Tristes recuerdos

TRISTES RECUERDOS


Aquí estoy presente frente al monumento que escogiste para que tu cuerpo descansara hasta la eternidad.

Recuerdo tu sonrisa cuando leías los nombres de las amigas o vecinas ya idas. Allí permanecen todavía sus lápidas silenciosas, unas un poco descuidadas, porque sus deudos las tienen olvidadas, creo que esto nos va a pasar a todos.

Al principio las lágrimas se derraman a chorros, los hermanos, los hijos, los amigos, todos se hacen presentes para celebrar el primer aniversario.

Después muy pocos se acuerdan de tu partida y sólo nosotros, tus hijos, estamos frente a este monumento que será tu morada para siempre.

Cinco años atrás el mármol era reluciente y bello, hoy con el paso de los años y la inclemente intemperie ha ido perdiendo el colorido y el brillo, marchitando los lirios y arruinando las flores.

Lo mismo que le sucede a la vida, no tenemos en cuenta que cada día que vivimos nos acerca más a la muerte, ni tampoco vemos el deterioro que nuestros cuerpos van teniendo, sólo deseamos vivir pues si pensáramos en la muerte nos convertiríamos en unos traumatizados y amargados sin futuro.

Por este motivo hoy no expreso ninguna plegaria porque creo que no la necesitas, ni tengo que derramar lágrimas cuando vengo a visitarte.

Ahora pienso que dentro de muy poco tiempo también estaré contigo para hacerte compañía.

Mientras ese día llega, uno de tus tantos nietos ha puesto, rodeando el mausoleo, unas flores artificiales para no tener que volver a este camposanto a ver caras tristes cuando su madre lo trae a donde descansa una anciana para él desconocida. ​

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