Todo uno-.

No sé dónde hundirme con estas piedras

tan bellas como un plagio en el horizonte

son bellas bestias las que acongojan un pájaro

estigmatizado por sus propias liebres consejeras.

Me atrofian las piedras lisas y venerables,

los muslos y las rodillas con ínclitos besos y exuberancias,

me molestan las parquedades y los deseos maltrechos, sucedáneos

de nada.

Estas piedras de andar cansado

estas formas de petrificar la mirada abolida,

o estas indicaciones de eriales asombrosos.

Empapadas están de salitre o agua,

el nitrógeno es excesivo, bailan aferrados

a su tamaño ridículo, a su urdimbre estratégica.

Las algas gelatinosas y el vaivén de las olas

los que quedamos en esta inmensa tarde sin sol ni oscuridad,

los que sentados permanecemos iracundos como un dios mutable,

y los que luchan por los bordes de una agricultura soñolienta.

No sé hundirme con estas piedras, fecundos lechos

de agua sostenible, no sé dónde participar mi levedad

de aire comprimido, y los rifles, cuyo ámbito solía ser

la pesadumbre tiránica de la uva.

©

 

A veces estimado poeta no sabemos en dónde dejar esas piedras que nos siguen,
mis respetos en un abrazo en azul,

 

Excelente poema, una verdadera maravilla.. profundo lenguaje metafórico. Un placer saludarte, amigo, que tengas felices días de navidad.

 

Profundo, muy profundo tu poema Ben, y bello.

Sergio