Todo

Lo tienes todo. Un piso de mierda, bien ordenadito, eso sí; un trabajo horrible, con tus 8 horas, de mañana y tarde con un poco de suerte, que ya no te deja hacer nada en todo el día. Hasta que llegaba el fin de semana y te sueltas, te desfogas ya en compensación por toda la semana, y vuelta a empezar. Sí, vuelta a empezar. Todo en nuestra vida es eso, el darle la vuelta a la cinta. La Rutina… Menos mal que también tienes una pareja con la que follar e ir al cine, cenar, etc., obviamente encontrada en de forma totalmente casual, igual que podrías haber encontrado a cualquier otra, pero que para el caso no está tan mal, hay momentos en los que te hace sentir especial, e incluso puede que hayas llegado a creer en el "amor"… Sí, es una descripción amarga, sosa y decepcionante de una amarga, sosa y decepcionante vida común occidental, la cual con un poco de suerte no tardaré en adoptar con tanto entusiasmo como el que más, y clamaré mi felicidad y mi satisfacción. Pero ese momento aún no ha llegado, y lo cierto es que aún me falta algo. Siempre me da por escribir estas cosas de noche, como si durante el día fuera un maldito zombi que sigue las reglas, se caga en todo cada vez que suena el despertador y va a currar intentando justificar por qué demonios sigue levantándose para hacer la misma mierda de siempre, a la que no se la ve salida. Es verdad, no hay salida posible. Esta todo tan vacío… No es que falte algo, es que está vacío. No hay salida. Cada día más convencido. El amor es la clave, el amor te da la vida… No puede existir el amor. Es sólo esa fijación, una obsesión con alguien que, por los mismos motivos que tú (véase porque eres lo mejor con quien, siendo realista, va a poder estar) también comparte la fijación. No hay más. Jaja, joder, me gustaría escribir un ensayo sobre ello, y hacer temblar los valores morales de la sociedad, pero… la amo demasiado. ¿Y si lo hiciera, qué? ¿Sería algo mejor? Ni por asomo. Por eso me quedo con el refrán “ojos que no ven, felicidad y tranquilidad”. Sí: la felicidad de los ojos vendados. La gente no quiere saber. La gente quiere estar en su casa y que le digan lo mal que está el mundo mientras él tiene su sofá y su cerveza. No hay nada más sano. Por eso, yo no voy a escribir para denunciar las injusticias, los problemas sociales y demás, que ya hace tanta gente y con tan pocos resultados. O puede que todo esto que escribo solo sean gilipolleces… Sí, qué si no. Pero eso no es el caso, el caso es que nada va a cambiar, y yo seguiré en la misma esquina de siempre, borracho y riéndome por no llorar.