Tomó mi mano y juró venganza XII

El golpeteo de los tacones de calzado femenino se acentuó y apareció en el rellano de la sala Sandra, la hermana de JF quien es madre de la niña que me abrió la puerta de la casa de sus abuelos.
Yo la recordaba como una mujer guapa pero nunca la había visto más que como la hermana de mi mejor amigo, o sea INTOCABLE.

El nudo en la garganta no se apaciguó, por el contrario cuando ella se acercó y yo me puse de pie sentí la garganta seca y la boca pegada. Estaba agresivamente hermosa. Cuando yo pude ordenar mis ideas y empezaba un saludo me cruzó la cara con la palma y dorso de su mano. Yo no hice por detenerla, ni parpadeé siquiera. Comprendía su furia y frustración. Dio la vuelta y salió de la sala antes de que sus padres pudieran articular palabra.

Su madre fue tras ella, mientras su padre me indicaba que me sentara nuevamente. Yo miraba hacia la puerta con el deseo de salir corriendo a buscar un barril de cerveza barato.
Tomé la gabardina que había dejado en el sillón e hice amago de levantarme cuando regresó la madre de JF insistiendo que me quedase a comer con ellos.
Su nieta no paraba de hablar y hacer preguntas. Anunció que ya había preparado una habitación para que me quedase por la noche.
Yo solo quería caminar, alejarme de todos, dejar que mi mente se atiborrara de imágenes para no pensar en JF, ni en mis hombres acribillados.
Como adivinando mi turbación, su padre se puso en pie y me pidió acompañarlo a la plaza.
Al salir de la casa, respiré con mayor libertad. Empezamos a andar y creí ver que en una de las ventanas de la casa estaba Sandra, quien me miraba triste y fijamente.
Sentí en mi brazo la temblorosa mano del padre de JF quien se sostuvo de mi como si fuese un anciano. Y en verdad que reflejaba en su rostro un dolor poderoso, capaz de destruir la fe en un hombre.

©®Todos los derechos reservados bajo el nombre de Jorge de Córdoba, Barak ben Asís, Cesarfco.cd​

 

Duras sensaciones...Emociones encontradas y dolor que se siente...
un abrazo y sigue con la historia, César
un abrazo

 

Gracias Rosario.

Valoro tu visita y comentario.

Un abrazo.