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Tres hermanas, tres cualidades y un placido sueño

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por luci2, 2 de Enero de 2015. Respuestas: 1 | Visitas: 765

  1. luci2

    luci2 Poeta adicto al portal

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    Mujer


    En cierto lugar, lejano y desconocido, donde el sol resplandecía con todo su fulgor y la noche era tibia y clara como el agua del manantial, se hallaban tres hermanas, todas ellas muy queridas, presuntuosas, pero muy distintas las unas de las otras.
    Quietud, era la mayor de todas, la cual se encargaba de poner orden y calma en el lugar.
    Luego le seguía, Deseo, que soñaba diariamente, a todas horas y entre pensamiento y pensamiento suspiraba con placidez.

    La más pequeña de todas era, Odio, rebelde, que discutía sobre sus propios defectos gritando sin cesar, alborotando aquel hermoso lugar, en el que no se oía más que el murmullo de sus diálogos.

    Quietud, la hermana mayor se dirigió hacia Odio y empezó a interrogarla

    -Dime hermana, ¿por qué protestas?.

    Y ella alterada contestó:

    -¿ Y me lo preguntas?. ¿ Es que aún no te has dado cuenta ?. ¿No has llegado a pensar, ni siquiera por un momento,¿ cuál podría ser el motivo?.

    He nacido con fatiga, con coraje, llevo dentro de mi ser “Venganza”.

    Y esta siguió replicando:

    -Porque me hicieron mucho daño e hice, pero nunca el suficiente como tantas veces maldije. Así pues no me pidas calma ,porque no podré hallarla, tendría que matar el sufrimiento que llevo en mi interior y para que esto suceda he de morir entera, preguntándome sólo me excitarás más y enloqueceré de dolor.

    Su otra hermana, Deseo, quedó realmente convencida de la inutilidad de sus preguntas y sorprendida al oír las palabras que acababa de pronunciar su hermana pequeña. Y ella también preguntó, con cierta ternura, ya que siempre soñaba con el Amor.

    -Dime hermana, ¿ Tú nunca soñaste?.

    Y nuevamente se oyeron las palabras venganza y maldición. Mientras tanto quietud ,reflexionaba sobre lo que estaba ocurriendo. Quería llegar al fondo del problema, quería ver el efecto que pudiera causar cada una de sus preguntas, sobre todo quería ayudarlas y nuevamente preguntó:

    -Dime hermana: ¿Qué tienes?, ¿qué te está sucediendo?, ¿porqué día a día nos demuestras ese comportamiento?.

    Ella aún más alterada que la vez anterior dijo entre gritos y más gritos
    :

    -¿¡Sigues con tus preguntas absurdas!?.

    Pero a pesar de su mal humor, siempre contestaba a todas sus preguntas.

    -¿Cómo he de decírtelo?, Tú y Ella habéis venido al mundo con ilusión, con alegría. Ya ves que diferencia, vosotras en contra del rencor y yo en contra del Amor. Y eso no es todo, tenéis voluntad que cuesta lo suyo, y yo no lograré tenerla jamás, pero por si más queréis saber, os diré que tenerla o no me da igual, esa es la verdad.

    Sin embargo Quietud preguntaba y preguntaba.

    -Dime hermana, ¿nos quieres de verdad?, ¿nos quieres en realidad?.

    Y por vez primera las miró fijamente una y otra vez. A Quietud con respeto e indignación sobre si misma.

    Tenía tanta paciencia con Ella y tanta honestidad...

    Y ella se había comportado todos estos años tan grosera e ingrata. Le había preguntado, según Ella, algo tan preocupante para ambas que se sentía decaída. A Deseo la admiraba por esa forma de expresarse respecto al Amor, esos impulsos delirantes... En fin era bello verla así.

    Brillaron sus ojos y por ello deslizaron unas lágrimas que cayeron más allá de sus mejillas. Inclinó la cabeza, pues estaba contemplando una flor, “Una rosa roja” la cual tenía algunas gotas de rocío que hacían aún más sublime su belleza, su frescura y su encanto. Se hallaba bajo sus pies y a esta por ver primera también le sonrió
    .

    Memorizó la pregunta varias veces, para así dar una lógica respuesta a ella. Cuando ya creyó tener una respuesta segura contestó con voz sigilosa:

    -Pues claro, sois de mi sangre hermanas, os quiero y os llevo en mi mente y en mi corazón.

    ¡No podía ser! oír esas palabras, “Mente y corazón”.

    Entonces Quietud, aún sin entendimiento alguno preguntó de nuevo:

    -Explícame mejor el por qué, pues por más que te pregunto aún no te entiendo bien. ¿Cómo quieres y maldices a la vez?. Aunque no se trate de nosotras no está bien. ¿Porqué dejas que el mal derrote al bien que pueda existir en tu Ser?.

    -No lo sé, ni siquiera sé como habiendo tanta diferencia de sentimientos entre nosotras pueda ser hermana vuestra, pero lo soy.

    -Ni como a veces grito tanto por tan poca cosa, habiendo cosas más importantes por las cuales enfurecerse y perder el control. Hoy, ya ves, hablo con calma, tampoco lo sé después de tantas clases como me diste...

    Quietud, a pesar de quedar asombrada por lo que Odio había dicho, quería hacer otra pregunta, quizás la última. De repente cuando se disponía a hacerlo, Deseo, la pidió callar y dirigiéndose a Odio, en nombre de ambas afirmó:

    - ¡Oh hermana discúlpala!, no se daba cuenta que estaba haciendo mayor tu dolor.

    -Es cierto, perdona hermana, por mi poca consideración.

    -Declaró Quietud, casi avergonzada.

    - Hermana, pienso que tú también tienes corazón, frío, ardiente, o tierno. Pero tiene voz y muy dulce, pues hoy la he oido yo.
    -Además de eso, hemos de entender, que somos tres mundos diferentes, tres grandes ideales, tres mentes con sed. Hoy, has flaqueado con tu venganza y maldición. A la vez ,tus ojos han expresado el dolor , el miedo y el perdón. También has contemplado la naturaleza con Amor, algo lindo “como la flor”, la luna y el sol.

    Tras el placido sueño, media hora después sonó el reloj , las siete de la tarde,abrió la puerta de la calle y se dirigió hacia ella. Miró a una esquina y a otra y allí estaba él, tan apuesto como siempre, esperándola. Comenzaron a penetrar sus miradas en lo más recóndito de sus seres y cuando ya se tenían uno frente a otro, sus cuerpos se estrecharon fuertemente.

    Él la besó en la frente, Ella lo hizo en la mejilla, más alzó sus delicados brazos alrededor de su cuello y aún asustada, pero ya más calmada dijo:

    -¿Sabes mi amor?. Hoy he soñado que te perdía y aunque el deseo de permanecer junto a ti, no se desvanecía, el odio me perseguía, sin embargo la quietud constantemente me protegía.


     
    #1
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  2. GEORTRIZIA

    GEORTRIZIA ♥Niña de los besos rosas♥

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    Valla amiga. que hermosa reflexion nos dejas aqui...
    y lo tendre muy presente...

    Ggracias por compartir
     
    #2

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