Tratado de paz para guerras desnudas

Somos dos expectativas
que los fetos tienen
para poner su espuma
y cabalgar entre los oleajes
que tiene el sueño
para llegar a su cita ideal
Tu suspiro
que vota al viento
la cabellera del tornado
y el anhelo febril del colibrí
por posarse en una rosa.
Tu rosa puesta en una feria
para derribarla
en un rápido disparo de ojos
y cumplidos milticolores
que se presentan como
algodón dulce
para que tus labios
amanezcan rojos
siempre al final del tallo
La soledad puesta en los periódicos
entre marcos vacíos
cuya única finalidad sirva
para escribir versos
o pensamientos que salgan de
tu cabeza con un poco de cabellos
bien peinados
para calentar la vista del que busca amor
en los anuncios clasificados
y descanso en los obituarios
de la tinta.
Tu aurea puesta al servicio
del subconsciente
como herramienta de trabajo
del poeta
del loco
o de algún Dios sin universo.




​