Tratado de Amantes Queridos

Nos reunimos y charlamos el Tratado de Amantes Queridos,
discutiendo pormenores en cada punto,
un semillero de almidones y de panes sin trigo
que no se comieron en rezo alguno.

Nos reunimos y al sonar la primera do
se silenciaron ciervos y letrados,
el cielo pasó de luna a sol
y la música de rock a lírico urbano.

Tus sacramentos en mi camisón se estiraron
en un tira y encoje que ni izquierda ni derecha,
los fragmentos húmedos de tu sabor
golpearon mi corazón como un mar de flechas.

Desayunaba yo tranquilo a la puesta del sol
y un sábado entre tu abrigo descubrí que la emoción
vivía al límite en tus caderas como prisionero de Alcatráz
y no hubo escape ni plan de fuga que sirviera,
ponme pena de muerte para volverte a besar
dulce reencarnación de Magdalena.

El próximo triatlón tiene etapas en la cama
con buceo entre tus piernas, maratón en tus mejillas
y una carrera hacia tu cuerpo en llamas.

Este año he decidido que el rezo del niño
contenga los misterios de tu boca, la música de tu voz
y las letanías de tu ropa.

Nos reunimos y charlamos el Tratado de Amantes Queridos,
que de tanto extrañarse rompen a llorar,
anda y dime que soñaste conmigo
y que por ser no apto para menores
no lo puedes contar.

Este año he decidido que ningún beso está de más
y que si acaso escapo será de mí mismo
para que tu boca me vuelva a apresar.

 

Excelente reunión la que nos muestran tus versos amigo Roberto. Un verdadero placer despertarse con ellos.
Un fuerte abrazo.

 

Somos presas del amor.
Un placer.
Feliz día de reyes.
Saludos.

 

Es una reunión muy amena, de hecho. Saludos. Un placer recibirte por acá.

 

Si de alguien hay que ser presa, que sea de alguien especial. Saludos. Un placer recibirte por acá.