer con la belleza de sus rosales

    Se esparcieron y se perdieron los animales y el cántico de las aves con sus melodías musicales

    Se escucha el sonido silbante y atronador del viento estruendoso, de ánimas fantasmales

    Busco aquella señal de aquel amor, que me dejó colgada en uno de los corrales

    Cae la tarde y se divisan aquellos hermosos arreboles, que arrebataban amores inmortales

    La respiración se agita y el corazón se acelera recordando aquellos lugares de pasiones terrenales

    Y allí detrás de una pared triste te tapia pisada, flotan al viento aquellas enaguas de fragancias preciosas conyugales

    Se paraliza el cuerpo, se eriza el alma y el espíritu vuela dejando entrever aquellos amores demenciales

    -----

    Escucho sus risas, sus carcajadas y su voz trémula de gritos alegres y otros llenos de admiración y estupores

    Corre presurosa ladera abajo entre hierbas y pastizales, dejando esparcidos los aromas de sus pegajosos sudores

    Su cabellera larga ondea al viento, dejando entrever la libertad de sus salvadores

    Va tan deprisa, qué sus enaguas se alzan, dejando ver el edén de sus paraísos encantadores

    Me lanzo tras ella, tras aquel amor, como presa fácil de los furtivos cazadores

    Voy tras aquella llamarada, que una vez prendía el pabilo de mis motores

    La alcanzó cuesta abajo y rodamos juntos por labranzas olvidadas de los que huyeron sus labradores

    No hubo palabras, ni fueron sueños, ni pesadillas de noches de soledades, ni de lágrimas de los soñadores

    ----

    Se marchó una tarde la mujer de mis amores, buscando otras ardientes felicidades

    Huyó de mis brazos dejándome entre las sombras de mis soledades

    Escapó buscando otros besos, otras pasiones, otras almohadas, otros brazos y otras emociones en sus acaloradas intimidades

    Crucé cercas y alambrados, pueblos y caseríos tras sus fragancias, añorando las bellezas y sus vanidades

    Me volví viejo canoso y arrugado, esperando con ansias, aquellos amores, aquellos besos de aquel amor, de aquel amado y apasionado querer y el talón de mis debilidades

    Anduve por caminos áridos, espinosos y polvorientos entre sombras siniestras y otras barbaridades

    Las lluvias azotaron mi cuerpo, con relámpagos, con rayos luminosos de sus ingratas y tormentosas tempestades

    Agotado, sudoroso, flaco y horroroso, volví por mis tierras buscando recuerdos llenos de generosidades y antigüedades

    Y me encontré entre paredes que las derrumbó la tristeza y las lágrimas de mis incredulidades

    Entre afanes, busqué aquella señal que un día me prometiste en medio de mis perplejidades

    Busqué tus pasos, tus huellas, pero las borró la maleza y la manigua y las azotó el viento en sus calamidades

    -----

    Y allí en medio de aquel rancho lóbrego, raído y triste, esperaba el reencuentro aquella mujer bella y maravillosa

    La alcancé cuesta abajo y abrazados rodamos juntos con sus ojos saltones, de voces silenciosas, amorosas, de agitaciones nerviosas

    Y allí cerca del riachuelo del manantial de amores, de tizones y de cenizas de llamaradas poderosas

    Rasgué con fuerzas pasionarias las vestiduras y tus enaguas cayeron al río de peces, que saltaban de bailes graciosas

    Aves y pájaros revoloteaban en los árboles cercanos con sus cánticos alegrando el encuentro con melodías preciosas

    La tarde en su ocaso con sus arreboles fueron testigos de aquel recuerdo, de aquel reencuentro, de esta bella mujer, placentera y encantadora de belleza ardiente y caprichosa

    Y pasaron las horas y nos agarró el sol de amanecida en pasiones vigorosas, de sudores pegajosas

    Y le hice poemas y versos, que dibujé en su espalda y en sus pechos, como mi diosa del olimpo, ardiente y deseosa

    Entre los dos reconstruimos aquellas paredes desvencijadas con nuevo techo de paja y con miradas de ensueños amorosas

    Volvieron a florecer las rosas y todo el jardín se tornó florecido, con fragancias de aromas presurosas

    La tierra volvió a germinar después de años de abandono y de tristezas de llantos y lágrimas gloriosas

    Y allí agarrados de la mano, nos arropó una noche de lluvias huracanadas victoriosas

    Me fui en mis sueños, sin el palpitar de mi corazón de respiraciones dificultosas

    Luché por alcanzar nuevamente aquella mujer, por ese amor, por esas enaguas, por ese anhelado corpiño, por esas fragancias vanidosas del elixir maravillosa

    No resistí tanta emoción, tanto querer, tanta espera, tanta esperanza de anhelos fervorosas

    Me fui triste y acongojado, dejando nuevamente sola aquella hermosa y placentera mujer con aires de dama bella, primorosa, agradable y esplendorosa

    Toda una vida buscando aquella mujer, aquel amor, aquel aroma y ahora que vivimos el reencuentro, voló mi alma al infinito y se acabó mi vida alarmante y tormentosa.


    "Joreman " Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga mayo 28-2025
     
    #1
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  2. Alde

    Alde Miembro del Jurado/Amante apasionado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    Realmente una conmovedora reflexión sobre el amor y la añoranza.
    Los recuerdos son imperecederos.

    Saludos
     
    #2

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