Tu penitencia

Ayer cuando te fuiste
mi corazón herido quedó
y esa noche yo dormí
pensando solo en tí
que tal vez mañana volverías
más sin embargo desperté
con la herida en el corazón
Pero no sangraba más
con mi rostro bañado en lágrimas
entonces comprendí todo
en el transcurso de la noche
mi alma en llanto se ahogó
mis venas reventaron
mi corazón no pudo resistir
y entre lágrimas y sangre
detuvo sus latidos
y mi vida se extinguió

Y ahora como un fantasma rondaré
en aquel rincón de tu cuarto
esperando tal vez
que te acuerdes de mí
te miraré en silencio
hasta que tu corazón te avise
que algo anda mal
pues la mitad de mi corazón
era tuyo de verdad
y te avisará que el mío
desde hace tiempo se detuvo
y cuando te des cuenta
sé muy bien que llorarás
tomarás el crucifijo que te di
y en ese momento tú dirás
una oración por mí

Y cada noche al dar las doce
Como fantasma rondaré
En cada espacio de tu mente
y desde el rincón más obscuro
observaré tristemente y en silencio
como derramas lágrimas por mí
y yo ahí sin decir nada
sin intentar siquiera
consolar tu corazón
solo mirando tu tristeza
y escuchando tus lamentos
esperando únicamente
que tomes aquella cruz
y digas la última oración por mí
pues amor mío esa tu penitencia será

 

Seria dolorosa penitencia, Aida, el dolor de un amado es dolor nuestro, y no duelen ellos sin no doler nosotros, parece que esa penitencia seria mutua, algo doblemente doloroso, saludos.