Tu taza rota.

Soy los pedazos de una taza que dejaste caer, cada parte que me conforma, rota ante tus pies.

Pero cuando te arrepientas y decidas levantarme, te cortaras con un trozo filoso y me culparas por eso, siempre el malestar del saludable es culpa de quien está roto. Entonces me soltarás nuevamente y aterrizaré sobre una fría baldosa, partiéndome en dos.

Irás y sanarás tu herida mientras yo sigo allí, inerte esperando tu regreso; volverás, y con arrepentimiento unirás mis partes usando pegamento hasta recuperar mi forma pero al terminar te darás cuenta de que no soy la misma de antes, quedé inservible ante tus necesidades, porque cada vez que apoyes tus labios sobre mi te cortarás, cada vez que intentes envolverme con tus manos, inconscientemente te lastimaré.

No quise ser así, deseaba ser tu taza favorita toda la vida, pero de cierta forma es mi culpa por permitir que me dejes caer.


-Julia Schmid

 

Tendrás otras tazas relucientes para dedos más diestros.
Un saludo, Julia.