Tomó mi mano y juró venganza XI

Al escuchar el repique de los rifles semiautomáticos M1, supimos que nuestros compañeros ya estaban haciendo frente al mismo problema que nosotros.
Tras verse copados los narcotraficantes se parapetaron en una sola habitación, haciéndose dueños de una plaza en desventaja pero con alternativas.
Reportamos nuestra posición y situación, recibiendo la orden inmediata de proceder.
Dejamos a los heridos armados y a resguardo de José.
Aquellos que nos flanquearon y siguieron por la azotea ahora tenían que cubrir dos frentes: El nuestro y el de los compañeros recién llegados. En ese momento se hizo evidente que nuestro error al subir a la azotea y marcar una ruta de escape fue el haber delatado la posición. Sería doblemente complicado hacer frente a fanáticos del gatillo y drogas.
Señalando nuestra ruta a seguir fui flanqueado por mis hombres y salimos al perímetro exterior sin dejar de disparar ráfagas hacia la azotea que abandonamos previamente.

Una vez rodeado el edificio del Sindicato “n” con dos pelotones se lanzó la advertencia de que rindieran sus armas y se entregaran. Recibiendo la obvia respuesta de disparos AK47.
La orden era clara: “Atrapar a un cabecilla”. Si utilizábamos nuestro arsenal podríamos derruir el edificio pero no así cumplir la consigna.
A fuerza de disparos volamos una puerta de sus goznes, mientras dos troperos más entraban por las ventanas, disparaban y se parapetaban. (maniobra de distracción, sencilla en teoría, que no debe tomar más de dos segundos) Cuando el fuego contra nosotros vaciló y se volvió hacia los soldados que habían ingresado, nosotros haríamos lo mismo por las puertas después de lanzar granadas aturdidoras GB-707. De esta manera tendríamos una ventaja momentánea. En ese punto ingresamos y tomamos la primera habitación.

©®Todos los derechos reservados bajo el nombre de Jorge de Córdoba, Barak ben Asís, Cesarfco.cd​

 

Siempre lo dejas en lo mas interesante pero no cuentas quien era la dama que entró en el hogar de tu amigo...¿o estoy despistada?
Un abrazote
Rosario

 

La narración tiene dos frentes. Uno en el recuerdo y otro en el momento corriente.

Gracias por seguir estas líneas Rosario.

Un abrazote.