Triste Fragmento De Vida

Sentado frente a mi mejor amigo Oliver que no veía en años, en el comedor de su casa disfrutando de unas cervezas le contaba detalladamente las desventuras del tiempo ausente.
Desde que trabajaba de vendedor en una compañía de video juegos electrónicos en la cual era vendedor administrador.
Mostré la facilidad de palabra que tenía para tratar al cliente, de la forma como envolvía al comprador para vender bien y ganar más comisión, me iba bien, parecía el trabajo perfecto, soñaba y anhelaba administrar un mejor local, cuando había mucho estrés por el trabajo disfrutaba de algún video juego nuevo o conversaba a la distancia con David, el joven del otro local hablando siempre sobre fiestas, farras y amores furtivos.
Tenía tarjeta de crédito con la cual hacía compras necesarias y estaba en trámite de comprar cosas para la independencia familiar, era hora de hacerlo, ya tenía esposa e hijos.
Llegó con el tiempo el mes de Diciembre, un mes arduo en ventas para todo local.
Los gritos de los clientes por querer un obsequio para sus hijos o compromisos sociales ensordecían mis oídos y abrumaban mi mente, el trabajo a toda hora, desde la apertura del centro comercial hasta el cierre.
Roberto Gaing “mi jefe”, quien el socio “Chuchín”como le decíamos con irónico cariño, les juraba en silencio a los vendedores que Roberto era gay por los actos y sonrisas coquetas a sus amigos.
Roberto tenía un hermano llamado Juan, dueño de otro local más grande y espacioso muy cerca del que yo administraba donde estaba la bodega y de aquel local nunca tuve llaves para abrir sus puertas.
Ingenuo no supe la maldad de los dueños del local que sin remordimiento alguno tramaron una farsa, un auto robo para despedirme.
Roberto a comienzos de enero mandó a hacer inventario a los locales, tocándole el turno al local que administraba dándome una mala noticia…
Faltaban 800 dólares en mercadería pero lo extrañó es que era en cosas de poco valor.
Mi afán era el trabajo mantener, acepté la absurda deuda que en mi país es común recargar esas deudas de faltantes a los vendedores.
Pagando durante cuatro meses una deuda fija de 100 dólares y haciendo inventario semanal
Me di cuenta que faltaba mercadería, otra vez 800 dólares tuve sospechas de muchos pero tristemente no tuve pruebas de nadie.
Avisando a mis jefes me trasladaron de local y ellos sin hacer investigación alguna me degradaron el cargo a bodeguero.
Hablando a un abogado poco pudo hacer ya que había convenio verbal en la primera deuda injusta y dijo que si no hubiera aceptado hubiese sido diferente.
Estando en bodega me obligaron a firmar un pagaré de 1500 dólares pero más fuerte fue mi palabra y no firmé.
La maldita pesadilla recién empezaba cuando mi madre con una enfermedad mortal recayó de salud y al hospital fue a dar.
Me obligaron a firmar renuncia voluntaria asumiendo que la deuda que tenía con ellos equivalía a la liquidación que me deberían dar y para salir del horror de sus abusos firmé.
La deuda con la tarjeta comenzaba a distorsionar mi tranquilidad, la presión de la misma ante un hombre que luchaba contra la frustración de deudas por pagar, sin más recurso opté por vender mis objetos de poco valor para pagarla pero aún así no era suficiente.
Destapando otra cerveza Oliver sirve otra ronda y se lo toma su vaso hasta el final, continué la narración de mi historia cuando mis ojos se empañaban al recordar mi historia. Mi vida.
Pocos días después mis hijos enferman en el campo donde residen mis suegros.
Mis hijos lejos de su madre y su padre quienes por la carencia de dinero deben buscar el sustento de los bebes como sea posible aunque eso implique estar lejos de los mismos y ellos a su vez lejos de su pareja, sin casa, ni hogar es mas difícil salir adelante.
Gracias a una pequeña diferencia monetaria con la que quedé por la venta de mis pertenencias pude resolver tal problema.
Mi madre con su salud que de a poco empeoraba se estabilizó y del hospital salió.
Busqué trabajo y conseguí de administrador de un restaurante del señor Pepe, todo iba bien pero como siempre las molestias de la sociedad aparecieron y problemas tuve con la cocinera…
La anciana era apática aunque era su sazón como maná de los dioses…
Olvidando cada incidente hubo el colapso de la tolerancia, cínicamente me botó de la cocina, proclamar los roces en el personal fue lo peor que pudo pasar, la cocinera dejó contra la pared a mis jefes, diciendo que no podía trabajar conmigo, le preguntó al dueño del restaurante que quién de los dos se quedaba porque no podía mas seguir así y en un restaurante mas importante que un administrador es la cocinera y por deducción supe que no saldría ganador aunque tuviera la razón.
Otra vez el desempleo me dio su sorprendente abrazo, con el tiempo me obligo mi familia a vivir en otra ciudad para trabajar, al negarme rotundamente porque era dejar todo lo que conocía por algo que no era casi irreal y lógico.
Votando todos en mi contra salí de la casa herido internamente, en mi corazón y en mi mente había frustración al ser el despojo de mi familia y la sociedad.
El mismo día que me botaron de la casa encontré un trabajo más mediocre que digno. Siendo más pobre que nunca me tocó dormir dos días en la calle, es difícil
Más duele tener hambre que ser despreciado.
Lo bueno de tener grandes amigos es que los ves cuando necesitas. En esa monotonía estuve viviendo dos semanas.
Poco a poco volví al seno familiar mientras cuidaba a mi madre porque los demás salían
Para hacer sus actividades, dolía mucho ver las caras de acero que sin ningún remordimiento miraban mi actuar ante su diario vivir.
Entre problemas y sustos estando en casa, maldito el momento que salí a comprar, unos ladrones se me acercaron por la espalda y me apuntaron con un cuchillo que lo tomaron de la cocina de su casa o lo hurtaron de algún local. Era nuevo, afilado y a la voz de ¡no te muevas flaco! en el camino me asaltaron y todo se lo llevaron, hasta las muestras de los tornillos.
Al mes del atraco encuentran solo mis documentos en la calle y regresan a mi.
Días trágicos de dolor, mi madre vuelve al hospital porque su enfermedad crónica, aguda e irreversible llega a su fin, estuvo con mucho dolor y penuria dentro, los familiares y amigos de forma discreta se despedían de ella, sabían que era su fin.
Una mañana de triste amanecer mi madre agoniza, nuestra fuerza estaba derrocada ante una tragedia desastrosa pero esperada.
Sin reacción pero conciente mi madre se despide de nosotros con unas lagrimas que se deslizan por sus mejillas, ella nos escuchaba y estando todos juntos ella salgo de la habitación para permitirle el ingreso al hospital a José y antes de verlo siento un golpe suave de viento en mi cuello, sabía que era algo extraño y poco peculiar. Supuse que era el abrazo de mi madre por su partida.
Al llegar nuevamente a la habitación, llegaba detrás de mí el doctor de turno y confirmaba su muerte.
Ese día pasó ante mí como diapositivas con alta velocidad….
Mi madre agonizando, su ataúd, la sala de mortuoria, la noche.
Era impresionante la cantidad de gente que había en ese lugar, muchos amigos de mi bella madre, ex compañeros de trabajo y familiares, todos estaban ahí.
Al día siguiente su sepelio a mediodía era triste, saber que ya no estará con nosotros y que por fin descansa.
Recuerdos latentes en mi cabeza tras el horror de los actos sucedidos pero hay que superarlos.
Continua tortura forzada a vivirla en cada escena del televisor de padres e hijos o del sufrimiento de un hombre que no ve a su esposa por el ego de la vida y la economía de una patética sociedad llena de aristócratas.
Es la historia de un ser que solo pide una oportunidad para salir adelante. Sólo es cuestión de tiempo.
Terminando mi cerveza y sollozando mi destino alcé la mirada y llenándome de fuerzas abracé a Oliver y de él me despedí caminando por la calleja solitaria no sabiendo si lo volvería a ver.

 

Hay mi bebe, estoy llorando, como quisiera estar ahi contigo, y tu sabes como te quiero, recibe mi amor de madre, aunque se que no merezco el honor, pero aqui estoy , siempre a tu lado..... mil besos mi corazon....Tep