Tratado de libre comercio

Sentémonos a negociar,
con los papeles puestos sobre la mesa,
con la junta directiva haciendo referéndum
y con el pueblo de testigo de esta coalición.

No importa que adelantemos las votaciones de este domingo
ni que en plena campaña electoral nos falten dos diputados,
convengamos en darle arranque a este tratado de comercio
y requisemos cada esquinero hasta darlo por sentado.

Tú me pides tiempo, seriedad y un domingo entre semana,
la explicación de mis cambios de humor
y un semanario por quincena,
un beso si me da la gana y dejas un mensaje en el buzón
a las tres de la mañana.

Yo pido en el primer punto un desnudo por video
un beso tuyo en mi fondo de pantalla
y una caricia con destino a lo más bello.

Tú me señalas que en el inciso b del artículo cuarenta
pido un colchón individual para dormir más pegaditos,
y te parece mal que a mi edad prefiera no pagar la renta
para sacar el rato para reír.

Este tratado de libre comercio incluye fines de semana sin tragedia
un horario de oficina para confirmar que la ley de la enciclopedia...
indica que por cada libro que no leas
vas a besarme sin pudor y sin condena.

Tú me pides una eliminatoria para definir los puestos en la mesa
y yo prefiero una olimpiada para establecer la posición
en que tus manos indiscretas y coquetas
van a terminar haciendo un hoyo en uno en mi corazón.

No importa que declaren nulo este tratado,
al fin y al cabo junto a la firma está indicado
que para dicho trámite hace falta otra reunión
con el escritorio puesto junto a la orilla del colchón.

 

Hola, un placer pasar por tus versos, mis saludos.

 

Gustoso de seguir visitando tu obra amigo Roberto.
Un placer disfrutar con su lectura.
Un fuerte abrazo.