Todo sigue igual

El mundo no cambia desde que nací y sólo puedo nombrar esta fecha de tiempo ya que es la única que conozco. Las prostitutas corren por las calles y se golpean a diario con los transexuales, me lo pregunto por que son colegas que arriendan sus vaginas a comerciantes. No arrienden sus armas, lancen bombas a los cerdos del gobierno. Los extranjeros son tratados como ratas mientras las palomas reciben migas de pan por las plazas (centros de discriminación racial): odio como mi familia sin conocer gente de otros países con cultura, hacen distinciones como si vinieran a combatir en una tercera guerra mundial a nuestros pueblos hermanos. Se notan sus celos, demuestran sus propias humillaciones inestables.

Salgo de la estación de metro, veo las armaduras en replica de los jóvenes: peinados, ropajes y lenguaje sin diferencia. Un almacén que le vende drogas al carro policial, el que todas las noches se estaciona para evitar arrestar a los narcotraficantes del sector, a sus amigos de consumos ilegales: se endurecen sus hemisferios sanguíneos para preparar la matanza y encarcelar a los ciudadanos de pasos firmes y reclamos razonables. Sigo andando por el pasillo invisible: los jóvenes con esperanzas piden dinero en las bancas de las calles congeladas y los ancianos trabajan con sus dolores, bañándose de sufrimientos en sus mentes, recordando cada día como sus nietos han sido asesinados.

El frío me entume el cuerpo lleno de ideales, mientras ingreso a la multitienda que me domina de fuertes picazones corporales. Veo la frustración de las mujeres que solían ser dulces jóvenes campestres, tratando de buena manera a los perros dueños de empresas que sueltan sus billetes para llenarse los pulmones de alkitrán... todos los días son replicas... todo sigue igual.